El cambio climático es el mayor desafío medioambiental de nuestro tiempo, por lo que también constituye un tema central en la educación. No obstante, en muchos países, la educación sobre el cambio climático todavía se considera e implementa desde una perspectiva restringida, centrándose principalmente en desarrollar conocimientos. Si bien el conocimiento es importante, la educación sobre el cambio climático es mucho más amplia que eso.
Para poner de relieve la diversidad y la complejidad que representa la educación sobre el cambio climático, un equipo de investigadores ha desarrollado un modelo, denominado modelo holístico del cambio climático, a fin de demostrar en qué debería consistir la educación holística sobre el cambio climático. El modelo está diseñado en forma de bicicleta, debido a que, al igual que una bicicleta, la educación sobre el cambio climático es una entidad que requiere todas sus partes para funcionar. Además, una bicicleta no es estática; está en constante movimiento y necesita un usuario para ponerla en marcha. Entonces, ¿en qué consiste el modelo y cómo se puede poner en práctica?
RUEDAS: CONOCIMIENTO Y HABILIDADES DE RAZONAMIENTO
En los centros escolares de todo el mundo, la educación sobre el cambio climático suele centrarse principalmente en desarrollar conocimientos; y, más específicamente, el conocimiento científico y las tendencias históricas. Aunque está claro que el nivel de conocimiento entre el alumnado tiende a ser bajo y que se necesita saber más sobre temas relacionados con el cambio climático, el conocimiento por sí solo no es suficiente. Existen numerosas investigaciones que demuestran que la cultura climática es solo un factor que conduce a un estilo de vida más sostenible. Por esta razón, la acumulación de conocimiento no debe ser un fin en sí misma. En lugar de eso, los estudiantes deben aprender a usar este saber de manera crítica y a crear una nueva comprensión a través del cotejo y el análisis de la información proveniente de diferentes fuentes. La combinación de conocimientos puede contribuir a desarrollar habilidades de pensamiento, así como ayudar a aumentar el pensamiento sistémico desde una perspectiva de cambio climático. Para ello, se necesita un enfoque multidisciplinario de la educación, pero incluso tal enfoque debería representar solo una parte de la educación sobre el cambio climático.
MARCO: VALORES, IDENTIDAD Y COSMOVISIÓN
La identidad, los valores y la cosmovisión del alumnado conforman la base de cualquier aprendizaje, y especialmente del aprendizaje sobre el cambio climático. El marco que forman sirve como base para nuevas habilidades y conocimientos. La perversidad del cambio climático queda patente en los conflictos de valores relacionados con él. Por lo tanto, necesitamos un debate sobre valores que resulte diverso, desde los puntos de vista de la dignidad humana y la igualdad. Además, es fundamental cuestionar los hábitos de consumo y ofrecer a los estudiantes formas de actuar sobre el cambio climático. En la práctica, esto puede dar lugar a discusiones reflexivas, debates u otros métodos de aprendizaje activo. ¡La educación en valores y en la cosmovisión constituyen partes esenciales de la educación sobre el cambio climático!
SILLÍN: MOTIVACIÓN Y PARTICIPACIÓN
El sillín representa a una persona que brinca en una bicicleta. Para que los alumnos se conviertan en ciudadanos responsables con el clima, deben sentir que el cambio climático les incumbe y que desempeñan un papel a la hora de hacer frente a la crisis climática. El cambio climático no debe presentarse como un problema lejano o difícil de comprender. Por el contrario: el personal docente debe encontrar conexiones entre la propia vida del alumnado y el tema a estudiar. Se prefiere utilizar un tono de voz alentador: existen muchas maneras de frenar el cambio climático. La participación se muestra en las acciones de las personas y las comunidades.
CADENA Y PEDALES: ACCIÓN PARA FRENAR EL CAMBIO CLIMÁTICO
En el contexto de la educación sobre el cambio climático, la acción significa formas de actuar en la vida cotidiana. Incluso los estudiantes jóvenes pueden participar en acciones para atenuar el cambio climático cuando se les anima y se les orienta en ese sentido. Las acciones se pueden dividir en acciones de la vida personal y acciones sociales, las cuales se pueden incrementar mediante acciones colectivas. Para las acciones del ámbito personal, los estudiantes pueden usar primero una calculadora de la huella de carbono a fin de evaluar qué estilos de vida generan las mayores emisiones y después tomar medidas contundentes destinadas a reducirlas. Algunas acciones, como seguir una dieta planetaria, tendrán un impacto mucho mayor que otras acciones, tales como el reciclaje. También se debe alentar al alumnado a tomar medidas sociales, como participar en una marcha climática o presionar a los políticos locales. Estas acciones pueden contribuir a cambiar las normas sociales y repercutir en la forma en que las personas perciben las cuestiones del cambio climático.
FRENOS: OBSTÁCULOS OPERATIVOS
Tomar medidas climáticas no resulta fácil. A fin de promover un comportamiento responsable en términos medioambientales, resulta fundamental comprender qué es lo que obstaculiza la acción y evita que las personas actúen. Estos obstáculos suelen ser humanos, como el deseo de comodidad, pero también existen numerosos obstáculos estructurales, que solo se pueden modificar de manera gradual. Una vez se reconocen los obstáculos internos y externos, es más fácil reconocer lo que hay que hacer para superar esos obstáculos.
LUCES: ESPERANZA Y OTRAS EMOCIONES
Sabemos que muchos niños y jóvenes están extremadamente preocupados por el cambio climático. El debate sobre la crisis climática hace que muchas personas experimenten emociones negativas, como la preocupación, el miedo, la tristeza, la culpa, el odio y la desesperanza. En la educación, estas emociones deben ser reconocidas, puesto que afectan al aprendizaje. En vez de negatividad, la educación sobre el cambio climático debe despertar esperanza y compasión. Esto se puede lograr a través de acciones positivas, por ejemplo.
MANILLAR: ORIENTACIÓN AL FUTURO
El cambio climático ya está aquí, pero también es en gran medida una cuestión de nuestro futuro. La educación debe ofrecer formas de ver el futuro con una visión crítica, pero de manera positiva. El objetivo de la educación para el futuro es practicar la toma de decisiones incluso en situaciones en las que uno no puede estar totalmente seguro de que la decisión sea correcta. Es importante recordar al alumnado que el futuro aún no ha sucedido, que todavía podemos cambiarlo.
PONER EN PRÁCTICA EL MODELO
El modelo de la bicicleta holística se puede utilizar para muchos propósitos. Por ejemplo, el personal docente lo ha empleado para evaluar sus propios métodos de enseñanza, mientras que los investigadores lo han utilizado para analizar de qué manera la educación holística sobre el cambio climático se encuentra presente en los planes de estudio. Dado que se trata de un modelo holístico, no se ajusta muy bien a la planificación de una única sesión de aprendizaje, sino que puede servir como estructura o lista de verificación para la planificación educativa a largo plazo, como la elaboración de talleres, programas de educación sobre el cambio climático, rutas de aprendizaje, materiales educativos y orientaciones curriculares. ¿Dónde te resultaría útil?
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