"Un docente o una docente que no acepta sobornos de las familias, que publica anuarios de la clase o periódicos escolares con sus estudiantes, que trabaja duro para enseñar, que promueve la autonomía y la creatividad del alumnado, que alza la voz para hablar en nombre de sus colegas o que es popular entre el alumnado".
¿Saben qué tipo de docente es? En 1989, el Ministerio de Educación coreano envió a todos los equipos directivos escolares una carta oficial titulada "Cómo identificar al profesorado sindicado de su centro". La intención de este documento era incitar a los directores a encontrar a este tipo de docentes y denunciarlos antes las autoridades educativas o la policía. Pero, paradójicamente, lo que puso de manifiesto la carta fue justo lo contrario de lo que pretendía: que el personal docente del KTU eran profesionales con vocación y el compromiso de ofrecer una educación de calidad.
El sindicato Korean Teachers and Education Workers Union (KTU, o Jeongyojo en coreano) se fundó en 1989. El Gobierno lo ilegalizó inmediatamente después de fundado y despidió a 1527 docentes que se negaron a cancelar su afiliación al KTU y a presentar una carta de disculpa a las autoridades educativas. Era muy sencillo. Si el o la docente que se había sindicado renunciaba a su afiliación y se disculpaba ante la Administración por haberse unido al sindicato, podía conservar su trabajo docente. Si no lo hacía, el despido era inmediato. Las escuelas silenciaron a multitud de docentes que intentaron evitar los despidos colectivos. Un total de 1527 integrantes del KTU perdieron su trabajo. El Gobierno desacreditó a quienes se habían afiliado al KTU, estigmatizándoles como docentes que intentaban inculcar ideas inadecuadas en sus estudiantes. Así comenzó el difícil camino hacia la educación "cham" [1] y la democracia.
¿Por qué se creó el sindicato?
¿Cómo creen que eran las escuelas y la educación coreanas en la década de 1980? El profesorado carecía por completo de autonomía docente. Tenía que acatar las órdenes de la dirección del centro y del Gobierno. Las autoridades controlaban hasta el más mínimo detalle. La realidad de las escuelas surcoreanas incluía:
- severos castigos corporales al alumnado,
- una cultura autoritaria de estilo militar que imponía, por ejemplo, llevar el pelo muy corto,
- la práctica consistente de aceptar dinero ("chonji") de las familias,
- una educación competitiva y la rivalidad entre estudiantes para acceder a las mejores universidades,
- la total ausencia de libertad de expresión y de derechos del profesorado y el alumnado,
- la costumbre de publicar una lista por clase con los abonos de matrículas de multitud de estudiantes para apurarlos a pagar las mismas.
Un grupo de docentes valientes se negaron a seguir siendo marionetas en manos del Gobierno y se opusieron a sus órdenes. Formaron un sindicato para que se oiga la voz del personal docente y con el deseo de educar a sus estudiantes según dictaba su conciencia. El 28 de mayo de 1989, el primer presidente del KTU, el ya fallecido Young-gyu YOON, anunció la creación del KTU y leyó el manifiesto fundacional en la Universidad Yon-sei. Poco después, el régimen dictatorial militar detuvo y encarceló a cientos de afiliados y afiliadas y despidió a más de 1500.
La legalización del KTU
En 1999, tras una década de dura lucha, el KTU salió de la clandestinidad. Esta victoria fue el resultado de la labor y la colaboración de las bases del KTU, el alumnado, las familias y las organizaciones civiles en defensa de la democracia para la sociedad coreana. El KTU ha contribuido enormemente a elevar el nivel y la calidad de la educación nacional. Durante más de 10 años, el movimiento de la educación "cham" impulsado por el KTU promovió la innovación en la enseñanza, la creación de nuevos valores educativos —como la "educación por la reunificación coreana" y la educación ambiental—, avances pedagógicos encaminados a lograr una gestión del aula centrada en el alumnado y la revitalización de la autonomía de docentes y estudiantes. Desde la fundación del KTU, la opresiva e injusta cultura educativa de corte militar ha dado un giro radical. El KTU fue la mejor escuela, ya que los y las docentes se convirtieron en ejemplos reales de democracia para sus estudiantes. Tras su legalización, el KTU también luchó contra las agendas educativas basadas en ideologías neoliberales, como las pruebas de rendimiento escolar, la remuneración docente en función de los méritos y los sistemas de evaluación del profesorado. El KTU ha crecido hasta contar con 17 secciones provinciales, 12 comités permanentes, seis comités especiales y una base de afiliación que aglutina a 100 000 personas.
"Insectos dañinos" e ilegalización
En octubre de 2013, el KTU recibió un fax informándole que ya "no se le consideraba un sindicato legítimo". El Gobierno de Park Geun-hye despojaba al KTU de su condición jurídica aduciendo nueve despidos que se habían producido entre los 60 000 afiliados y afiliadas al sindicato. Era una excusa banal que escondía la verdad: la hostilidad de la presidenta Park Geun-hye hacia el KTU. En 2005, siendo legisladora, Park ya había comparado al profesorado sindicado con "insectos dañinos", avergonzando a la nación en una manifestación pública convocada en contra de la reforma de la regulación de las escuelas privadas. Antes de enviar la notificación definitiva, el Gobierno de Park aseguró que, si el KTU echaba a la calle a los y las nueve docentes despedidos y despedidas que trabajaban en aquel momento en la sede del KTU. El sindicato podía mantener su entidad jurídica, pero si no obedecía el mandato gubernamental, sería ilegalizado. Las bases del KTU votaron en asamblea y decidieron solidarizarse con los nueve compañeros y compañeras a pesar de la amenaza de ilegalización. Así fue como el KTU perdió su condición jurídica en 2013, un hecho al que le siguió una incansable batalla de siete años hasta recuperar su estatus en 2020. La legalización del KTU llegó ese año de mano de la democracia, cuando la presidenta Park Geun-hye dimitió tras las multitudinarias vigilias a la luz de las velas organizadas por la ciudadanía.
El KTU nació de la conciencia de un profesorado que no podía seguir asistiendo impasible al suicidio de estudiantes que gritaban que la felicidad no es proporcional a las notas obtenidas en los exámenes escolares. A pesar de la implacable represión del Gobierno militar, poco a poco los sueños y el duro trabajo del KTU fueron dando frutos y haciéndose realidad en el ámbito educativo. El profesorado no se amedrentó ante las amenazas del Gobierno. Resistió las asfixiantes condiciones de trabajo pensando en la sonrisa de sus estudiantes, en el brillo de su mirada y en la futura sociedad democrática en la que merecían vivir. La democracia coreana todavía no es sólida. Sin embargo, si hemos llegado hasta aquí, ha sido gracias a la sangre, el sudor y las lágrimas de las y los sindicalistas veteranos que hicieron frente a una larga época de opresión y explotación. El KTU se afilió a la Internacional de la Educación en 1993 y sigue trabajando con organizaciones sindicales y educativas de todo el mundo por un futuro mejor.
El KTU defiende el concepto de "chamgyoyuk". "Cham" significa "verdadero" o "real". "Gyoyuk" quiere decir "educación". En Corea, los regímenes militares habían adulterado tanto la educación pública que las escuelas eran poco más que centros de propaganda. La educación "cham" hace referencia a una educación veraz y de calidad.
Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.