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«Derechos de autor y el dilema de los docentes en Asia-Pacífico», por el Dr. Robert Jeyakumar.

publicado 12 septiembre 2019 actualizado 23 julio 2024
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Amanecí en Budapest una preciosa mañana de verano para ir a dar una charla con los materiales que había preparado en Malasia respetando las excepciones a los derechos de autor permitidas en ese país. Justo antes de la charla, se me hizo saber que mis materiales no cumplían las leyes de derechos de autor de la UE. ¡Horror!

Aquello ocurrió al principio de una serie de charlas que tenía que dar en Polonia, la República Checa, Alemania y el Reino Unido. Empecé a sopesar el número de versiones distintas de mis materiales que tenía que preparar. La educación transfronteriza del siglo XXI debería permitir una mayor movilidad y excepciones a los derechos de autor, tanto para obras impresas o digitales, ¿no?

El seminario regional de Asia-Pacífico de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) tuvo lugar en Singapur entre los días 28 y 30 de abril de 2019. Yo participé como miembro de la delegación de la IE para expresar las preocupaciones de los docentes respecto a los derechos de autor. Uno de los objetivos del seminario era escuchar distintas opiniones de los sindicatos de docentes respecto a las excepciones a los derechos de autor para la educación. En 2017, la OMPI encargó un estudio para analizar las leyes de derechos de autor en sus 191 estados miembros. Uno de los principales objetivos era entender las barreras que crean las leyes de los derechos de autor o si estas promueven el trabajo de los docentes, así como la manera en que los países protegen las excepciones para la educación en contratos o tecnologías que las soslayan. La Internacional de la Educación defiende que, cuando la ley permite a los docentes utilizar obras digitales, nadie debería impedirles hacerlo. Sin embargo, este no es el caso de los docentes de la mayoría de los estados miembros de la OMPI.

Durante el seminario, la OMPI hizo varias preguntas a los representantes de los estados y a los grupos de la sociedad civil. Entre otras cosas, se consultó el tipo de materiales que utilizan los docentes, qué actividades educativas o de investigación realizan o si participan en actividades transfronterizas mediante plataformas de aprendizaje en línea. También se mencionaron cuestiones como los cerrojos digitales y el uso de obras digitales, cuestiones que no suelen aparecer en las leyes nacionales de derechos de autor. Los siguientes párrafos son extractos de las notas que utilizaron los grupos de docentes para responder a las tres preguntas fundamentales sobre los derechos de autor y su impacto sobre la enseñanza y el aprendizaje.

La diversidad de los materiales y actividades docentes debe tenerse en cuenta

El papel del profesor es conseguir que la educación resulte informativa y atractiva. Por ello, los docentes utilizan los materiales a los que tienen acceso para enseñar, tanto dentro como fuera del aula. Un aula no debería estar en desventaja frente a la sala de estar de los alumnos. Si un alumno puede ver un vídeo de YouTube en la Smart TV de su casa, ¿por qué no iba su profesor a poner un vídeo de YouTube en clase? Además de las tradicionales fotocopias de los materiales impresos para clase, los profesores están utilizando cada vez más obras digitales para la educación, como vídeos en línea de YouTube o de las redes sociales o fotos de un diagrama del libro de texto, que luego comparten en los grupos de alumnos mediante aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp. La naturaleza de la enseñanza y el aprendizaje en tiempos de la Cuarta Revolución Industrial ha cambiado drásticamente: los alumnos, que ya son «nativos digitales», aprenden mejor en un ecosistema híbrido que aprovecha tanto las herramientas analógicas como las digitales.

Los cerrojos digitales son una gran barrera para la enseñanza y la investigación.

Las medidas técnicas de protección (TPM, por sus siglas en inglés), también conocidas como cerrojos digitales, podrían convertirse en obstáculos en países donde las leyes de derechos de autor no prevean el derecho a utilizar materiales protegidos por estos cerrojos digitales para fines educativos. Por ejemplo, Malasia cuenta con una amplia excepción para la educación que cubre numerosas actividades docentes; sin embargo, esta excepción apenas es útil cuando los materiales están protegidos por cerrojos digitales. En estos casos, puede decirse que los cerrojos digitales anulan directamente la excepción para la educación. En Malasia, la estrategia de los TPM bloquea las excepciones a los derechos de autor para la educación.

¡La investigación y las actividades docentes transfronterizas son una realidad!

En el futuro, el panorama educativo será móvil y atravesará las fronteras de los países. Por mi propia experiencia dando charlas en el extranjero, los docentes podrían experimentar problemas similares al dar charlas con sus propios materiales en otros países, ya que es posible que las obras que hayan utilizado estén libres de derechos en su país de origen, pero no en el resto. Podría ocurrir que no se permitiera colaborar a docentes y alumnos a través de las fronteras si sus leyes de derechos de autor fueran diferentes y, por lo tanto, que se vieran obligados a dejar de intercambiar o utilizar materiales en sus tareas colaborativas (p. ej. añadir subtítulos, hacer traducciones, etc.). Numerosos medios de comunicación, como el correo electrónico, la mensajería instantánea y los servicios en la nube, siguen sin estar incluidos en las excepciones a los derechos de autor.

Docentes y alumnos podrían tener problemas para conseguir materiales del extranjero por el bloqueo geográfico de los contenidos en línea. Las instituciones educativas que desarrollan cursos de aprendizaje a distancia podrían no ser incapaces de ofrecer sus cursos más allá de sus fronteras por no estar autorizadas a utilizar todos sus materiales en cualquier país del mundo. También la emisión en streaming de una conferencia académica se topará con el obstáculo de los derechos de autor, puesto que la institución académica será incapaz de obtener los derechos de los materiales protegidos de la conferencia en todos los países. El uso de materiales protegidos por derechos de autor podría estar sujeto a licencia, pero cabe la posibilidad de que esa licencia no cubra el territorio en el que los docentes desean utilizarlos. Este tipo de prácticas educativas modernas son cada vez más frecuentes entre los académicos malayos y en la región de Asia-Pacífico.

Estas restricciones para la educación apuntan a la necesidad imperiosa de replantearse las excepciones a los derechos de autor para la educación. Esto es esencial para la calidad de la enseñanza y la educación, tal y como se reconoce en la recomendación de la OIT/UNESCO relativa a la situación del personal docente y la recomendación de la UNESCO relativa a la condición del personal docente de la enseñanza superior, ratificadas a nivel internacional, según las cuales los docentes deben gozar de libertad académica y autonomía profesional para escoger y adaptar sin límites los materiales de enseñanza y aprendizaje.

Necesitamos un instrumento internacional, como el proyecto de Tratado sobre las excepciones y limitaciones de los derechos de autor para actividades educativas y de investigación(TERA, por sus siglas en inglés) para impulsar reformas a nivel nacional y establecer unos estándares mínimos, así como para arrojar luz sobre la situación legal de las colaboraciones e intercambios educativos transfronterizos. Por lo tanto, mi organización, el Malaysian Academic Movement(MOVE), votó a favor de una resolución mundial de los sindicatos de docentes en el reciente Congreso Mundial de la IE en Bangkok.  Las realidades de la educación son complejas a día de hoy, y es urgente contar con un enfoque equilibrado respecto a los derechos de autor que permita a los profesores hacer lo que mejor saben: ¡enseñar sin restricciones!

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.