La 10ª edición de la Cumbre Internacional sobre la Profesión Docente (ISTP) se celebró el pasado 2 de junio de 2020 de manera virtual. La ISTP, que cuenta como anfitrionas con la Internacional de la Educación y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), reunió a los ministros de educación y los sindicatos de la educación en torno a un debate sobre el impacto de la pandemia de COVID-19 en la educación y sobre cómo garantizar que los sistemas educativos salgan fortalecidos de esta crisis.
Todos los ponentes reconocieron el papel fundamental del personal educativo para atravesar esta crisis, superar los desafíos y garantizar la continuidad de la educación por el bien de los estudiantes. Por su parte, todos los ministros que intervinieron en la Cumbre elogiaron el liderazgo, la resiliencia, la adaptabilidad, la creatividad y la dedicación del personal educativo para con sus estudiantes.
En la inauguración de la ISTP, la Internacional de la Educación y la OCDE compartieron las percepciones mundiales sobre los efectos de la pandemia en la educación y el camino a seguir.
Andreas Schleicher presentó las conclusiones del nuevo informe de la OCDE Schooling Disrupted, Schooling Rethought, que analiza cómo la pandemia de COVID-19 está cambiando la educación. El informe se basa en una encuesta realizada entre el 25 de abril y el 7 de mayo de 2020 en la que participaron funcionarios del gobierno, responsables de la educación, maestros y directores de establecimientos educativos de 59 países.
La Presidenta de la Internacional de la Educación, Susan Hopgood, destacó el documento informativo de política de la Internacional de la Educación para la Cumbre(en inglés), que incluye una Guía para la reapertura de escuelas e instituciones educativas. Hopgood subrayó el papel crucial de una asociación eficaz entre los gobiernos y los docentes antes, durante y después de la crisis para reforzar la resiliencia del sistema y apoyar a los estudiantes. Asimismo, explicó que la crisis ha puesto de relieve, y no socavado, la importancia de las comunidades escolares para el aprendizaje de los estudiantes y ha dejado al descubierto los límites de la tecnología en la educación. Hopgood hizo hincapié en el impacto desproporcionado que la crisis ha tenido en los estudiantes en situación de vulnerabilidad y propuso que los gobiernos y la profesión docente trabajen juntos para evaluar el grado de equidad en las escuelas con el fin de identificar a los estudiantes más afectados, evaluar sus necesidades y proporcionarles el apoyo adecuado. La presidenta de la Internacional de la Educación concluyó su intervención con un llamamiento a los gobiernos para que protejan e incrementen la financiación de la educación tras la pandemia tomando como base la equidad y la satisfacción de las necesidades de los estudiantes.
Los debates de la cumbre se articularon en torno a cuatro temas, de modo que tanto los gobiernos como los sindicatos tuvieran tiempo para expresar sus posiciones mediante un diálogo constructivo.
Tema 1: Diálogo social y político entre los gobiernos y los sindicatos de la educación
Contar con una asociación sólida entre los gobiernos y los sindicatos de la educación es fundamental, tanto durante el cierre de establecimientos educativos en todo el mundo como durante el periodo de transición a la educación presencial.
En muchos países, la crisis ha intensificado las consultas y la colaboración entre los gobiernos y los sindicatos de la educación en beneficio de los estudiantes. El modelo de asociación ha demostrado ser muy satisfactorio y ha sido de gran ayuda para fomentar la confianza de la ciudadanía en las soluciones propuestas para la transición hacia la educación presencial.
Además, los sindicatos de la educación se han convertido en una fuente vital de información y apoyo para los docentes y el personal de apoyo educativo en momentos de crisis, pues ayudan a garantizar la continuidad educativa de los estudiantes.
Tema 2: Innovaciones durante la crisis y su relevancia para el futuro
Si bien los gobiernos y los sindicatos coinciden en que la crisis ha hecho progresar el uso de las tecnologías de la educación, la brecha digital es un importante motivo de preocupación. Además, pocos docentes tenían experiencia con la educación de emergencia en línea antes de la crisis, lo cual pone de relieve la urgente necesidad de formar al personal docente en el uso de las tecnologías para la educación.
Los sindicatos expresaron su preocupación por el hecho de que en la crisis económica provocada por la pandemia los gobiernos puedan recurrir a la tecnología y la comercialización para reducir los gastos en educación. Tanto los sindicatos como los gobiernos reconocieron que la enseñanza y el aprendizaje son procesos sociales y acordaron que, si bien la tecnología puede proporcionar apoyo, nunca podrá sustituir el trabajo de los docentes. Como dijo uno de los ministros, «la tecnología y la infraestructura son importantes, pero lo más importante para una educación de calidad es la calidad del personal docente».
Si bien en el futuro se aplicarán modelos mixtos, el papel de los docentes seguirá siendo fundamental para la educación, pero los sindicatos hicieron hincapié en que es necesario abordar los problemas de la carga de trabajo asociados al aprendizaje mixto.
Los participantes también destacaron que, para aprender las lecciones de esta crisis, tenemos que llevar a cabo investigaciones exhaustivas para determinar lo que ha funcionado y desarrollar soluciones basadas en datos contrastados para el futuro.
Tema 3: El profesionalismo docente, el desarrollo profesional y la colaboración
Los ministros elogiaron el liderazgo de los docentes durante la crisis, la forma en que se unieron como comunidad para compartir ideas, conocimientos y experiencias con el fin de apoyar a sus estudiantes. Un ministro hizo referencia a la movilización de los docentes como el «precioso resquicio de esperanza de la crisis».
Si bien los docentes se han embarcado en una notable mejora de sus competencias para poder mantenerse en contacto con sus estudiantes durante el cierre de los establecimientos educativos, en el futuro necesitarán más apoyo mediante actividades de formación estructuradas y desarrollo profesional.
Tema 4: Desigualdades generalizadas y construcción de un futuro educativo más inclusivo
Los numerosos problemas de equidad que la crisis ha dejado al descubierto se plantearon como la principal preocupación tanto de los sindicatos como de los ministros. Los efectos de la crisis han sido desiguales y han afectado especialmente a los estudiantes en situación de vulnerabilidad. Tal como indicó uno de los ministros, «las escuelas son vitales para los niños de hogares desfavorecidos». Les ofrecen un ambiente seguro, una comida, socialización y aprendizaje.
Muchos estudiantes en situación vulnerable no han tenido acceso a la educación a distancia. Además, algunos habrán sufrido traumas durante la cuarentena. Por tanto, tal como señaló un sindicato, la prioridad al volver a la escuela no debería ser ponerse al día académicamente, sino apoyar a los estudiantes para que puedan recuperarse y volver a relacionarse. Entre las cuestiones más urgentes se planteó el bienestar del alumnado y del personal docente, así como las desventajas para los estudiantes.
Los sindicatos pidieron a los gobiernos que proporcionen la tan necesaria inversión para garantizar que los sistemas educativos sean inclusivos y equitativos.
Según un dirigente sindical, «los estudiantes cuentan con que los gobiernos y los sindicatos trabajen juntos por su bien».
En su discurso de clausura, el Secretario General de la Internacional de la Educación, David Edwards, destacó que solo podremos garantizar la calidad y la equidad que deseamos para los sistemas educativos si se proporciona a los docentes las herramientas adecuadas, el tiempo necesario para formarse y colaborar, y la confianza mutua entre los sistemas y las personas.