La Federação Nacional da Educação (FNE) ha mostrado su preocupación por la seguridad del profesorado y el personal de apoyo educativo (ESP) portugués durante la pandemia de COVID-19, sobre todo, en el caso de los grupos de alto riesgo.
Aproximadamente, uno de cada cuatro docentes (un 26,4 por ciento) indicó en una encuesta de la FNE que pertenecía a un grupo de alto riesgo. Además, un 27,8 por ciento del personal de apoyo educativo que respondió a la encuesta declaró encontrarse en la misma situación.
Dado el envejecimiento del profesorado, la FNE espera que pronto aumente el número de docentes de grupos considerados de alto riesgo. Según la legislación portuguesa, estos grupos serían los mayores de 65 años, convivientes de pacientes que padecen enfermedades crónicas o tienen problemas relacionados con el sistema inmunitario, las personas que han recibido un trasplante o quienes tienen VIH.
En su último informe, titulado «Situación de los centros escolares de cara a la vuelta a las aulas», el sindicato educativo manifestó lo que pide para garantizar la seguridad del personal docente cuando se reanude la formación presencial. Este documento, presentado por el Consejo Ejecutivo de la FNE el 19 de noviembre, se basa en una encuesta nacional a 1.316 docentes y 248 profesionales de apoyo educativo de instituciones desde preescolar hasta educación primaria y secundaria. La consulta se llevó a cabo del 17 de septiembre al 2 de octubre.
Trabajo a distancia
Según el estudio de la FNE, en torno a un 13,1 por ciento de los docentes pretende seguir trabajando desde casa mientras dure la pandemia. Por otra parte, uno de cada cinco (un 21,1 por ciento) expresó que su intención es reducir al mínimo el tiempo que pasa en los centros escolares.
Sin embargo, la FNE señaló que, en la actualidad, el profesorado de grupos de alto riesgo no puede solicitar legalmente el teletrabajo. Su única opción consiste en justificar su situación al administrador escolar con una declaración o certificado médico. Este último documento les permite no acudir a trabajar durante 30 días sin pérdida salarial.
Certificados médicos
Si el profesorado prefiere quedarse en casa para protegerse y proteger a los demás más allá de 30 días, necesitará otro certificado médico. No obstante, ciertos médicos se niegan a expedir estos certificados médicos adicionales, por lo que el docente pierde el salario, como si estuviera “enfermo de verdad”.
Esta situación ha provocado confusión legal. En marzo, los docentes se vieron obligados a quedarse en casa y teletrabajar. Sin embargo, ahora la ley les prohíbe hacerlo y afecta negativamente a su salud y seguridad.
La FNE mostró su sorpresa ante las declaraciones del Ministro de Educación, que afirmó que a día 30 de octubre, solo 700 docentes que pertenecían a grupos de alto riesgo habían enviado la documentación necesaria para permanecer 30 días en casa. El sindicato ha llegado a la conclusión de que, en la práctica, y ante la ausencia de un marco adecuado, el profesorado de grupos de alto riesgo ha seguido asistiendo a los centros escolares, a pesar de las circunstancias desfavorables en las que lo ha hecho.
El derecho a elegir el teletrabajo
Dada la situación legal y laboral de los docentes de grupos de alto riesgo durante la pandemia de COVID-19, el departamento legal de la FNE analizó la legalidad de las directrices emitidas por el Ministerio de Educación, que imponen obstáculos para el ejercicio del derecho a trabajar de forma remota.
La FNE critica que este derecho no se haya garantizado porque su ejercicio depende exclusivamente de la voluntad de los empleados, aunque sea una obligación de seguridad y salud para el empleador.
Según el departamento legal de la FNE, el profesorado tiene derecho a disfrutar del teletrabajo. La FNE y sus sindicatos miembros seguirán movilizándose para defender los derechos de este colectivo.
Exigencia de directrices mejoradas
En una carta abierta al Ministerio de Educación con fecha 13 de noviembre, la FNE expresaba su oposición al modo en que dicho ministerio ha gestionado el curso académico.
La federación criticaba la incapacidad del gobierno para dar con una solución justa sobre los procedimientos aplicables al profesorado categorizado como grupo de alto riesgo. Así, se provocó una situación contradictoria en la que se impedía teletrabajar a estos últimos mientras que otros compañeros en ubicaciones aisladas se veían obligados a usar herramientas digitales para enseñar y aprender a distancia con el fin de seguir trabajando.
La FNE ha pedido a las autoridades que debatan y establezcan pautas que, entre otros aspectos, aclaren la normativa en cuanto a absentismo derivado de la pandemia y su relación con el desarrollo profesional y los recortes salariales. Estas directrices también deberían establecer opciones de teletrabajo para docentes de grupos de alto riesgo.
Informe completo
El informe «Situación de los centros escolares de cara a la vuelta a las aulas» de la FNE también incluye información detallada de docentes y personal de apoyo educativo sobre el funcionamiento de las entidades educativas (por ejemplo, la labor del Ministerio de Educación, las condiciones de seguridad o los recursos humanos disponibles).