El sindicato de docentes de Japón, Japan Teachers’ Union, ha expresado su preocupación por el bienestar de los estudiantes durante los cierres de escuelas que se han tenido que imponer como consecuencia de la pandemia del COVID-19. Los profesores temporales también se enfrentan a graves problemas debido a la suspensión de las clases. El sindicato está trabajando con el Ministerio de Educación y el Parlamento para encontrar soluciones.
El 27 de febrero, el Gobierno japonés ordenó el cierre temporal de las escuelas de enseñanza primaria, secundaria, preparatoria y para alumnos con necesidades educativas especiales, que se aplicará desde el 2 de marzo hasta el primer día de las vacaciones de primavera. Según el Japan Teachers’ Union (JTU), los estudiantes, docentes y padres están preocupados por las consecuencias del cierre de las escuelas en la oferta educativa, las repercusiones para los estudiantes vulnerables y la situación precaria del personal temporal. El JTU está afiliado a la internacional de la Educación.
Con el cierre de las escuelas de todo el país, es posible que los niños –en especial los que proceden de entornos socioeconómicos desfavorecidos y/o tienen necesidades especiales– no dispongan de acceso a entornos seguros y cómodos, ha advertido el sindicato.
Además, las medidas afectarán negativamente a muchos educadores temporales en términos de su situación laboral, posibles despidos e incertidumbre salarial. El Gobierno ha aprobado una nueva legislación para hacer frente a las repercusiones de la enfermedad provocada por el coronavirus 2019 (COVID-19). También tiene previsto adoptar un paquete económico especial para compensar las pérdidas salariales provocadas por el cierre temporal de las escuelas, así como por la cancelación de los eventos escolares.
El JTU ha insistido en que también será necesario aplicar medidas en materia de salud mental para atender posibles problemas derivados de las restricciones a largo plazo del movimiento de las personas. Asimismo, los planes de estudios de todos los niveles educativos tendrán que reajustarse en respuesta al nuevo status quo del país.
El sindicato informa que ha mantenido conversaciones con el Ministerio de Educación y con miembros del Parlamento en relación a estas cuestiones, solicitando apoyo para las escuelas y los padres.