En el año 2000, la Cumbre de los Objetivos de Desarrollo para el Milenio de las Naciones Unidas se comprometió a erradicar la pobreza mundial y salvar millones de vidas. En 2002, los líderes de 189 países se comprometieron a lograr ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para 2015. Cinco años antes del plazo, la ONU advierte de que muchas de las metas no se alcanzarán a menos que se cumplan las promesas a través de políticas más equitativas, sensibles a las cuestiones de género y favorables a los más pobres.
La IE considera que la igualdad social, política y económica de las mujeres es parte integral del logro de los ODM. Esto hace que sea esencial identificar y abordar la discriminación, con especial atención a la situación de las poblaciones de diversidad étnicas más marginadas y empobrecidas de zonas rurales y urbanas. La garantía de derechos sobre la tierra para las mujeres y el acceso al crédito también influirían positivamente sobre la agricultura local y la seguridad alimentaria.
Igualdad y calidad en la educación
La inversión en servicios públicos gratuitos de calidad es esencial para el logro de los ODM, y la IE trabaja en estrecha colaboración con la Confederación Sindical Internacional y la Internacional de Servicios Públicos para lograrla.
Existe una correlación entre pobreza, exclusión social y bajos niveles de educación en un mundo en el que el 64 por ciento de analfabetos son mujeres (510.577 millones). La educación es una herramienta vital para mitigar la pobreza y la discriminación, y para construir la democracia y la cohesión social.
Diversidad étnica
Las niñas de grupos étnicos, como indígenas y gitanas, tienen índices de escolaridad y de alfabetización más bajos, e índices de deserción escolar más altos que los niños. En Ontario, Canadá, el 31 por ciento de las personas que viven en reservas indígenas carecen de educación formal frente al l 10 por ciento de la población no indígena. En Guatemala, el 65 por ciento de las mujeres indígenas en zonas rurales son analfabetas frente al 38 por ciento de las mujeres no indígenas, mientras que el 42 por ciento de los hombres indígenas no sabe leer ni escribir, frente al el 30 por ciento del resto de la población rural masculina.
En muchos casos, las mujeres indígenas tienen mayores niveles de desempleo o menores salarios que los hombres. La OIT estima que hay 100 millones de personas que trabajan en servicios domésticos, la mayoría de ellas mujeres o niñas de 11-12 años, que migran desde su país de origen en busca de trabajo. El trabajo doméstico es considerado una de las peores formas de trabajo infantil, con abuso físico y sexual como parte cotidiana de la experiencia.
Por todo ello, los sectores más desfavorecidos: jóvenes, mujeres, inmigrantes e indígenas, entre otros, necesitan sindicatos verdaderamente incluyentes que respondan a sus necesidades.
El trabajo decente y ONU Mujeres
En julio de 2010, la Asamblea General de la Naciones Unidas creó la Entidad de la ONU para la Igualdad de Género y para otorgar poder a la Mujer (ONU Mujeres). Este órgano se encargará de supervisar todos los programas de Naciones Unidas destinados a promover los derechos de la mujer y su plena participación en los asuntos mundiales. Uno de sus objetivos será el de apoyar a la Comisión sobre la Condición de la Mujer (CSW) y a los organismos intergubernamentales en la elaboración de políticas.
La IE ha acogido con satisfacción la creación de la agencia y la elección de la ex presidente de Chile, Michelle Bachelet –liberal, madre soltera y pediatra que fue encarcelada bajo la dictadura de Pinochet, con un 84 por ciento de aprobación antes de dejar el cargo– como la primera directora de ONU Mujeres.
Vidas decentes para mujeres y niñas
Los derechos y oportunidades de las mujeres y las niñas no pueden cumplirse a menos que se erradique la violencia y el miedo que enfrentan en sus vidas cotidianas mediante la adopción y aplicación de leyes nacionales. En Europa, las mujeres inmigrantes son mayoría entre las víctimas de la violencia de género, mientras que un informe de la Agencia de Derechos Fundamentales revela que las lesbianas sufren discriminación, intimidación y acoso, así como ataques verbales y físicos en todo el continente.
Los sindicatos de la educación pueden estar a la vanguardia en la prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas. En 2009, una plataforma conjunta de sindicatos de docentes de Chipre (KTOEOS, KTÖS y la iniciativa de docentes chipriotas unidos) organizó una marcha Las mujeres de Chipre exigen: ¡No más violencia! El Sindicato Nacional de Docentes del Reino Unido se unió a una marcha Recuperemos la noche, mientras que el sindicato de docentes NASUWT promovió una Campaña de cinta blanca para el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En Alemania, el sindicato GEW informó a sus miembros sobre la importancia de la educación en la prevención de la violencia doméstica.
En camino hacia la igualdad
La IE está organizando su Primera Conferencia Mundial de la Mujer en Bangkok del 20 al 23 de enero de 2011. El encuentro será precedido de las reuniones de la Red de Mujeres de la IE y será una oportunidad para que el liderazgo femenino del movimiento sindical docente se haga más visible, fuerte y global. A lo largo de los años, el movimiento sindical docente se ha visto transformado por la experiencia de las actividades, las asambleas y los programas de igualdad de las mujeres. El evento tendrá un impacto en la agenda del Sexto Congreso Mundial de la IE en Sudáfrica, durante julio de 2011.
Según la encuesta sobre igualdad de la IE que se publicará en la Conferencia de la Mujer en Bangkok, en la mayor parte de las regiones, las mujeres son mayoría entre los miembros de sindicatos y, sin embargo, están poco representadas entre los dirigentes sindicales. A nivel mundial, el porcentaje de mujeres disminuye del 60 por ciento de afiliadas sindicales al 50 por ciento de delegadas en conferencias, y otro 40 por ciento de juntas ejecutivas de sindicatos.
La Conferencia "En camino hacia la igualdad” es una gran oportunidad para que las mujeres planeen las líneas de acción en común. La igualdad para las mujeres y niñas es un derecho humano básico, y es también un imperativo socioeconómico para el progreso de la Educación para Todos (EPT), los ODM y el Plan de Acción de Beijing.
Por Rebeca Sevilla