Ei-iE

Ninguna sociedad puede recuperarse si no está a la altura de la promesa de la educación para todos

publicado 24 enero 2021 actualizado 22 enero 2021
Suscríbete a nuestros boletines

En una declaración publicada hoy, Día Internacional de la Educación, el Secretario General de la Internacional de la Educación, David Edwards, hace un llamamiento para que se tomen medidas urgentes y decisivas para hacer frente a todas las desigualdades que se pusieron de manifiesto y se exacerbaron durante la COVID-19, y para que se garantice el derecho a una educación pública y gratuita de calidad para todos y todas.

La tercera edición del Día Internacional de la Educación (24 de enero) llega en un momento en el que la educación se enfrenta a su mayor crisis de la historia moderna. En 2020, más de 1.600 millones de estudiantes se vieron afectados por el cierre de escuelas a nivel global, provocado por la pandemia del COVID-19 y el paso a la educación a distancia. El acceso no ha sido equitativo, en gran parte debido a la gran brecha digital. Al menos 463 millones de estudiantes (más del 30% de los alumnos de todo el mundo) se quedaron sin acceso a la educación durante meses, sin medios para acceder a la enseñanza a distancia. Los más vulnerables fueron los más afectados.

El objetivo del Día Internacional de la Educación de este año es movilizar el apoyo mundial para "Recuperar y revitalizar la educación para la generación COVID-19". Hablando en nombre de 32 millones de docentes y personal de apoyo a la educación de todo el mundo, David Edwards subrayó que el mundo tiene la responsabilidad colectiva de evitar que la pandemia defina la vida de cientos de millones de niños y niñas.

El Secretario General de la Internacional de la Educación esbozó el camino hacia la recuperación destacando cuestiones críticas como la necesidad de dar prioridad a los educadores para las vacunas contra el COVID-19 con el fin de reabrir las escuelas de forma segura; el imperativo de realizar auditorías de equidad y tomar las medidas necesarias para que nadie se quede atrás; incluir a la profesión docente en la gobernanza de la tecnología educativa y luchar contra la comercialización de la educación a nivel mundial.

Lo más importante es que todos los esfuerzos de recuperación requerirán una importante financiación nacional, que incluya el alivio de la deuda, una fiscalidad progresiva y un aumento de la ayuda internacional. Sin este serio compromiso con la educación, ninguna sociedad puede esperar recuperarse de la crisis.

Vea la declaración de David Edward a continuación.