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"Los docentes están a la altura del desafío de una pandemia mundial", por Steffen Handal.

publicado 16 abril 2020 actualizado 16 abril 2020
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En Noruega, las escuelas y los jardines de infancia tienen cerradas sus puertas desde mediados del mes de marzo. Solo los niños cuyos padres ejercen una profesión de relevancia social han seguido asistiendo. El Gobierno ha decidido que los centros para la primera infancia abrirán el 20 de abril y las aulas del primer al cuarto grado una semana después.

El sindicato de la educación del país, el Union of Education Norway (UEN) ha apoyado la decisión drástica de nuestras autoridades de cerrar escuelas y jardines de infancia como una medida para reducir la propagación de este virus tan contagioso. Era importante hacer todo lo necesario para salvar vidas y evitar el colapso del sistema sanitario.

La decisión de cerrar las escuelas obligó a los/las docentes a cambiar los métodos de enseñanza analógicos por los digitales de un día para otro. Y eso fue exactamente lo que hicieron los/las docentes. Asumieron de inmediato la responsabilidad de impartir la educación de calidad a la que tienen derecho alumnos y estudiantes.

En Noruega, y en todo el mundo, la profesión docente ha hecho frente a los desafíos de manera profesional y ética, yendo más allá de su deber. Hemos tratado de encontrar soluciones para los niños más vulnerables. Niños que se ven obligados a quedarse en casa en situaciones difíciles, por ejemplo, con padres maltratadores o padres que experimentan otros problemas. También hemos intentado asegurarnos, en la medida de nuestras posibilidades, de que los niños con discapacidad y los niños con dificultades de aprendizaje reciban la ayuda que necesitan. En el sindicato UEN grabamos un podcast donde los/las profesionales hablamos sobre estos desafíos y dificultades y aportamos asesoramiento a nuestros miembros.

Nuestras responsabilidades en tanto que docentes no cesan, aun cuando las escuelas cierran

Como docente y presidente del Union of Education Norway (UEN), nunca me he sentido más orgulloso de los y las docentes noruegos y de la forma en que han reaccionado y abordado estos cambios inesperados y disruptivos en su vida personal y profesional.

Los/las docentes se adaptaron a la nueva realidad en poco tiempo. El liderazgo y la cooperación profesional a nivel escolar se establecieron de inmediato. Los/las docentes de todo el país han estado intercambiando impresiones e ideas sobre estos desafíos, compartiendo experiencias de enseñanza digital, métodos de aprendizaje y recomendaciones en las plataformas digitales. La creatividad, la dedicación y el espíritu colectivo que los y las docentes han demostrado son impresionantes.

En el Union of Education Norway hemos alentado a nuestros miembros a contribuir con todas sus fuerzas, incluso cuando se les pide que realicen tareas que no formen parte de la descripción normal de su trabajo. Todos debemos desempeñar nuestro papel en tiempos de crisis. Debemos ser flexibles, pero también debemos estar alertas.

En Noruega se aprobó, antes de Semana Santa, una ley habilitante. El parlamento delega el poder al Gobierno por un período limitado con el fin de hacer frente a la pandemia del COVID-19 de la manera más eficaz posible. Esta ley puede ser necesaria, pero debemos mantenernos alerta. En nuestra calidad de docentes y sindicalistas, debemos defender la democracia.

Nuestra comunicación con las autoridades nacionales y locales es actualmente muy buena. El diálogo social está institucionalizado en Noruega, pero eso no significa que el modelo nórdico no pueda ser refutado en tiempos de crisis. Por ende, debemos asegurarnos de que siga manteniéndose el diálogo social. Nuestros derechos, salarios y condiciones de trabajo deben ser evaluados y discutidos a medida que se avanza. Nadie se beneficia de docentes agotados.

Las autoridades deben contar con la participación de la profesión docente en momentos en que el sistema educativo está experimentando cambios continuos. Deben tomar decisiones basadas en el juicio profesional, garantizar una educación de calidad para todos y generar confianza.

Crear confianza es imprescindible. Todos nos hemos dado cuenta de lo dependientes que somos los unos de los otros. Necesitamos confiar en los medios de comunicación, en las autoridades y en cada uno de nosotros. Los padres también deben confiar en nosotros, los/las docentes, para continuar impartiendo educación de calidad a sus hijos.

En UEN, también hemos dado prioridad al mantenimiento del diálogo dentro de la organización. Hemos logrado mantener el contacto formal e informal entre los diferentes niveles. Estoy convencido de que esta es una premisa para mantener y fortalecer la confianza dentro de la organización y nuestra credibilidad en nuestra comunicación externa.

Esta pandemia ha revelado la importancia de los servicios públicos de calidad gratuitos y disponibles para todos. Los trabajadores sanitarios, la policía, los investigadores/as y los/las docentes son profesionales y personas que están haciendo un esfuerzo extraordinario. En tiempos de crisis, dependemos de ellos. Y ellos de nosotros.

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.