De entre los cientos de miles de historias dramáticas que nos ha dejado el terremoto que asoló Turquía y Siria, una de las que más ha conmovido a la comunidad educativa ha sido la terrible pérdida de un equipo de voleibol escolar de Chipre del Norte.
El 6 de febrero, un terremoto de magnitud 7,8 devastó la región fronteriza entre Turquía y Siria. Decenas de miles de personas murieron y muchas más resultaron heridas o perdieron su hogar, su lugar de trabajo y su escuela. El seísmo también afectó a otras comunidades de fuera de Siria y Turquía. Los sindicatos de Chipre del Norte se han hecho eco de la trágica historia de un equipo deportivo escolar cuyos integrantes —entre los que se contaban alumnos y alumnas, profesorado, entrenadores, madres y padres— perdieron la vida en Adiyaman, Turquía.
En una carta conjunta, el Sindicato de Personal Académico de las Universidades del Mediterráneo Oriental (DAÜ-SEN), el Sindicato Turcochipriota de Docentes de Secundaria (KTOEOS) y el Sindicato Docente Turcochipriota (KTÖS) informaron a la IE del trágico fallecimiento de 24 estudiantes de los equipos de voleibol masculino y femenino del instituto Gazimağusa Turkish Maarif de Famagusta, Chipre del Norte. Todos tenían entre 11 y 14 años. También fallecieron cuatro docentes, pertenecientes al KTOEOS, dos entrenadores y cinco madres y padres que viajaban con el grupo escolar como supervisores.
Se habían desplazado hasta Adiyaman para participar en un torneo de voleibol escolar. El hotel en el que se alojaban se derrumbó totalmente cuando se produjo el terremoto. De las 39 personas que formaban el grupo entre adultos y niños, solo fue posible rescatar a tres progenitores y un profesor.
La población de la pequeña ciudad costera de Famagusta está conmocionada por la pérdida. Miles de personas asistieron a los funerales por las chicas y los chicos fallecidos, por su profesorado y sus familias. Pero en toda la isla, las comunidades turcas y griegas comparten su dolor por las vidas perdidas.
Las investigaciones sobre el derrumbe del hotel han llevado al arresto de cuatro personas, incluido su propietario. Los informes preliminares apuntan a fallos en el diseño, uso de materiales de baja calidad e incumplimiento de las normas de seguridad. Los sindicatos educativos se han unido para pedir justicia.
Otros equipos de voleibol turcochipriotas —los equipos masculinos de los institutos de secundaria Canbulat Özgürlük y Namık Kemal y el equipo femenino del instituto Gazimağusa Turkish Maarif— que habían viajado a Turquía para participar en el mismo torneo consiguieron sobrevivir a la catástrofe.
En total, 49 turcochipriotas fallecieron en el terremoto. Muchas de las personas afiliadas al DAÜ-SEN, al KTOEOS y al KTÖS han perdido a parientes y familiares. Miles de estudiantes de las universidades de Chipre del Norte estaban también en las regiones afectadas por el seísmo visitando a sus familias durante las vacaciones semestrales.
La solidaridad es fundamental
Nada más producirse tragedia, los sindicatos de Chipre del Norte se pusieron manos a la obra: iniciaron campañas de ayuda para las víctimas del terremoto, organizaron el retorno seguro del alumnado, pusieron a su disposición el apoyo que tanto necesitaban para curar las heridas físicas y psicológicas y les brindaron asistencia para retomar su educación en las mejores condiciones posibles.
Tanto la solidaridad local como la internacional han sido fundamentales para responder al desastre. Las organizaciones afiliadas a la Internacional de la Educación en Siria (Sindicato de Docentes del Noreste de Siria) y Turquía (Eğitim sen) se han movilizado para ayudar a sus miembros y a las comunidades afectadas. La Internacional de la Educación ha publicado un llamamiento urgente para pedir a todas las entidades afiliadas que hagan su aportación al Fondo de Solidaridad de la IE, cuyo objetivo es contribuir al esfuerzo humanitario y a la recuperación de la comunidad sindical local.