David Edwards, Secretario General de la Internacional de la Educación, subió al podio el 29 de julio frente a más de 1.200 dirigentes sindicales del sector educativo para reflexionar sobre los retos y los logros del movimiento mundial de sindicatos de la educación en los últimos cinco años. A pesar de las numerosas crisis atravesadas, desde la pandemia de COVID-19 y la emergencia climática a las guerras y el creciente autoritarismo, los educadores y las educadoras han logrado crear oportunidades sin precedentes para promover el derecho a la educación, los derechos de las personas trabajadoras y la democracia en todo el mundo.
“El fervor, el compromiso y el ímpetu entre nuestras organizaciones afiliadas son innegables porque saben que ha llegado nuestro momento. Sabemos que los sistemas educativos gratuitos, de calidad y dotados de los recursos adecuados no son inevitables. Sabemos que el personal docente, el personal de apoyo educativo y otros educadores altamente cualificados no están garantizados para cada estudiante en cada clase. Debemos luchar y defender esta idea. Sin embargo, puedo informarles hoy, en nuestra cuarta década como federación, que hemos creado el conocimiento, la reputación y el poder al más alto nivel para ser una fuerza no solo a favor de la educación, sino también de los derechos humanos y la democracia en todo el mundo”, declaró Edwards.
David Edwards enumeró en su discurso los logros principales de la Internacional de la Educación durante los cinco últimos años, incluyendo la labor de la federación durante la pandemia de COVID-19, su firme solidaridad internacional, la campaña ¡Por la pública! Creamos escuela y las recomendaciones de las Naciones Unidas sobre la profesión docente, la campaña Educar por el planeta y la movilización mundial por la educación sobre el cambio climático y la justicia climática, y el firme compromiso de la organización con la igualdad de género, la equidad y la diversidad en la educación y otros sectores.
Solidaridad en cada crisis
A pesar de los numerosos desafíos, los sindicatos de la educación siempre han mantenido su solidaridad y compromiso con su afiliación, estudiantes y las comunidades.
Recordando la pandemia de COVID-19, Edwards felicitó a los educadores y las educadoras de todo el mundo, señalado que “cuando todo cerró, nosotros no lo hicimos. Mantuvimos viva la visión que defendemos cada día como docentes y personal de apoyo educativo: un lugar llamado escuela; el símbolo vivo de resiliencia y ambición en el corazón de nuestras comunidades”.
La solidaridad sindical internacional también respondió al desafío de la pandemia. “En más de 300 ocasiones desde 2021 hasta ahora, nos reunimos virtualmente en línea, desde reuniones personales o en pequeños grupos hasta conferencias regionales y mundiales, para no perder de vista la misión y el propósito y levantar el ánimo de todos. Ninguna organización mundial fuera del sector de la salud y la atención primaria en salud colaboró más activamente en la respuesta mundial al COVID que nuestra federación”, destacó el dirigente sindical.
La misma solidaridad mundial afloró una y otra vez cuando se negaban los derechos o estos se veían amenazados. “Cuando se suprimen derechos laborales de los docentes, nuestros valores de dignidad, humanidad y solidaridad nos obligan a luchar por que se restauren”, dijo Edwards, destacando las numerosas acciones solidarias llevadas a cabo desde 2019 en apoyo a colegas en Myanmar, Israel, Gaza, Ucrania, Eswatini, Turquía, Hong Kong, Belarús, Filipinas, Uganda, Malí, Irán, Tanzania, Argentina, Haití y Afganistán.
Recomendaciones de las Naciones Unidas: las y los docentes están preparados para afrontar el momento
Edwards hizo hincapié en la importancia de las recomendaciones formuladas por el Grupo de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Profesión Docente y las describió como “un gran logro, tal vez sin precedentes en cuanto a los resultados positivos para las políticas relativas al personal docente a nivel internacional”.
Fruto en gran parte de la labor de promoción sindical, el Grupo fue constituido por el Secretario General de las Naciones Unidas para abordar el déficit mundial de 44 millones de docentes. La Internacional de la Educación estuvo representada en el Grupo por Susan Hopgood, Presidenta de la Internacional de la Educación, Manal Hdaife, Presidenta de la Estructura Interregional para los Países Árabes de la Internacional de la Educación, y Mike Thiruman, Secretario General del Sindicato de Docentes de Singapur.
Describiendo las recomendaciones como “históricas”, Edwards señaló que reflejan reivindicaciones sindicales de larga data en relación con un amplio abanico de cuestiones, como las cualificaciones del personal docente, los salarios, las condiciones de trabajo, el trabajo precario, el bienestar y el respeto profesional, entre otras.
Las recomendaciones instan a los gobiernos a garantizar salarios profesionales competitivos. Piden empleo seguro, buenas condiciones de trabajo y cargas de trabajo equilibradas. Exhortan a los gobiernos a garantizar la inversión pública en la educación y a rechazar las medidas de austeridad.
El Grupo también pide a la comunidad internacional que establezca un Fondo Global para Docentes en Situaciones de Emergencia para asegurar que las educadoras y educadores que trabajan en situaciones de crisis reciban salarios justos de forma oportuna. Se insta a las instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional a poner fin a prácticas que limitan el gasto en educación y los salarios del personal docente.
Los sindicatos de la educación de todo el mundo han llevado las recomendaciones de las Naciones Unidas a la mesa de negociación, asegurándose de que sus gobiernos están al tanto del nuevo consenso mundial sobre las condiciones necesarias para garantizar una educación de calidad y colaborando para lograr cambios para estudiantes y docentes en todo el mundo.
Poniendo de relieve que “ha llegado nuestro tiempo, estamos preparados para afrontar este momento”, Edwards alentó a las organizaciones integrantes de la Internacional de la Educación a transformar las numerosas oportunidades que el movimiento mundial de sindicatos de la educación ha obtenido en acciones decisivas y concluyó afirmando que “gracias a ustedes, continuamos logrando una mayor vinculación de nuestra afiliación, sindicatos más fuertes, alianzas más poderosas y una profesión más fuerte cada año”.