Las 10 000 personas responsables de servicios educativos en el entorno familiar afiliadas a la Centrale des Syndicats du Québec (CSQ) se encuentran en huelga general indefinida desde el pasado 21 de septiembre con el objetivo de intensificar las medidas de presión puestas en marcha el 1 de septiembre con huelgas sucesivas en las distintas regiones de Quebec.
Los salarios de estos educadores y educadoras constituyen el meollo del conflicto con el Gobierno. Este ofrece a las personas responsables una subvención de 12,83 dólares canadienses por hora (8,21 euros o 9,65 dólares estadounidenses), mientras que el sindicato exige un mínimo de 16,75 dólares por hora. Actualmente, estos trabajadores y trabajadoras perciben 12,42 dólares canadienses por hora, muy por debajo del salario mínimo quebequés, fijado en 13,10 dólares por hora.
En palabras de la presidenta de la Fédération des Intervenantes en Petite Enfance du Québec(FIPEQ-CSQ), Valérie Grenon, “la falta de entendimiento entre las distintas partes sigue siendo excesiva, lo que ha hecho inevitable una huelga general indefinida”. Las personas responsables de estos servicios educativos se encuentran sin contrato desde el 4 de marzo de 2019 y el Ministerio de la Familia de Quebec se niega a reconocer el valor de su trabajo. “Lo que solicitamos equivale al primer escalón salarial de las educadoras y los educadores sin formación en los centros de primera infancia”, aclara Grenon. “El ministro de la Familia reconoce que las cualificaciones de las personas responsables de los servicios educativos en el entorno familiar se corresponden con el de los educadores y educadoras, pero se niega a ofrecerles la misma remuneración”.
Además de un salario justo, la FIPEQ exige la provisión de unos recursos financieros que les permitan elaborar informes periódicos sobre las niñas y los niños y que les den la posibilidad de atender a más de un niño o niña con necesidades especiales.