Insistiendo en la repercusión negativa que supone el retraso en el pago de los salarios del personal docente y del personal de apoyo educativo en Kurdistán, el presidente del Kurdistan Teachers’ Union (KTU), Abdulwahed Muhammad Haje, ha dejado claro que los atrasos en el pago de los salarios de los docentes y las docentes del Kurdistán deben considerarse como préstamos que deben ser reembolsados.
El problema del pago de los salarios surgió a principios de 2015 y se retrasó mes tras mes debido al conflicto existente entre el gobierno regional del Kurdistán y el gobierno federal iraquí, explicó.
Esto condujo a un ahorro forzoso a finales de 2015 y principios de 2016, que oscilaba entre el 20% al 70%, lo cual contraviene los requisitos legales de la ley sobre salarios N° 23 de 2008 y la ley sobre la función pública N° 24 de 1960, añadió.
Asimismo, Haje criticó el hecho de que no se abonaron doce salarios completos: cuatro meses en 2015, y los ocho meses restantes en 2019 y principios de 2020. Además, se llevaron a cabo recortes salariales de entre el 21% y el 18% durante un período de diez meses.
Estas medidas drásticas se implementaron en un momento en que los aumentos salariales llevaban suspendidos desde 2015, puntualizó, y “de mucha dificultad y austeridad”.
Los sueldos o importes salariales que faltaban “sin duda habrían cumplido algunos de los sueños y las metas de las familias y de las personas”, destacó.
¡Los atrasos salariales son deudas que hay que saldar!
Haje went on: “Those who have made life more difficult for the Kurdish people must not forget this and take the situation lightly. They should not believe that teachers and employees merely passed this period. On the contrary, all those who have been mistreated in this position have one slogan: Arrears are debts that must be acquitted!”
VHaje prosiguió: “Aquellos que han hecho que la vida sea más difícil para el pueblo kurdo no deben olvidar esto ni tomarse la situación a la ligera. No deben creer que el personal docente y los empleados y empleadas simplemente olvidaron este período. Al contrario, todas las personas que han sido injustamente tratadas en este cargo poseen un lema: ¡Los atrasos salariales son deudas que hay que saldar!”.
El silencio del gobierno del Kurdistán enfureció a la población del Kurdistán, añadió Haje.
Al explicar que a veces se argumenta que la administración kurda debe reembolsar las deudas, y otras veces que Bagdad -el gobierno central iraquí- debe sufragar las deudas porque fue el principal causante de que ocurrieran, Haje mencionó que el gobierno iraquí no se considera a sí mismo como la principal entidad encargada de resolver la situación y reembolsar los pagos, y anunció que no es responsable de ello.
En opinión de Haje, “la pelota ahora ha regresado al campo de la administración del Kurdistán, y ya es hora de que esta tome la valiente decisión de devolver el dinero. No debe obligar a la población del Kurdistán, sobre todo a las personas que se han enfrentado a numerosos desafíos, a esperar la ayuda de Bagdad”.
Destacó además que “ningún educador o empleado cree que sus ahorros deban ser reembolsados de una sola vez. Simplemente pretenden que la administración kurda confirme que le debe dinero al pueblo kurdo y que el importe de las obligaciones se refleje en una cuenta bancaria, en la que pueda utilizarse y emplearse para varios fines”.
El sindicato también espera que el gobierno reembolse lo mayor cantidad posible cada mes, añadió Haje. “Es, en mi opinión, lo mínimo que la administración kurda puede hacer por sus docentes, empleados y leales kurdos”.