En una declaración publicada hoy, Día Internacional de la Educación, el Secretario General de la Internacional de la Educación, David Edwards, hace un llamamiento para que se tomen medidas urgentes y decisivas para hacer frente a todas las desigualdades que se pusieron de manifiesto y se exacerbaron durante la COVID-19, y para que se garantice el derecho a una educación pública y gratuita de calidad para todos y todas.
La tercera edición del Día Internacional de la Educación (24 de enero) llega en un momento en el que la educación se enfrenta a su mayor crisis de la historia moderna. En 2020, más de 1.600 millones de estudiantes se vieron afectados por el cierre de escuelas a nivel global, provocado por la pandemia del COVID-19 y el paso a la educación a distancia. El acceso no ha sido equitativo, en gran parte debido a la gran brecha digital. Al menos 463 millones de estudiantes (más del 30% de los alumnos de todo el mundo) se quedaron sin acceso a la educación durante meses, sin medios para acceder a la enseñanza a distancia. Los más vulnerables fueron los más afectados.
El objetivo del Día Internacional de la Educación de este año es movilizar el apoyo mundial para "Recuperar y revitalizar la educación para la generación COVID-19". Hablando en nombre de 32 millones de docentes y personal de apoyo a la educación de todo el mundo, David Edwards subrayó que el mundo tiene la responsabilidad colectiva de evitar que la pandemia defina la vida de cientos de millones de niños y niñas.
El Secretario General de la Internacional de la Educación esbozó el camino hacia la recuperación destacando cuestiones críticas como la necesidad de dar prioridad a los educadores para las vacunas contra el COVID-19 con el fin de reabrir las escuelas de forma segura; el imperativo de realizar auditorías de equidad y tomar las medidas necesarias para que nadie se quede atrás; incluir a la profesión docente en la gobernanza de la tecnología educativa y luchar contra la comercialización de la educación a nivel mundial.
Lo más importante es que todos los esfuerzos de recuperación requerirán una importante financiación nacional, que incluya el alivio de la deuda, una fiscalidad progresiva y un aumento de la ayuda internacional. Sin este serio compromiso con la educación, ninguna sociedad puede esperar recuperarse de la crisis.
Vea la declaración de David Edward a continuación.