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por Philippa Butler

El Personal de Apoyo Educativo (PAE) desarrolla una función fundamental en la promoción de la educación de calidad, procurando un entorno de aprendizaje seguro y positivo para todos/as los/as estudiantes, y asegurando que las escuelas y las instituciones educativas operan de manera efectiva. El PAE engloba un amplio abanico de personas que trabajan en el sector de la educación, como los/as asistentes de la enseñanza y el aprendizaje, los/as enfermeros/as y los/as psicólogos de las escuelas, el personal administrativo, el de mantenimiento y el de seguridad, entre otros. Pese a constituir una parte esencial de la fuerza de trabajo en la educación, el trabajo realizado por el PAE a menudo carece de reconocimiento y está infravalorado.

Actualmente existen lagunas importantes en cuanto al conocimiento y comprensión del PAE: quiénes lo componen, lo que hacen, y lo que necesitan para realizar su trabajo de forma efectiva. Por esta razón, la Internacional de la Educación ha encargado una investigación cuyo objetivo es comprender los tipos de apoyo que provee el PAE, sus categorías de empleo específicas, sus condiciones de empleo y trabajo, su participación y representación en los sindicatos de la educación, y los retos y realidades a los que se enfrenta.

La investigación explora las diferencias y similitudes entre siete casos de estudio de países: Brasil, Canadá (Quebec), Francia, Nueva Zelanda, Filipinas, los EEUU, y Zimbabue. Por el momento se han recabado datos a través de encuestas en Brasil, Canadá, Francia y Nueva Zelanda. Estos datos ya ofrecen una imagen interesante, que irá creciendo en profundidad y en detalle conforme se vayan completando con datos de los tres países restantes.

El PAE que respondió al cuestionario era fundamentalmente de género femenino y de edades comprendidas entre los 40 y 50 años. La mayoría del PAE estaba empleada en tareas administrativas, excepto en Nueva Zelanda, donde el 54 por ciento del PAE ocupa puestos de enseñanza y aprendizaje.

Por el momento, el cuestionario demuestra que las condiciones de empleo y de desarrollo profesional son las áreas principales que requieren atención. En Brasil, Canadá y Francia, la mayoría del PAE está empleada a tiempo completo y de forma permanente en sus puestos de apoyo educativo. En Nueva Zelanda, la mayoría está empleada solamente durante el curso escolar, bien en empleos a tiempo parcial o a tiempo completo. En todos los países, la gran mayoría del PAE (entre el 60 y el 90 por ciento) estaba de acuerdo con que no recibe un salario justo para el trabajo que realiza. En los países en los que se recabaron datos sobre paga o salarios anuales, el PAE se encontraba predominantemente en los niveles salariales más bajos.

En todos los países, el PAE considera que tiene pocas oportunidades de promoción o de asumir mayor responsabilidad. El acceso a oportunidades de formación y desarrollo profesional (FDP) varía según país. En Canadá, Nueva Zelanda y Francia, el PAE percibe en mayor medida que tiene acceso a una formación y desarrollo profesional reglados, como por ejemplo talleres o sesiones de formación impartidos por un/a experto/a. El PAE en Nueva Zelanda y Canadá percibía en mayor medida que tenía acceso a una FDP informal, a través de conversaciones sobre colegas en puestos similares, con docentes, o con agentes externos. En Brasil es escaso el número de PAE que considera tener acceso a una FDP, ya sea formal o informal.

El análisis preliminar de los resultados de la encuesta también indica que existe una discordancia entre el bajo estatus del PAE y la importante contribución que presta a la comunidad educativa. De hecho, la mayoría del PAE estaba satisfecha con sus funciones de apoyo educativo, y se sentía segura de llevar a cabo las tareas asociadas con sus empleos. La mayoría consideraba realizar un trabajo relevante para el alumnado y los/as docentes. Aunque generalmente se siente bien respetado por los/as docentes, los/as directores/as de escuela, estudiantes y padres con los que interactúa a diario, el PAE considera que la sociedad en su conjunto le atribuye un estatus medio o bajo.

En general, los resultados de la encuesta demuestran que el PAE está comprometido con su trabajo: pese a los bajos salarios y la preocupación sobre la permanencia o seguridad a largo plazo de sus empleos, la mayoría del PAE estimaba probable o muy probable permanecer en el mismo empleo en los siguientes cinco años. El escaso reconocimiento que recibe por su trabajo no se corresponde con la energía y el compromiso que invierte en él. Recibe salarios muy bajos y a menudo se encuentra en una relación laboral frágil de corta duración, sin seguridad laboral ni perspectivas de carrera profesional. Una gran parte son mujeres de 40 a 60 años, que con alta probabilidad también asumen tareas de cuidado en sus propias familias, bien ocupándose de sus hijos/as o de miembros de la familia mayores. La seguridad laboral, un salario que cubra la totalidad del año, y el acceso a beneficios complementarios como permiso por enfermedad son cuestiones de gran importancia para el PAE. Los sindicatos y otros grupos que defienden los derechos del PAE pueden asumir un papel importante, asegurando que las condiciones de empleo permitan un equilibrio sano entre la vida laboral y familiar para todo el PAE. Conforme continúa esta investigación y se recaban más datos, y conforme las historias del PAE en cada país son observadas con más detalle, esperamos poder recabar evidencia que la Internacional de la Educación y los sindicatos de la educación en todo el mundo necesitan para apoyar y defender los derechos del PAE.

Philippa Butler

Philippa Butler es investigadora en el Institutio de Eduación en la Massey University, Nueva Zelanda. Es experta en la investigación en educación y antropológica. Sus intereses como investigadora incluyen la identidad étnica, la metodología de investigación, la educación en las comunidades Māori y de las Islas del Pacífico, el apoyo a los/as docentes debutantes, la educación inclusiva, y la participación del alumnado.

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.