Recientes acontecimientos en varios países han puesto de manifiesto la precariedad que supone depender de fondos externos cuando se trata financiar proyectos de cooperación sindical internacional. Esto se observa, por ejemplo, en países que cambian de gobierno y que terminan mermando la financiación de los sindicatos.
Es en este contexto que la Internacional de la Educación (IE) decidió organizar el Café para la Cooperación al Desarrollo (CD), un evento diseñado para que sus asistentes debatieran las ventajas y desventajas de financiar proyectos con fondos externos. Las personas que acudieron intercambiaron conocimientos, hicieron balance de las situaciones actuales en distintos países y analizaron futuras oportunidades y retos relacionados con la financiación externa de los proyectos de cooperación.
Suecia: Financiar proyectos de solidaridad internacional deja de ser una prioridad gubernamental
En una reunión en línea celebrada el 14 de noviembre de 2024, el secretario internacional del Sindicato Sueco de Docentes (STU), Joakim Olsson, informó sobre un cambio en las políticas suecas de cooperación al desarrollo. "Antes, la cooperación al desarrollo obtenía consenso en todos los ámbitos de nuestra política. Sin embargo, el auge del gobierno actual ha hecho que esto ya no sea así en la misma medida. Por primera vez tenemos un gobierno que ha decidido reducir su gasto en cooperación al desarrollo por debajo del 1 % del PIB", explicaba Olsson. Seguidamente describió el caos y la incertidumbre que las medidas del gobierno habían causado entre la población, unas declaraciones que han sorprendido tanto a la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (ASDI), como a distintas organizaciones de la sociedad civil y a los sindicatos.
"Es importante que una organización como el Sindicato Sueco de Docentes tenga una base de financiación segura que no dependa de fondos públicos. Es decir, la solidaridad internacional es imprescindible y la financiación es una de las expresiones de esta solidaridad", concluyó Olsson.
Países Bajos: Futuro incierto
También la secretaria internacional del sindicato holandés de educación Algemene Onderwijsbond (AOb), Trudy Kerperien, habló de los planes que el gobierno holandés tiene a este respecto. Y es que los Países Bajos pretenden recortar 2.400 millones de euros anuales de su presupuesto de cooperación al desarrollo. "Sería el mayor recorte de la historia de Holanda", declaró Kerperien. Al igual que Olsson, Kerperien subrayó lo importante que es mantener una base de financiación segura e independiente de los fondos públicos.
En su opinión, las áreas de interés del gobierno actual de su país a la hora de asignar fondos son muy limitadas. "En los últimos años solo había un poco de dinero a la formación profesional y a la salud sexual y los derechos reproductivos", razonaba, "pero ese era un presupuesto muy pequeño y con muchas personas que lo reclamaron". "Hasta ahora, el dinero que ha ido quedando disponible no se ha podido utilizar para ningún otro fin, mucho menos para educación", añadió.
Kerperien también señaló que, afortunadamente, el AOb cuenta con su propia política y un fondo de solidaridad compuesto del 0,7 % de los ingresos procedentes de sus cuotas de afiliación. "Ese dinero es para fines solidarios, eso es, para la cooperación al desarrollo, pero no somos un sindicato muy grande y estamos hablando de un país muy pequeño, así que no disponemos de grandes presupuestos. Aun así, al menos tenemos algo y somos libres de discutir con nuestros socios y socias a dónde va este dinero".
Canadá: Financiar proyectos de solidaridad con dinero de los sindicatos
Luc Allaire, responsable de relaciones internacionales de la Centrale des Syndicats du Québec (CSQ), relató la experiencia de Canadá con los recortes de financiación. "En 2015, el Gobierno conservador cerró la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional (ACDI). Desde entonces, ningún sindicato de Canadá ha podido recibir más financiación gubernamental para sus proyectos", apuntó Allaire.
El presupuesto para asuntos internacionales en Canadá es actualmente del 0,26 % del PNB, la cantidad más baja que se ha asignado nunca a este sector.
Allaire también subrayó la importancia de diseñar proyectos que recojan las necesidades de las instituciones colaboradoras, de mantener la confianza en las personas con las que se trabaja y de experimentar de primera mano cómo se desarrollan los proyectos sobre el terreno.
Alemania: Los sindicatos actúan de interlocutores sociales en los proyectos de cooperación al desarrollo
Carmen Ludwig, secretaria internacional del sindicato alemán de educación Gewerkschaft Erziehung und Wissenschaft (GEW), explicó que, si bien los sindicatos germanos no suelen recibir financiación directa para sus trabajos de cooperación internacional, la situación de Alemania es “mixta”.
Por un lado, existe la amenaza de que se reduzcan los fondos de cooperación al desarrollo del Ministerio de Cooperación al Desarrollo, dijo Ludwig con preocupación: «Habrá que ver en el futuro cómo va a afectar esto a la cooperación al desarrollo en general, y a las organizaciones de la sociedad civil que participan en ella».
Por otro lado, se refirió positivamente a un cambio de enfoque que se aleje únicamente del comercio, al contrario de lo que ocurre ahora en Suecia. «El actual Ministerio de Cooperación Económica y Desarrollo y la Confederación de Sindicatos Alemanes están de acuerdo en que hay que centrarse más en los sindicatos también como interlocutores sociales. Las organizaciones sindicales son importantes para mejorar las condiciones laborales y crear así estructuras sociales sostenibles. Además, el Ministerio ha abierto por primera vez una línea de financiación especialmente destinada a los sindicatos en la cooperación al desarrollo. Con este apoyo, el GEW, junto con el sindicato de educación TUESWU de Ucrania, puede iniciar un proyecto para reforzar el trabajo sindical en tiempos de guerra».
Reino Unido: Recuperar las colaboraciones de antaño
Oliver Mawhinney, especialista en política internacional del Sindicato Nacional de Educación (NEU), se unió a sus colegas para lamentar la postura decepcionante del nuevo gobierno laborista del Reino Unido respecto a la financiación de la cooperación al desarrollo.
"Durante mucho tiempo dispusimos de un fondo civil con el que abordar posibles desafíos", decía Mawhinney. "Gracias a él, los sindicatos podían financiar proyectos de desarrollo de capacidades en el Sur global promovidos por el departamento de desarrollo internacional de ese momento. Sin embargo, en 2010 el Gobierno conservador cerró esa financiación y, desde entonces, los sindicatos del Reino Unido no disponemos de ningún fondo externo del Gobierno para nuestros proyectos de cooperación al desarrollo".
A continuación, Mawhinney pasó a describir las partidas asignadas a cooperación de los últimos tiempos. Los primeros presupuestos del nuevo Gobierno británico fijaron el importe de las ayudas para el año siguiente en el 0,5 % del PNB. "Esta ha sido la tendencia general desde 2020, cuando nuestro gobierno conservador decidió legislar la asignación de ayudas para reducirlas del 0,7 % hacia abajo. Uno de los verdaderos retos a los que nos enfrentamos es intentar que las ayudas vuelvan a alcanzar el 0,7 % del PNB". Según Mawhinney, desde el sindicato “no esperamos que vuelvan a alcanzar el 0,7 % hasta 2028-2029”. Por si fuera poco, la educación ha sido uno de los sectores más afectados por los recortes en las ayudas.
En sus observaciones finales, Mawhinney quiso reflejar el sentimiento general de los sindicatos educativos implicados en la cooperación al desarrollo afirmando que "la solidaridad colectiva es más importante que nunca en esta lucha a escala europea y mundial".
Este tema suscitó un gran interés entre las personas que asistieron al Café para la Cooperación al Desarrollo y, con toda seguridad, volverá a surgir en más debates cuando este tipo de eventos vuelvan a abrir sus puertas en enero de 2025.