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Photo: Tom Egil Jensen
Photo: Tom Egil Jensen

Soy miembro del Comité Ejecutivo del sindicato Union of Education Norway y tuve la suerte de formar parte de la delegación noruega que acudió a la conferencia mundial sobre la educación para el desarrollo sostenible que organizó la Unesco del 17 al 19 de mayo de 2021. Durante tres días enteros, asistentes de todo el mundo se reunieron para debatir sobre un asunto crucial: la educación para el desarrollo sostenible (EDS). Fue un encuentro histórico y único, ¡y también un evento que esperábamos con ganas!

Una vez finalizado, puede que lo adecuado sea preguntarse cuáles han sido los resultados. Sí, evidentemente, hemos adoptado la Declaración de Berlín [1], que espero que suponga un aumento en la atención que se presta a la EDS. Me alegra mucho que un número tan importante de países se hayan comprometido a seguir la hoja de ruta de la Unesco en cuanto a EDS en su contexto nacional. Escuchar cómo representantes gubernamentales de numerosos países defienden la importancia de la EDS es un rayo de esperanza. Ojalá no sean solo palabras. Sinceramente, espero que la conferencia tenga consecuencias para esta lucha en el futuro y que contribuya a ese esfuerzo para que la EDS se incluya en los planes de estudio nacionales de todo el mundo.

He llegado a varias conclusiones sobre los aspectos que serán importantes de ahora en adelante.

El diálogo social es fundamental para incorporar la EDS

Si queremos lograr nuestros objetivos más ambiciosos, es importante implicar al profesorado.

El diálogo social o la cooperación tripartita con los sindicatos educativos es un requisito previo para incluir la perspectiva docente al desarrollar políticas y planes de estudio que tengan en cuenta la EDS, así como al elaborar la formación docente adecuada para integrarla. La implicación y el apoyo del profesorado resultan cruciales para que la EDS 2030 sea un éxito.

Para alcanzar el ODS 4.7, en general, los sindicatos de docentes deben participar y contar con representación en todos los niveles. Por desgracia, en la Declaración de Berlín no se hace demasiado hincapié en este hecho.

La implicación del estudiantado también es vital

Otro aspecto que me gustaría destacar con respecto al esfuerzo por alcanzar nuestros objetivos tiene que ver con un aumento de la implicación, la influencia y la participación del estudiantado a la hora de poner en práctica y fomentar la EDS en los centros educativos.

Como parte de su práctica pedagógica y profesional, el profesorado debería implicar y hacer partícipes a sus estudiantes en el aula y en su asignatura. Es importante ofrecer al estudiantado la oportunidad de participar y disfrutar de una “vida sostenible y democrática” en las escuelas. No solo necesitan aprender sobre estos temas en las aulas. También deben experimentarlos y participar en actividades y procesos sostenibles y democráticos en el centro educativo.

¿Cómo estamos evaluando la implantación de la EDS?

Sabemos que un aspecto clave que preocupa a estudiantes y docentes es la evaluación. Según nuestra experiencia, los sistemas de evaluación tradicionales pueden suponer una barrera para la disposición del profesorado a la hora de integrar la EDS, ya que este tema precisa de un trabajo transversal que engloba varias asignaturas. Tenemos que desarrollar un sistema de evaluación que sirva de apoyo a la educación para el desarrollo sostenible y proporcione autonomía al profesorado en cuanto a prácticas y métodos de evaluación.

En Noruega, el sistema de evaluación no se ha adaptado al nuevo plan de estudios en el que la EDS se entiende como un elemento fundamental. Union of Education Norway ha defendido que se instaure un proceso para modificar este sistema de forma paralela al cambio curricular. Pero, de momento, las autoridades en materia educativa no han dado pasos en ese sentido. Por tanto, sigue siendo un reto que debemos afrontar. ¿Cómo podemos desarrollar sistemas de evaluación que faciliten los temas interdisciplinares?

Un elemento clave en cuanto a la consecución del ODS 4.7 tiene que ver con capturar las destrezas prácticas que forman parte de la EDS. No solo será importante impartir clases al estudiantado sobre desarrollo sostenible y ciudadanía global. También necesitan aprender a ser entes sociales y participar en el desarrollo de su educación y sus sociedades, en el contexto escolar y en el de sus comunidades locales.

En una encuesta que llevó a cabo Union of Education Norway entre nuestros miembros, menos de la mitad del profesorado de centros de educación infantil y escuelas declaró que sus estudiantes cuentan con experiencia suficiente en cuanto a actividades sostenibles y respetuosas con el medioambiente.

Apoyemos al profesorado para cambiar la educación

El profesorado necesita formación y apoyo para enseñar según los principios de la EDS. La EDS debe incluirse en sus planes de formación iniciales y continuos. En nuestra encuesta, un gran número de docentes afirmaba que quería mejorar sus competencias sobre enseñanza de educación para el desarrollo sostenible. Entre el 30 y el 50 % del profesorado de centros infantiles y escuelas manifiesta que le gustaría acceder a formación adicional o continua sobre este tema, pero solo un porcentaje muy reducido, en torno al 5 %, afirma haber contado con esa oportunidad. Nos encontramos ante un reto inmenso. 

El cambio empieza con la educación. La primera etapa es apoyar al profesorado para que enseñe a sus estudiantes cómo vivir de forma sostenible para preservar el futuro de nuestro planeta.

I hear babies cry (Escucho llorar a los bebés)

I watch them grow (Los veo crecer)

They'll learn much more (Aprenderán mucho más)

Than I'll ever know (De lo que yo sabré jamás)

And I think to myself (Y pienso para mis adentros)

What a wonderful world. (Qué mundo tan maravilloso.)

Canción “ What a wonderful World”, de Bob Thiele y Georg David Weiss

Nota:

1. ^

La Declaración de Berlín está disponible en Inglés - Francés - Árabe - Chino - Ruso - Español - Alemán.

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.