En el estudio de investigación relativo a “Los proyectos de la IE y la AOb relacionados con el trabajo infantil: Buenas prácticas transnacionales y consecuencias sindicales” realizado en 2018 y 2019, examiné la forma en que los programas de formación profesional han mejorado la capacidad de los/las docentes para atraer y retener a los niños/as en la escuela mediante técnicas de educación participativa. Asimismo, exploré en qué medida, como resultado de los proyectos de trabajo infantil, los sindicatos han formado alianzas más sólidas con las autoridades educativas locales y nacionales para promover una educación pública de calidad. Cuando las escuelas abran sus puertas de nuevo tras la pandemia de la COVID-19, estas competencias y métodos serán de gran utilidad, ya que los/las docentes y sus sindicatos estimulan a los padres y a la comunidad en general a enviar a los niños/as de vuelta a la escuela y a pedir a los gobiernos que asuman su obligación de proporcionar los recursos necesarios para el sistema educativo público.
En las misiones de campo para realizar el estudio de investigación relativo a “ Los proyectos de la IE y la AOb relacionados con el trabajo infantil: Buenas prácticas transnacionales y consecuencias sindicales” realizado en 2018 y 2019, tuve el privilegio de visitar Albania, Malí, Marruecos, Uganda y Zimbabue en el lapso de ocho meses. En mis conversaciones tanto con un docente de enseñanza primaria en una pequeña escuela rural en el oeste de Uganda como con el director nacional de la Educación Primaria en Malí, descubrí que los proyectos de trabajo infantil eran una fuente de gran orgullo personal y profesional y una fuerza unificadora para el cambio.
Fortalecer a los/las docentes a través del desarrollo profesional
En primer lugar, a través de los programas de formación profesional de la IE/AOb se ha impartido a los y las docentes nuevas competencias y una nueva voz, cuyo inmenso valor es reconocido por las autoridades educativas.
Los programas fueron desarrollados por los sindicatos de los/las docentes en cooperación con universidades, instituciones educativas y ONG, y en algunos casos con aportaciones de la OIT. Los sindicatos habían desarrollado sus propios manuales y materiales para el curso, con especial atención a los derechos del niño, haciendo particular referencia a la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) y las normas de la OIT sobre la edad mínima de admisión al empleo.
Los cursos se diseñaron a la medida, basados en métodos de aprendizaje participativo y, a través de un sistema de formación de formadores, ofrecieron apoyo continuo. Combinaron teoría y práctica, explicando las definiciones de trabajo infantil y las normas internacionales, la pedagogía del desarrollo infantil, cómo comunicarse con los niños y fomentar la participación en el aula y el uso de métodos disciplinarios positivos. Los cursos a menudo concluían con una lección práctica preparada y presentada por los/las docentes a los demás participantes, quienes hacían comentarios constructivos.
Muchos/as docentes y hombres y mujeres líderes sindicales señalaron que antes de los cursos de formación utilizaban métodos de aprendizaje tradicionales y consideraban su función como la de “proveedor de conocimientos”. Afirmaron que, en sus cursos previos al ejercicio de la profesión en los institutos de formación docente, habían recibido poca o ninguna información referida a la Convención sobre los Derechos del Niño, las normas de la OIT o, de hecho, sobre la cuestión en general del trabajo infantil. Asimismo, en los países visitados no se disponía fácilmente de oportunidades de desarrollo profesional continuo. Por consiguiente, los cursos impartidos habían resultado extremadamente motivadores.
“Siento que los cursos de formación han cambiado mi vida porque me han enseñado cuestiones que no sabía: sobre la orientación y el asesoramiento, la investigación y mi forma de evaluar a los niños”. (Vicedirectora, Erussi, Uganda)
Los/las docentes reiteraron constantemente la opinión de que después de los cursos se sintieron mejor equipados y más cómodos en el aula debido a las nuevas herramientas participativas que podían utilizar, mismas que los alumnos apreciaron. Gracias a ello, resultó mucho más fácil atraer y retener a los niños/as en las escuelas. Muchos/as docentes declararon que se sentían imbuidos de una nueva misión en tanto que “agentes de cambio”.
“… Me gusta decir que hemos imbuido un alma nueva a nuestro alumnado. Hace dos años, muchos niños no querían asistir a clases... Hemos visto que aquellos alumnos/as que antes se mostraban muy tensos han cambiado su comportamiento. El/la docente ha modificado la forma de impartir la enseñanza y de comunicarse con los niños y hemos visto una evolución psicológica positiva en niños y niñas. También tenemos una curva ascendente con mejores resultados académicos”. Mohammed Dounas, director, escuela Hanz Ibn Abdmotalib, Fez, Marruecos
En Albania y Marruecos, aunque la financiación externa para los proyectos de trabajo infantil había concluido, los/las docentes que habían participado en los cursos de desarrollo profesional seguían utilizando sus habilidades y competencias para formar a otros/as docentes. El sindicato marroquí SNE-FDT señaló que, si bien la administración de la escuela cambiaba constantemente, los/las docentes brindaban continuidad y garantizaban la implementación de nuevas prácticas.
Los sindicatos son reconocidos como defensores de los derechos del niño y de la educación pública de calidad
Los proyectos sobre el trabajo infantil también han provocado un cambio significativo en la calidad de las relaciones entre los sindicatos y las autoridades educativas locales, y a veces nacionales. Los sindicatos señalaron que las autoridades educativas han dejado de percibirlos en el rol tradicional de confrontación administración / sindicato.
“Ahora, cuando conduces un vehículo del sindicato UNATU, tu nombre ya forma parte del vocabulario de la aldea, es bien conocido en Erussi y Zombo... El proyecto sobre el trabajo infantil ha dejado atrás la antigua percepción del sindicato como un continuo agitador de huelgas y acciones reivindicativas”. Representante nacional de UNATU para la región del Nilo Occidental, Mori Samuel Sidoro, Uganda
Los/las dirigentes sindicales han descubierto que los proyectos de trabajo infantil literalmente han abierto puertas que antes parecían permanentemente cerradas. Explicaron que muchos problemas administrativos insignificantes como, por ejemplo, facilitar los certificados de nacimiento para que los niños puedan registrarse en la escuela, y los problemas relacionados con el sindicato, como los problemas de nómina y el cobro de las cuotas sindicales, ahora se resuelven con mucho mayor facilidad. Estos cambios pueden atribuirse, al menos en parte, a la mejor consideración de que gozan los/las dirigentes sindicales ante las autoridades educativas del distrito y el gobierno local en general. Muchos directores/as, autoridades educativas locales y, de hecho, funcionarios del Ministerio de Educación comentaron sobre cómo habían mejorado sus relaciones con los sindicatos.
“ Las autoridades educativas del distrito también han cambiado su percepción del sindicato. Ahora, cada vez que tenemos un evento de formación, hacen posible la participación de los/las docentes y facilitan nuestra presencia en la zona. El inspector escolar del distrito brinda mucho apoyo. De hecho, la percepción que se tenía del Comité de Protección Infantil del Distrito en su conjunto ha cambiado. Recuerdo lo tensos que se mostraron la primera vez que nos presentarnos. Sin embargo, ahora se muestran muy abiertos y solidarios”. Angelina Lunga, coordinadora de trabajo infantil de ZIMTA, Zimbabue
A su vez, los sindicatos señalan que ahora disponen de nuevas oportunidades para debatir cuestiones tales como el impacto de los atrasos salariales en las normas educativas con las autoridades locales desde una posición común de defensa por el bienestar de los niños/as. Indicaron que se sientan a la mesa como socios, que son consultados por las autoridades educativas locales y gozan de un respeto mucho mayor por parte de los padres, las ONG locales y los políticos locales. Aun cuando no ocurre en todas partes, hay casos en que las relaciones con el Ministerio de Educación también han mejorado.
“Los resultados del proyecto han sido muy buenos y ahora observamos una gran diferencia en la forma en que nos tratan las autoridades educativas, las autoridades locales, incluso los gobernadores de las regiones y las provincias. Ahora es una relación de respeto". Abdessadek Rghioui, Secretario General, SNE-FDT, Marruecos
Los/las dirigentes sindicales de todos los países visitados constataron continuamente este cambio de actitud y a la vez la forma en que se había reforzado el interés de los/las docentes en afiliarse y participar activamente en el sindicato. En las zonas donde se han implementado los proyectos de trabajo infantil, ha habido un aumento notable en las afiliaciones, alcanzando en algunos casos hasta un 40%.
Es así como los proyectos contribuyen no solamente a la eliminación del trabajo infantil, sino también a la cuestión más amplia de fortalecer las alianzas y la promoción de una educación pública inclusiva y de calidad. Este espacio político más propicio para el diálogo social también ha arrojado muchos resultados tangibles en lo que se refiere a la capacidad del sindicato para organizar y servir a sus miembros. A su vez, los/las docentes que se enorgullecen de participar en la lucha contra el trabajo infantil tienen más probabilidades de unirse al sindicato y convertirse en miembros más comprometidos y activos. Es así como los proyectos de trabajo infantil han fortalecido a los sindicatos a fin de que estén mejor preparados para enfrentar los nuevos y múltiples desafíos planteados por la COVID-19 y el cierre de las escuelas.
Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.