En una declaración publicada antes de las reuniones (virtuales) de primavera del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, la agrupación Global Unions, de la cual forma parte la Internacional de la Educación, ha instado a las instituciones financieras internacionales (IFI) a adoptar medidas para estimular la economía, aliviar la deuda y apoyar los sistemas sanitarios.
La declaración insta a las IFI a proteger el empleo y la economía real, adoptar medidas sin demora en materia de salud y protección social y aliviar la deuda para la supervivencia y el desarrollo sostenible, en un momento en que todo el planeta se ve afectado por los efectos devastadores de la pandemia de COVID-19.
Asimismo, la declaración sostiene que, además de la crisis sanitaria y económica, el COVID-19 ha provocado una crisis en la educación, y pide a los gobiernos que no olviden dar prioridad a la educación y garanticen la protección de los derechos de los trabajadores y las trabajadoras de del sector durante el cierre de los establecimientos educativos. Por otro lado, señala que los consejos del Banco Mundial sobre los gastos públicos han contribuido a la precarización del personal docente e insta al organismo a que incentive a los gobiernos para que protejan los empleos de los trabajadores y las trabajadoras del sector educativo, especialmente aquellos que trabajan con contratos precarios.
Además, la declaración pide un enfoque doble del alivio de la deuda relacionada con los ODS y un mecanismo de resolución de la deuda soberana, incluida la cancelación, la reestructuración y la redefinición de la deuda contraída con las IFI. En el documento se insta a las IFI a reorientar el alivio de la deuda en favor de las inversiones a largo plazo para el logro de los ODS, respaldadas por un verdadero progreso en la reforma fiscal corporativa internacional, la movilización nacional progresiva y la regulación financiera. Asimismo, pide la condonación de la deuda como base de un entorno favorable, pero señala que los canjes de deuda pueden tener potencial en los casos en que existan estrategias nacionales de desarrollo sólidas. Por otro lado, destaca que el alivio de la deuda debería incrementar, y no restringir, el gasto público, también para la educación.
El 23 de marzo de 2020, el presidente del Banco Mundial, David Malpass, respondió a la galopante crisis sanitaria y económica apelando a un ajuste estructural y una desregulación. Declaró que «los países tendrán que aplicar reformas estructurales para ayudar a reducir el tiempo de recuperación y generar confianza en que la recuperación va a ser sólida. Trabajaremos con los países que tengan como obstáculos regulaciones, subsidios, regímenes de concesión de licencias, una protección comercial o una litigiosidad excesivos para fomentar la elección de mercado y perspectivas de crecimiento más rápidas durante la recuperación». La declaración pide que las reuniones de primavera marquen un punto de inflexión en la respuesta del Banco Mundial a la crisis. Más que impulsar medidas de ajuste estructural, los sindicatos instan a las IFI a que adopten un enfoque humano y protejan a los trabajadores y los sistemas públicos.
David Edwards, Secretario General de la Internacional de la Educación, ha declarado que: «Los sistemas de salud y de educación con una financiación y una dotación de personal insuficientes en muchos países de ingresos bajos son el resultado de los ajustes estructurales, las condiciones de los préstamos del FMI, los acuerdos de servicio de la deuda y las prescripciones políticas del Banco Mundial. Y, sin embargo, hoy, el mundo depende de los servicios públicos fundamentales para derrotar la pandemia de COVID-19. Las IFI deben promover y respaldar los sistemas públicos mediante un incremento de la inversión. Contar con un mecanismo de resolución de la deuda, el alivio de la deuda y los canjes de deuda son esenciales para permitir que los gobiernos adopten las medidas necesarias para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030.
«Aunque las escuelas, las universidades y demás establecimientos educativos permanezcan cerrados en todo el mundo, la educación sigue siendo un motor clave para la consecución de todos los ODS. Es fundamental garantizar que las personas disponen de las aptitudes necesarias para contribuir a la economía y a una igualación social importante. Los gobiernos deben garantizar que todos los trabajadores y trabajadoras de la educación reciben sus salarios, que se protege sus condiciones de empleo durante el cierre de los establecimientos educativos y que se adoptan medidas para atenuar las perturbaciones causadas por la pandemia en la educación del alumnado. A menudo, las IFI incentivan la austeridad y la precariedad de la profesión docente mediante la promoción de la contratación de personal docente interino. Hoy nos encontramos ante un punto de inflexión. Debemos apoyar a los trabajadores y las trabajadoras de la salud y la educación».
La declaración íntegra de Global Unions está disponible aquí: https://www.ituc-csi.org/statement-spring-meetings-2020