Los resultados de un nuevo estudio realizado por el Grupo de trabajo sobre la educación de la primera infancia (EPI) de la IE revela que, aunque ésta empieza a recibir atención en todo el mundo, el progreso ha sido desigual y queda mucho por hacer.
A pesar de que la EPI es la primera meta de la Educación para Todos, las autoridades públicas de muchos países del mundo la descuidan. Aunque el acceso se ha incrementado paulatinamente, la educación de la primera infancia, continúa en gran medida en las manos de los proveedores privados y el sector está muy desregulado en varios países, lo que causa una gran preocupación en cuanto a la calidad.
El estudio de la IE revela que el acceso a la EPI es bajo, en especial, en los países en desarrollo; es poco probable que los niños pequeños pobres y de zonas rurales, aquellos con necesidades especiales, los niños provenientes de minorías indígenas o étnicas o de otros grupos vulnerables acudan a un jardín de infantes o reciban educación preescolar. En muchos países, hay una escasez general de personal profesional capacitado y calificado de EPI y los docentes varones están poco representados, ya que constituyen sólo el diez por ciento del personal.
El estudio “Educación de la primera infancia: la situación mundial” fue presentado en una reunión del grupo de trabajo realizada en Copenhague, Dinamarca, junto con la Danish Federation of Early Childhood Teachers and Youth Educators (BUPL).Entre las recomendaciones clave del estudio, se incluían las siguientes:
- En algunos países, debe sortearse la brecha entre las necesidades de cuidado infantil y la EPI. Lo ideal sería que la EPI estuviera bajo un único ministerio de educación o departamento
- Hay una urgente necesidad de abordar los problemas de acceso en todos los países, en especial, para los niños provenientes de familias de bajos ingresos, de comunidades indígenas o de grupos minoritarios.
- Deben controlarse las proporciones de niños por docente y los estándares de calidad, a fin de asegurar estándares uniformes para el sector, en especial, entre los centros públicos y privados y entre las áreas urbanas y rurales.
- Existe la necesidad de mejorar los estándares de calificación para los docentes de la EPI en muchos países; asimismo, se debe mejorar la capacitación y garantizar salarios adecuados, equiparables a los de otros sectores, lo que ayudará a contratar y retener personal.
- Teniendo en cuenta que la mayor parte del personal docente de la EPI no está sindicalizado en algunos países, los sindicatos docentes deben buscar la manera de organizar y representar a los docentes de la EPI y al resto del personal.
La IE debe continuar instando a los gobiernos a garantizar que todos los niños tengan acceso a servicios de la EPI de calidad. Para ello, debe realizarse una investigación más profunda a nivel mundial, regional, nacional y local.
Por Dennis Sinyolo, IE