Todos los años, el 20 de noviembre, se celebra el Día Mundial de la Infancia. Se trata de una fecha prometedora para los derechos de la infancia porque coincide con la adopción por parte de Naciones Unidas de la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989.
Tanto la Declaración como la Convención reconocen que todos los niños y niñas tienen derecho a una educación elemental o primaria gratuita. Pero, con motivo del Día de la Infancia en 2024, deberíamos aceptar que una educación primaria gratuita no es suficiente para preparar a los niños y niñas y que salgan adelante en el mundo actual; es el momento de actualizar la legislación internacional para que garantice una educación pública gratuita universal desde la etapa infantil hasta la educación secundaria.
Se están consiguiendo avances. Por ejemplo, en julio de 2024, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, organismo preeminente de la organización en esta materia, decidió redactar un borrador de actualización, conocido como “protocolo opcional”, para la Convención sobre los Derechos del Niño. Este nuevo tratado se centraría únicamente en actualizar la legislación internacional sobre derechos humanos para reconocer que todos los niños y niñas tienen derecho a atención y educación para la infancia temprana, desde educación preescolar (desde un año de edad como mínimo) hasta educación secundaria pública gratuita.
La iniciativa ha sido liderada por Luxemburgo, República Dominicana y Sierra Leona, y cuenta con el apoyo de 46 copatrocinadores de todas las regiones del mundo [1]. Se trata de un avance importante, pero aún queda mucho camino por recorrer. Para que las negociaciones sean un éxito cuando empiecen en septiembre de 2025, muchos más países tendrán que posicionarse para dar su apoyo firme y contundente.
El profesorado cuenta con una experiencia y unas perspectivas únicas sobre el valor de la educación de la primera infancia y la educación secundaria, por lo que tanto docentes como sus sindicatos tienen un papel indispensable a la hora de convencer a más gobiernos para que se sumen. En su reciente Congreso Mundial, miembros de la Internacional de la Educación señalaron que la educación de la primera infancia todavía no se considera un derecho universal en varios países, a pesar de afirmar que “es una parte intrínseca del sistema educativo”. En el Congreso se afirmó que “el derecho al aprendizaje empieza desde el nacimiento”, además de reconocer que para que se produzcan avances en el futuro en cuanto a educación para la primera infancia se necesita el apoyo y nuevas iniciativas organizativas de la Internacional de la Educación.
El mundo ha logrado avances destacados desde el establecimiento del Día Mundial de la Infancia en 1954, cuando apenas la mitad de los niños y niñas del mundo estaban matriculados en escuelas de educación primaria. A día de hoy, se calcula que el 88 por ciento de estos menores de todo el mundo han completado la escuela primera. Sin embargo, los porcentajes de éxito en el caso de la educación secundaria se quedan atrás, ya que solo el 59 por ciento de los niños y niñas de todo el mundo terminan sus estudios de educación secundaria. En cuanto a educación para la primera infancia, casi la mitad de los niños y niñas se quedan fuera.
La disparidad entre países con rentas altas y bajas es aún más extrema. En los países con pocos ingresos, solo uno de cada cinco menores acude a programas de formación de la primera infancia. En cambio, en los países con ingresos elevados, los niños y niñas tienen el doble de probabilidades de asistir a la escuela secundaria que los que proceden de países con rentas bajas.
El coste de la educación sigue siendo una barrera importante para millones de niños y niñas del mundo, sobre todo en los niveles infantil y secundario, donde estos importes provocan desigualdad en el acceso.
Los países que eliminan las tasas de escolaridad pueden experimentar aumentos sustanciales en los porcentajes de inscripción y conclusión de los estudios. Por ejemplo, en 2008, Ghana se convirtió en el primer país de África subsahariana que amplió la gratuidad a la educación infantil para garantizar dos años de educación gratuita obligatoria previa a la primaria. Después, en 2017, Ghana se comprometió a ofrecer toda la educación secundaria de forma gratuita. Los resultados de esta ampliación continua de la educación gratuita han sido sorprendentes. Según las últimas estadísticas, ahora Ghana cuenta con la tercera tasa de escolaridad más alta de África subsahariana, tanto en educación previa a la primaria como secundaria. Las vidas de millones de niños y niñas han mejorado gracias a un aumento de sus conocimientos, destrezas y oportunidades.
No será fácil emular este avance en un ámbito mundial. Por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación (UNESCO) calcula que se necesitan seis millones más de docentes de educación infantil para ofrecer un año de educación previa a la primaria gratuita en 2030.
La posibilidad o la voluntad de pagar de los padres no debería determinar el acceso de los niños y niñas a la educación infantil y secundaria. Los sindicatos de docentes, cuyos miembros están en primera línea de la educación, se encuentran en una posición única para luchar por este cambio global animando a sus gobiernos a apoyar el protocolo opcional cuando empiecen las negociaciones el próximo año.
La educación pública gratuita desde la primera infancia hasta la secundaria debe ser un derecho para todos los niños y niñas, y el apoyo de los sindicatos de docentes es clave para conseguirlo.
Nota
Las organizaciones miembros de la Internacional de la Educación que quieran participar en la iniciativa del protocolo opcional para la Convención sobre los Derechos del Niño pueden ponerse en contacto con el Secretariado de la IE - headoffice[at]ei-ie.org.
Los copatrocinadores de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas fueron: Albania, Armenia, Bahamas, Bosnia y Herzegovina, Botsuana, Brasil, Bulgaria, Burundi, Chile, Colombia, Costa Rica, Croacia, Chipre, República Checa, República Dominicana, Ecuador, Finlandia, Francia, Gambia, Georgia, Alemania, Ghana, Honduras, Hungría, Italia, Kazajistán, Kirguistán, Lituania, Luxemburgo, Malaui, Malta, islas Marshall, Micronesia, Moldavia, Mónaco, Nauru, Panamá, Paraguay, Perú, Filipinas, Rumanía, San Marino, Serbia, Sierra Leona, Eslovaquia, España, Ucrania, Uruguay y Uzbekistán.
Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.