Las resoluciones del 7o Congreso Mundial de la Internacional de la Educación (IE), celebrado en Ottawa en julio de 2015, y del 8o Congreso Mundial, celebrado en Bangkok en julio de 2019, respaldaron y reiteraron el compromiso de la IE con la defensa de las libertades académicas y de investigación.
El Programa UNESCO 2024 para la promoción de la Libertad Científica y la Seguridad de los Científicos subraya que nuestro mundo necesita la ciencia más que nunca. Los ataques que silencian las voces críticas de los y las investigadores/as socavan la capacidad de producir conocimiento relevante. La investigación científica solo puede florecer en un ecosistema científico abierto y seguro.
Actualmente, la enseñanza superior y la investigación y su personal, docentes-investigadores e investigadores, son objeto de presiones de todo tipo, incluso de ataques más o menos frontales, en todos los países. Estos actos se centran a menudo tanto en las ciencias humanas y sociales, donde se abordan directamente cuestiones de índole social, como en las ciencias medioambientales en un contexto en el que la comprensión del cambio climático mundial se ha convertido en un desafío que va mucho más allá de la comunidad científica.
Estos ataques se transforman en determinados países no democráticos en detenciones, encarcelamientos e incluso asesinatos.
En los países democráticos, los ataques son menos brutales. En concreto, adoptan la forma de intervenciones públicas que determinados/as dirigentes políticos, organizaciones activistas y/o individuos que lanzan cacerías de brujas, realizan en relación con la enseñanza y los debates universitarios, que abarcan hasta órdenes y amenazas que tienen por objeto suprimir determinados temas de la enseñanza y de la investigación. Estos ataques son suficientemente constantes como para conducir, en casos extremos, a despidos.
El involucramiento de los científicos y las científicas en la sociedad, en particular en calidad de expertos/as que deben responder a cuestiones que afectan al conjunto de la ciudadanía, también se cuestiona cuando puede perturbar los intereses industriales y económicos. Las reacciones pueden adoptar la forma de acoso y de amenazas que afectan, en algunos casos, incluso a la vida privada del personal científico en cuestión.
Las universidades, así como las instituciones de investigación y los organismos especializados, reciben presiones que dan lugar a la aplicación de políticas que buscan someter la enseñanza superior y la investigación a imperativos económicos o ideológicos, que se traducen a menudo en una reducción drástica de sus recursos financieros y humanos.
El 10o Congreso Mundial de la IE reconoce que la defensa de los derechos del personal de la enseñanza superior requiere un esfuerzo conjunto de organizaciones de todos los niveles educativos. Así, hace un llamado a la IE y sus organizaciones miembros a hacer campañas en pro de la defensa del personal científico y sus instituciones frente a políticas que cuestionan las libertades académicas y de investigación e impiden que el personal científico se exprese, tanto en sus instituciones como en la sociedad.