Ante la escalada de violencia en la Franja de Gaza, la Internacional de la Educación instó al Gabinete de Guerra de Israel a que ponga fin al sufrimiento y a la destrucción y respete los principios de la Carta de las Naciones Unidas y del derecho internacional humanitario. El llamamiento recuerda a las partes que deben devolver a los cautivos, proteger las vidas de los civiles y preservar la infraestructura civil, así como las instalaciones educativas y sanitarias, en todos los territorios palestinos.
Ha surgido una situación de grave preocupación a raíz de los bombardeos indiscriminados y desproporcionados lanzados por Israel en toda la Franja de Gaza, desde el aire y el mar hasta la tierra. El Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA, por sus siglas en inglés) informa de que al menos 88 instituciones educativas han sido atacadas directamente. Esto comprende la destrucción de 18 escuelas del UNRWA y 70 escuelas de la Autoridad Palestina. La consecuencia es la negación de una educación segura a más de 600 000 niños en Gaza, y actualmente se está pidiendo a la población de Gaza que evacue hacia el sur, sin contar con ningún lugar realmente seguro donde buscar refugio.
La Internacional de la Educación apoya a los organismos de las Naciones Unidas y a las organizaciones de derechos humanos en la condena de este uso desproporcionado e indiscriminado de la fuerza, en el que poblaciones y edificios civiles han sido objeto de ataques aéreos directos. Las partes en un conflicto deben distinguir entre combatientes y civiles y entre objetivos militares y bienes civiles. La proporcionalidad dicta que ningún ataque contra un objetivo militar cause daños excesivos a civiles o a bienes civiles en relación con la ventaja militar prevista.
La Internacional de la Educación había denunciado con anterioridad el ataque terrorista perpetrado por Hamás contra civiles israelíes. A fin de romper el ciclo de violencia, la Internacional de la Educación hizo hincapié en la necesidad de que la comunidad internacional se una en una categórica denuncia de todas las formas de violencia. Las consecuencias de los conflictos armados son devastadoras y de gran alcance, y generan profundas repercusiones en los pueblos de la región, que tienen derecho a un futuro libre de violencia y de guerra.
La Internacional de la Educación expresa su inquebrantable solidaridad con el personal docente, los estudiantes y las comunidades de la región afectada. Nos hemos comprometido sistemáticamente con nuestras organizaciones miembros tanto en Israel como en Palestina, poniendo de relieve la importancia fundamental del diálogo y la preservación de los valores de la educación y la paz. Nuestro compromiso con nuestras organizaciones miembros en la región se mantiene firme. No obstante, las graves repercusiones para los civiles nos alarman y promueven un llamamiento a las partes en conflicto para que respeten el derecho internacional.
La Internacional de la Educación seguirá supervisando y documentando las violaciones, presentando informes a los Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, así como al Relator Especial sobre el derecho a la educación.