Un hilo común que ha conectado a docentes y estudiantes de todo el mundo durante esta pandemia ha sido el sentimiento de humanidad compartida. Con el cierre de los establecimientos educativos —sin apenas aviso previo— docentes, direcciones escolares, estudiantes y familias se vieron en la necesidad de responder a una serie de exigencias educativas sin precedentes. El profesorado se vio obligado a replantear la enseñanza en el aula y al mismo tiempo tuvo que enfrentarse a su propia vulnerabilidad y la de su alumnado.
El personal docente ha sido testigo de primera mano de las exigencias que la pandemia ha impuesto a la profesión. En este tiempo me he puesto en contacto con una serie de docentes para saber qué repercusiones ha tenido la pandemia en su trabajo de docencia y qué podemos aprender de estas experiencias.
Varios docentes estadounidenses han señalado que la pandemia ha magnificado las desigualdades ya evidentes en los centros educativos, así como las vulnerabilidades de algunos estudiantes.
Según Michael Porter, un docente de Florida, “la pandemia nos ha obligado a empezar a entender lo importante que es la educación pública para el alumnado más vulnerable de Estados Unidos”. Milton Reynolds, de California, ha advertido que “las consecuencias asimétricas de la pandemia de COVID-19 han dejado claro que los patrones de desvalorización categórica que marcaron nuestro pasado siguen estando muy presentes en la actualidad”.Según John (Jake) Garrels, un profesor de Massachusetts, “al igual que la mayoría de las crisis, el Coronavirus ha dejado al descubierto otro sufrimiento crónico que ha lacerado a Estados Unidos desde su nacimiento: la desigualdad. Los distritos más pudientes, a pesar de haber sufrido, han capeado la tormenta con recursos tecnológicos y humanos extraordinarios, pero las regiones menos favorecidas han luchado y han perdido el precioso terreno que acababan de ganar hacía nada”.
Además, Jake Garrels indicó que el entorno de la educación a distancia ha tenido un impacto negativo desproporcionado en su alumnado con necesidades especiales “que dependía en gran medida de los servicios individuales y que está mal atendido debido a la educación a distancia”. Por otro lado, este alumnado suele venir de centros educativos con aulas abarrotadas, de modo que es prácticamente imposible cumplir las medidas de distanciamiento social.
Muchos docentes han descubierto el gran poder de su voz en la defensa de la seguridad y el bienestar de su alumnado y de sí mismos. La mayor parte del profesorado que respondió a mi invitación a participar en este foro de la IE hizo referencia a las vías que les habían llevado a descubrir nuevos recursos y estrategias internos para trabajar con el alumnado.
Miles Rinehart, profesor de alumnado con necesidades especiales en Nueva York, comentó que: “como profesor, siempre intento apoyar el aprendizaje de mi alumnado y construir su acervo de conocimientos de todas las maneras posibles, pero lo más importante en estos momentos para mí y para muchos de mis compañeros y compañeras es ofrecer un lugar a nuestros estudiantes, ya sea a distancia o en un edificio real, donde se sientan seguros y cuidados para que puedan cumplir con esas aspiraciones académicas”.
Jake Garrels, que imparte clase en prisión a jóvenes del sistema de justicia juvenil de Massachusetts, nos contó cómo ha trabajado con las condiciones provocadas por la pandemia: “Muy por delante del resto del país, el Departamento de Servicios Juveniles ha invertido mucho en la tecnología de Chromebook y ha fomentado el uso de aplicaciones como Google Classroom. El hecho de que haya tenido que centrar mis clases durante tanto tiempo en proyectos independientes y dirigidos por el propio alumnado ha reforzado muchísimo nuestras propias aptitudes”. Pero aún así, comenta Garrels, los problemas no han desaparecido, ya que “más de un tercio de nuestros estudiantes siguen Programas Educativos Individualizados (PEI) y tienen dificultades para mantenerse centrados en sus tareas sin apoyo individual, y este apoyo no se puede recrear a distancia”.
Sabemos que la experiencia de aprendizaje es profundamente humana y que se construye sobre la relación fundamental que se establece entre docente y alumno. En Europa, donde algunos estudiantes ya han vuelto a las aulas, mis amigos maestros y maestras han destacado la importancia de esta conexión humana, redescubierta recientemente. Filip Car, de Croacia, cree que “la situación actual ha demostrado lo importante que es el elemento humano en la educación y cómo ese elemento se ha descuidado en muchos aspectos”.John Crane, un docente de la República Checa, sostiene que la vuelta a los centros educativos “confirma que la parte más importante de la educación son las relaciones que se establecen en el aula... La interacción humana es compleja, y limitar a nuestros niños y niñas a las relaciones digitales en línea no es una solución para educar al niño en su conjunto”.
Como docente y activista de derechos humanos, me gustaría creer que la importancia del personal docente ha sido prominente a los ojos de la ciudadanía. Además, también he observado que la voz del personal docente y sus sindicatos es hoy más fuerte que nunca. ¿Y ahora qué? ¿Quizás más respeto por el profesorado, por la dirección de los centros educativos y por su trabajo? Como dice Michal Porter, de Florida: “El personal docente de Estados Unidos es resiliente, al igual que sus estudiantes. A pesar de su preocupación por la continua falta de respeto por todo lo que hacen, muchos docentes siguen formándose y creando una nueva sinergia construida a partir de su compromiso de conocer todos los recursos disponibles y la mejor manera de utilizarlos de forma rápida y eficiente. Muy dentro de mí siento que la educación, al igual que muchas otras fuerzas del mundo, está experimentando un proceso de renacimiento y redefinición del importante papel que siempre desempeñará en la sociedad”.
Y, quizás, un objetivo común compartido por muchos sea el compromiso renovado de abordar las desigualdades de nuestras sociedades que se manifiestan de forma tan clara en nuestros sistemas educativos. Milton Reynolds, un docente de California, ha hecho un llamamiento para poner fin al racismo en Estados Unidos y para que se reconozca el papel de la educación en esta labor. “El personal docente debe analizar detenidamente el pasado y fijarse como meta trascender las consecuencias negativas a nivel cognitivo y de dignidad derivadas del estado daltónico al que hemos estado sometidos durante tanto tiempo. Para ello, debemos invertir en esfuerzos sostenidos de compromiso —impulsados por un propósito, por el coraje y por la transparencia— con las historias de racialización e identificación diferencial que sustentan los patrones de desaprovechamiento humano que entorpecen la creación de un futuro inclusivo y generativo”.
Como he comentado al principio de este artículo, un hilo común que ha conectado a docentes y estudiantes de todo el mundo durante esta pandemia ha sido el sentimiento de humanidad compartida. Este sentimiento es aplicable tanto al entorno del aula como a la familia mundial de docentes que representa la Internacional de la Educación. En el Día Mundial de los Docentes, aprovechemos la dimensión humana de la enseñanza en el marco del derecho humano a la educación para todos. Y animémonos a nosotros mismos y a nuestros líderes a volver a analizar con detenimiento las dolorosas desigualdades que la pandemia ha dejado al descubierto, y hagamos todavía más por nuestros niños y niñas, por todos los niños y niñas. Se lo merecen.
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El 5 de octubre, la Internacional de la Educación celebra el Día Mundial de los Docentes con una transmisión virtual de 24 horas alrededor del mundo. Docentes de todos los rincones se reúnen para compartir lo que han aprendido en su profesión y cómo asegurar que avancemos hacia una educación de calidad, inclusiva y equitativa para todos y todas.
El programa completo, que incluye a docentes del mundo entero, así como presidentes, primeros ministros, ministros de educación, directores de organizaciones internacionales, conocidos periodistas y científicos, un Premio Nobel de la Paz, y muchos otros, está disponible en https://www.5oct.org/es/programa/.
El evento es transmitido en directo a través de todas las plataformas de la Internacional de la Educación, y pueden registrarse aquí.
Todos los enlaces de streaming están disponibles en >www.5oct.org/watch/>, con interpretación en inglés, francés, español, árabe, portugués, ruso y japonés.<>
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