Becky Marciante es enfermera de práctica clínica graduada (LPN, por sus siglas en inglés) en la Mulberry Middle School (secundaria) en Mulberry, Florida (EE.UU.) y forma parte del sindicato American Federation of Teachers(AFT). Trabaja para el sistema de escuelas públicas del condado de Polk desde diciembre de 2015. Al tiempo que nos preparamos para celebrar el Día Mundial del Personal de Apoyo a la Educación, el 16 de mayo, Becky aceptó responder a nuestras preguntas sobre su experiencia como enfermera escolar durante la pandemia.
¿Puede hablarnos de su experiencia de trabajo en la educación en su calidad de enfermera durante la pandemia? ¿Qué palabra o palabras la describirían mejor?
Lo más importante es una comunicación precisa y coherente en la organización del protocolo de la COVID-19. Los estudiantes, las familias, el profesorado y la administración confiaron en mi experiencia y competencias para mantener un entorno higiénico según lo establecido por las directrices de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y la directiva del consejo escolar. Además, gestioné el protocolo y brindé atención a los estudiantes que presentaban síntomas que coincidían con la COVID-19. Organicé y administré zonas separadas dentro de la escuela para aislar en cuarentena adecuadamente a los estudiantes. Facilité la comunicación entre familias, estudiantes y docentes con el fin de determinar la capacidad del estudiante para seguir la enseñanza durante el período de cuarentena con el fin de asegurar que cada estudiante no solo recibiera atención médica, sino que también se le proporcionaran los materiales para continuar su educación, a fin de reducir la posibilidad de que el estudiante se quedara atrás en relación con el plan de estudios.
¿Diría que la pandemia cambió la percepción de los demás sobre el papel y función que desempeña usted en la escuela?
Una vez terminado el período de cuarentena inicial y se abrió el sistema escolar del condado de Polk, estaba ansiosa por volver al trabajo. Una vez de vuelta al trabajo, me di cuenta del grado en que habían aumentado las responsabilidades de mi puesto. La administración, el profesorado, los estudiantes y las familias buscaban cada vez más mi orientación y consejo sobre un gran número de situaciones diferentes debido a la COVID-19. Antes de la COVID, mi comunicación con la administración era limitada, sin embargo, en el entorno más reciente y actual, la comunicación diaria ha ido creando un sentimiento de unidad y un nuevo respeto por mi desempeño profesional y mi cargo. Lo que alguna vez fue una enfermería escolar ahora se ha convertido en un equipo. Realmente disfruto formar parte de este equipo en cuya construcción he participado.
¿Qué significa para usted formar parte del sindicato, especialmente durante estos tiempos difíciles?
Me afilié al sindicato durante la pandemia de la COVID, mis conocimientos sobre el sindicato son limitados, pero lo que sí sé es que me siento segura sabiendo que tengo un equipo que me representará y me apoyará siempre que sea necesario. Mis representantes sindicales escolares se han mantenido en constante comunicación con los miembros por correo electrónico y también a través de notas, tarjetas y pequeños presentes, que nos han alentado y han mantenido en alto nuestro ánimo durante estos tiempos difíciles. Nuestros representantes sindicales nos animan a no dudar en acercarnos a ellos con cualquier pregunta o inquietud.
¡Su entrevista se publicará para el Día Internacional del Personal de Apoyo a la Educación! Si tuviera que elegir un mensaje que le gustaría transmitir al mundo sobre el personal de apoyo a la educación, ¿cuál sería?
¡El personal de apoyo a la educación es el mortero que mantiene sus escuelas unidas!
Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.