El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) celebrarán sus Reuniones Anuales del 16 al 18 de octubre. Las instituciones financieras internacionales pueden jugar un papel decisivo para asegurar que haya una recuperación real y sostenible de la pandemia de COVID-19. La Confederación Sindical Internacional y las Federaciones Sindicales Internacionales, al tiempo que reconocen la acción positiva por parte de ambas instituciones frente a la crisis, las exhortan a liderar un esfuerzo de solidaridad global que reduzca la pobreza y conduzca a un desarrollo más justo.
La declaración de la Agrupación Global Unions insiste en la necesidad de adoptar medidas para aportar un alivio de la deuda integral y a largo plazo para mitigar la carga de la deuda que pesa sobre los países en desarrollo, así como otras acciones para hacer frente a los peligros de la desigualdad mundial y estimular el empleo.
Hace énfasis en la importancia de unos servicios públicos de calidad, debidamente financiados, afirmando que “la COVID-19 debería provocar un cambio que promueva el apoyo a la protección social universal, la cobertura médica y la garantía de una educación de calidad, equitativa e inclusiva, no solamente hoy, sino también para el futuro. El Banco puede dar un primer paso haciendo permanente la congelación de las inversiones en las escuelas de enseñanza primaria y secundaria (K-12) con fines de lucro”.
En una circular enviada a todas las organizaciones miembros, el secretario general de la Internacional de la Educación, David Edwards, instó a emprender acciones a escala nacional apoyando la posición de la Agrupación Global Unions, incluyendo remitir la declaración a sus respectivos Gobiernos y a los Directores Ejecutivos del Banco Mundial y el FMI.
La Internacional de la Educación firmó asimismo una declaración conjunta con más de 500 organizaciones sindicales y de la sociedad civil y académicos, en defensa de los servicios públicos, donde se pide al FMI que deje de promover la austeridad.
En medio de la pandemia y las distintas crisis asociadas, este año el FMI ha sugerido a los países que vuelvan a aplicar medidas de austeridad una vez termine la pandemia. La evidencia indica que hasta el 90 por ciento de los países con bajos ingresos recibieron la recomendación de congelar o reducir el gasto público en salarios. Se ha registrado ya una considerable desaceleración en cuanto a los esfuerzos para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible para 2030. Muchos países se quedarán todavía mucho más fuera de órbita en relación con el Objetivo 4 sobre educación.
El secretario general de la Internacional de la Educación, David Edwards, subrayó que “las fracturas en cuanto a la solidaridad global, la justicia social, y en relación con los servicios públicos han quedado más visibles, y la injusticia se ha acentuado a causa de la pandemia y otros desastres relacionados”.
“En todas las regiones del mundo, la población ha aprendido o recordado poderosas lecciones de estas crisis en cuanto al valor de los servicios públicos y la contribución del personal de la educación que hace posible aportar dichos servicios. Políticos, Gobiernos e instituciones internacionales, en especial el Banco Mundial y el FMI, deben aplicar esas mismas lecciones y evitar esta plaga de injusticia y dolor humano. Tenemos que conseguirlo”.
La declaración de la Agrupación Global Unions puede consultarse aquí.
La Declaración Conjunta de la Internacional de la Educación y otras organizaciones sindicales y de la sociedad civil y académicos (en inglés) puede encontrarse aquí.
El 13 de octubre, la Internacional de la Educación, la Internacional de los Servicios Públicos y ActionAid organizarán un webinario sobre el impacto de los recortes y el congelamiento de salarios públicos.