La oleada de casos de acoso y abuso sexual a mujeres de todos los ámbitos que ha salido a la luz recientemente supone un punto de inflexión en la lucha contra la violencia por motivos de género, y dicho esfuerzo empieza en las aulas de todo el mundo.
Este año, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer está recibiendo la atención y el protagonismo que merece. Gracias al foco global en el acoso y abuso a la mujer tanto en la esfera pública como privada, como muestra la campaña en redes sociales #yotambién (#metoo), es un buen momento para que todas las sociedades den un gran salto adelante en su lucha para solucionar de forma significativa la violencia, el acoso y los abusos por motivos de género.
No obstante, la violencia de género se suele sufrir habitualmente a una edad temprana y en un entorno educativo o similar. Se propaga a través de normas y estereotipos de género muy arraigados, y se manifiesta a través de dinámicas de poder desiguales.
«Cada vez somos más conscientes de que la violencia real, o incluso la amenaza de la violencia, en el ámbito educativo es un reto muy importante que debemos superar», declaró Haldis Holst, Vicesecretaria General de la Internacional de la Educación (IE). «El 25 de noviembre representa un día clave anualmente en el que podemos volver a reafirmar nuestro compromiso para acabar con la violencia de género en nuestras escuelas, facultades, universidades y sociedades enteras».
Es hora de que los trabajadores lideren esta lucha
En medio de la oleada de casos de abusos que han salido a la luz, también considera que estamos en un momento crítico para que el movimiento sindical dé ejemplo con sus actos.
«Resulta fundamental que los sindicatos demuestren que cuentan con las políticas, herramientas y recursos para tomar medidas y apoyar al número desproporcionado de mujeres víctimas de la violencia, los abusos y el acoso, que ahora están encontrando el valor para contar sus experiencias», continuó Holst. «Da igual dónde tenga lugar; la violencia de género supone un impacto extremadamente negativo en las vidas de sus víctimas, tanto dentro como fuera del trabajo. Como representantes de los trabajadores, los sindicatos deben contar con una clara política de tolerancia cero ante cualquier tipo de violencia dentro de o en relación con el ámbito laboral.
En 2016, la IE aprovechó el 25 de noviembre para pedir a los gobiernos que apoyaran una norma estándar vinculante de la OIT, un Convenio con Recomendación asociada, sobre la Violencia y el acoso contra las mujeres y los hombres en el mundo del trabajo. Por desgracia, su objetivo aún no se ha alcanzado, así que los sindicatos educativos deben continuar con sus movimientos de presión.
El Objetivo 4 de la Agenda 2030 de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (ODS4) expone una motivación valiente y amplia: una educación inclusiva, equitativa y de calidad, así como oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos. El ODS4 también lucha por la existencia de entornos de aprendizaje seguros, no violentos, inclusivos y efectivos para todos.
La Internacional de la Educación pide a sus organizaciones y miembros que presionen a los representantes de parlamento y asamblea nacional para garantizar que el gobierno apoye un Convenio con Recomendación de la OIT centrado en la violencia de género en el entorno laboral.
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Visita la web de la Confederación Sindical Internacional (CSI) para acceder a una ficha técnica actualizada y a su kit de recursos para la campaña.