El alumnado ha retomado las clases en el colegio de Río de Janeiro donde el pasado 7 de abril se produjo la matanza de doce estudiantes. Las víctimas tenían entre 10 y 13 años, todas niñas menos dos.
El homicida, un ex alumno del colegio, se suicidó tras ser herido por la polícia.
El director de la escuela ha declarado que los primeros días estarán dedicados a sesiones individuales de asesoramiento psicológico a los estudiantes y actividades terapéuticas como la pintura.
Un grupo de padres y madres de la escuela Tasso da Silveira se reunió el lunes con representantes de las autoridades locales para solicitar que se establezca una unidad permanente de asistencia médica y psicológica en dicho centro escolar.
La secretaria municipal de educación, Claudia Costin, comentó que las clases donde se produjeron los disparos habían sido pintadas para borrar cualquier rastro de balas y de sangre. Añadió que las dos clases donde hubo el mayor número de víctimas mortales han sido transformadas en biblioteca y sala de computadoras.
Este fin de semana se emitieron nuevos vídeos que habían sido grabados por el atacante, el joven de 23 años Wellington Menezes de Oliveira. En uno de ellos, se le ve leyendo la carta de despedida que posteriormente le encontró la policía tras la matanza. En otro vídeo, el joven comenta las humillaciones que decía haber sufrido en el colegio, y cómo espera “que lo ocurrido haya servido de lección”.
La policía afirma que el atacante irrumpió en clase con dos revólveres y alineó a todos los presentes para acto seguido dispararles de cerca en la cabeza.
El material obtenido por las cámaras de seguridad muestra a los niños y niñas corriendo por los pasillos intentando escapar mientras él recargaba las armas. El joven se dio un tiro en la cabeza después de que fuera herido en la pierna por un policía.
Cuatro de los 12 alumnos heridos en el ataque permanecen ingresados en el hospital.