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“Cuando los recursos educativos abiertos y el capitalismo de plataformas se encuentran”, por Nikola Wachter

publicado 27 mayo 2019 actualizado 3 junio 2019
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Los avances tecnológicos están influyendo cada vez más en todos los aspectos del sistema educativo, desde la oferta educativa hasta las condiciones de trabajo y la gobernanza administrativa. Por desgracia, la tecnología se vierte con frecuencia en las instituciones educativas dejando atrás una importante huella ecológica pero ninguna mejora en el plano educativo. No obstante, son también muchos los ejemplos en que la tecnología puede contribuir de manera positiva.

Uno de ellos es el desarrollo de infraestructuras tecnológicas que facilitan un mayor acceso a los recursos educativos abiertos (REA) y más posibilidades de trabajar con ellos. Los REA son materiales educativos gratuitos publicados con una licencia abierta. Las plataformas en línea y el uso de algoritmos para recopilar y analizar datos de usuarios constituyen la infraestructura tecnológica mediante la cual docentes y estudiantes pueden acceder a REA digitales, así como crearlos y compartirlos de manera colaborativa y con mayor eficiencia. Pero no se deje engañar: no todo lo que está etiquetado como servicio de REA se ajusta a los valores de los REA, como son la equidad, el libre acceso y la educación como un bien público.

Por lo general se considera que los REA desempeñan una importante función a la hora de facilitar un mayor acceso a materiales pedagógicos. Aumentan la gama de materiales a disposición de los docentes —un aspecto importante de la libertad académica y de la autonomía profesional— además de facilitar formas más colaborativas e interactivas de trabajar con recursos educativos. Dado que la tecnología puede facilitar la difusión y el uso de los recursos educativos abiertos, al movimiento de los REA también le interesa el progreso práctico y tecnológico y ha estado desarrollando sus propias plataformas e ideas tecnológicas (por ejemplo, Open Stax). Por otra parte, los actores comerciales no se han quedado de brazos cruzados y están desarrollando soluciones que aprovechan estos materiales de libre acceso, contradiciendo con frecuencia los valores de los REA. Estos actores representan una importante competencia, en particular cuando las comunidades de REA no disponen de la especialización tecnológica o de los medios económicos para diseñar plataformas o distribuir los REA de manera efectiva. A mí me interesaba articular el entusiasmo tecnológico y los intereses de los defensores de los REA; determinar los retos actuales y las propuestas que podían ofrecer dichos defensores para garantizar que estas plataformas sirvan para reforzar, en lugar de revertir, los beneficios de los REA.

¿Por qué es importante trabajar con ojo crítico con las plataformas aunque sean plataformas de REA?

En muchos lugares del mundo el uso de plataformas de recursos educativos abiertos sigue estando en una fase inicial. Las editoriales, por ejemplo, se han ido dado cuenta de que su tradicional mercado editorial se está viendo erosionado en la era digital y buscan nuevos modelos empresariales vinculados a los recursos educativos abiertos (por ej., diagnósticos de los estudiantes, analíticas de datos), como es hacer dinero con contenidos gratuitos. Los recursos educativos abiertos son un ejemplo de este tipo de contenidos.

Debemos tener siempre presente que las infraestructuras tecnológicas, en particular las plataformas de REA, no son neutrales en lo que respecta al valor. Las plataformas en línea se presentan a menudo, según explica Neil Selwyn (2015), como “espacios vacíos en los que otros pueden interactuar”, cuando en realidad tienen componentes políticos y se están haciendo cada vez más con “el control y la gobernanza de las reglas del juego” (pág. 47). Para el sector educativo, por ejemplo, Sewlyn señala que la recopilación de datos digitales a través de plataformas educativas en línea “suscita inquietudes en cuanto al poder, el control y el desempeño […] al reforzar e intensificar la cultura del gerencialismo dentro de la educación” (pág. 72). Muchas infraestructuras tecnológicas educativas corren el riesgo de reducir a los docentes, los estudiantes y sus interacciones a conjuntos de datos cuantificables que determinan cada vez más los procesos educativos (por ej., estandarización, competencia). Preparan el terreno para los modelos empresariales de monetización de datos en la educación. Estos avances son precisamente de lo que Srnicek y Williams nos advierten en su libro Platform Capitalism(Capitalismo de plataformas). Las nuevas tecnologías tienen que empoderar a los ciudadanos en lugar de obligarles a ajustarse a las normas de una plataforma que ellos, efectivamente, no pueden controlar. Diversos académicos han señalado “ posibles problemas, en particular con respecto a la recopilación de datos, la privacidad de los estudiantes y, de hecho, la despersonalización y desprofesionalización de la educación”, que obedecen a intereses comerciales y capitalistas, más que educativos.

Considero que no deberíamos quedarnos sentados mirando cómo estas soluciones de REA, motivadas por intereses comerciales, son vendidas a instituciones educativas. Estamos justo al principio. Ahora es el momento de contribuir a un diálogo decisivo acerca de los riesgos que conlleva conferir demasiado poder a los proveedores privados a la hora de diseñar y administrar infraestructuras informáticas educativas para los REA. Una opción a menudo debatida por las partes interesadas de los REA es elaborar una serie de normas que rijan el desarrollo de infraestructuras tecnológicas para los recursos educativos abiertos. Normas que podrían organizarse, por ejemplo, en torno a la utilización (por ej., acceso, uso, licencias abiertas), a la adaptación a los valores de los REA (por ej., educación pública de calidad, transparencia, código abierto), al respeto por la autonomía profesional y la libertad académica de los docentes, y en torno a la regulación y el control público, así como a la privacidad y la protección de datos. Este conjunto de criterios iría mucho más allá de los debates convencionales de los REA sobre propiedad intelectual (es decir, licencias abiertas) y contenidos didácticos. Situaría los REA en un contexto más amplio que abarcaría las nuevas posibilidades (por ej., un mayor acceso, colaboración) y los peligros (por ej., privacidad, uso indebido de datos) vinculados a los nuevos avances tecnológicos.

Trabajar de manera colectiva en el establecimiento de criterios para el desarrollo de la tecnología de los REA

Será importante agrupar estos debates aislados sobre lo que queremos para la tecnología de los REA y compartir las demandas y necesidades con las instancias decisorias a escala nacional e internacional.

Los debates sobre el proyecto de Recomendación de la UNESCO sobre recursos educativos abiertos sería una oportunidad interesante. La Recomendación está en las fases finales, y una vez adoptada servirá para asesorar a los gobiernos sobre la aplicación de políticas de REA, en particular sobre el desarrollo de infraestructuras técnicas (por ej., herramientas con licencia abierta, plataformas y estándares).

Tenemos que empezar a trabajar con gobiernos, con sindicatos de la educación y con la comunidad de los REA sobre el desarrollo de los criterios que han de cumplirse. Criterios que contribuyan al desarrollo de plataformas tecnológicamente sólidas, que se guíen por intereses educativos y no económicos, y que se ajusten a los valores de los actores de la educación y el movimiento de los REA. En definitiva, una tecnología que sea liberadora en términos educativos en lugar estar limitada por el tronco capitalista.

Nota: este texto se publicó por primera vez en la revista en línea Discover Society(1 de mayo de 2019).

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.