El Consejo Ejecutivo de la Federación Americana de Maestros, el organismo que representa a 1,72 millones de docentes, profesionales de educación superior y personal sanitario y del sector público, adoptó por unanimidad una declaración integral sobre la guerra en Oriente Medio y su impacto en Estados Unidos. La Federación Americana de Maestros es miembro de la Internacional de la Educación.
El camino que condujo a la redacción de esta resolución está lleno de aportaciones y debates significativos con los líderes y las bases de los organismos afiliados a la AFT de todo el país, incluidas sesiones de escucha y aprendizaje que empezaron justo después del 7 de octubre, día del ataque de Hamás en Israel. Se trata de una declaración integral que incluye medidas específicas para lograr una paz duradera en la región. Además, se ocupa de los efectos del conflicto en el propio país. En la resolución se pide:
- Alcanzar un alto al fuego bilateral negociado, acordado por ambas partes implicadas en la guerra y que cuente con la garantía de la comunidad internacional. El acuerdo de alto el fuego debe incluir la provisión inmediata de alimentos, agua, asistencia médica, ropa, refugio de emergencia y ayuda humanitaria de otro tipo que la población civil de Gaza necesita de forma desesperada, además de la liberación de todos los rehenes de Israel secuestrados por Hamás el 7 de octubre.
- Reafirmar el apoyo de la AFT a la solución de los dos estados, con autodeterminación real para el pueblo de Israel y Palestina, con la certeza de que ambos tienen un arraigo profundo en esta tierra y derecho a vivir en paz y en libertad.
- Condenar todas las formas de antisemitismo e islamofobia y continuar la labor de la AFT para garantizar que nuestros lugares de trabajo sean espacios seguros y sin miedo al odio y la intolerancia.
- Garantizar que Estados Unidos siga siendo un lugar donde toda la gente pueda expresar sus discrepancias de forma segura, en sus comunidades, en la calle o en un campus universitario. El conflicto no debería utilizarse como excusa para llevar a cabo ataques políticos a colegas y universidades estadounidenses ni como pretexto para minar los esfuerzos necesarios para aumentar la diversidad, fomentar la equidad y avanzar en la inclusión.
La resolución también condena los obstáculos que la AFT encuentra para alcanzar la paz, incluidos Hamás y las políticas del gobierno de Netanyahu.
La presidenta de la AFT, Randi Weingarten, declaró:
«A diario somos testigos del tremendo dolor que está padeciendo el pueblo palestino e israelí. Muchos de nuestros miembros mantienen lazos estrechos con la población de los territorios de Israel y Palestina, por lo que sienten este dolor personalmente. Muchos otros, incluidos el estudiantado al que enseñamos, sienten dolor y pesar por lo que ha sucedido».
«Ya ha pasado el tiempo de la guerra y ahora es el momento de que entre en acción la diplomacia. Creemos sinceramente que el futuro de Oriente Medio pasa por poner fin a décadas de conflicto y matanzas reconociendo los derechos de ambos pueblos y optando por la solución de los dos estados. Nuestro trabajo no se detendrá con una resolución: no nos mantendremos al margen y seguiremos escuchando a nuestros miembros y comunidades, así como esforzándonos para avanzar hacia una paz duradera».
«Por otra parte, rechazamos la retórica tóxica que enfrenta a quienes se levantan contra el antisemitismo y la islamofobia contra quienes defienden que se debe preservar la libertad de cátedra y el derecho a la libertad de expresión del estudiantado, el profesorado y el personal académico: podemos y debemos hacer ambas cosas. Nuestras instituciones tienen la obligación de mantener la seguridad del estudiantado y el personal, así como de levantarse contra el fanatismo; y con ella deben cumplir».
Petición mundial de paz
La Internacional de la Educación también sigue intentando lograr el fin de la guerra entre Israel y Hamás, la liberación de todos los rehenes y el fin de la violencia indiscriminada. La IE reitera su petición de un alto el fuego inmediato impuesto y garantizado por Naciones Unidas, el establecimiento de corredores humanitarios para evitar una catástrofe humanitaria aún mayor y la pérdida de vidas de civiles. Además, exige un esfuerzo sincero para alcanzar una paz sostenible.