La Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 nació del profundo sentimiento de vergüenza que se experimentó tras la Segunda Guerra Mundial a raíz de no haber respondido ni recibido a las personas que huían del Holocausto. Una inacción que condenó a muchos a convertirse en víctimas. No olvidemos que dicha Convención, y el Protocolo de 1967 que la amplió, brotaron de esa tierra sangrienta y se nutrieron de ella.
La actitud de muchos países fue que se trataba de un “problema alemán” y que no era asunto ni responsabilidad suya. Ese es el contexto en el que deberíamos comprender que rara vez, o incluso nunca, un instrumento internacional ha representado un cambiode actitud tan monumental que transforme el significado de “civilización”.
Las oleadas de refugiados que llegaron tras la guerra fueron por lo general recibidas con los brazos abiertos, independientemente de que huyeran de Hungría, Vietnam, Etiopía, Ruanda, Afganistán,Sudáfrica o Chile.
La Convención considera que un refugiado es alguien que,debido a fundados temores de ser perseguido por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas,no puede o no quiere regresar a su país de origen. Estas personas podrán disfrutar de libertad de asociación y del derecho a la negociación colectiva, así como de una educación y de protección social. La obtención de asilo no depende de haber entrado legalmente en el país. A pesar de no cumplir con las normas de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, cada vez hay más personas que abandonan sus países a causa de conflictos armados, otras formas de violencia y ataques, la pobreza extrema o el cambio climático. No les quedaotra opción.
Huyendo de la represión de su revolución en 1956, más de 200.000 húngaros huyeron a pie durante dos días hasta llegar a Austria. Escaparon justo antes de que se colocara una alambrada de púas para recluirlos.
Esos refugiados fueron inmediatamente ubicados e integrados en Europa, América del Norte u otros lugares. Fueron recibidos con cariño e incluso alegría. Este recibimiento contribuyó a aliviar el dolor y a amortiguar el desarraigo tan repentino. Y ellos y sus descendientes siguen realizando contribuciones inestimables a sus países de adopción.
Cuando el Telón de Acero cayó en 1989 y 1990, se repartieron trozos de aquella alambrada de púas envueltos en cintas con los colores de la bandera húngara. Representaban ese cambio y se convirtieron en símbolo de libertad.
Ahora la alambrada de púas ha regresado a Hungría, no para que evitar que la gente salga, sino para evitar que entre.
Tras la reciente elección del presidenteVictorOrbán, el Parlamento aprobó una legislación que criminalizala prestación de ayuda a los solicitantes de asilo y a los inmigrantes indocumentados. Orbán alegó que rechazar a los refugiados es defender la “cultura cristiana”, declarando en el periódico alemán Bild: “No consideramos a esa gente como refugiados musulmanes sino como invasores musulmanes”.
Menciono el caso de Hungría porque en 1956 nadie les pidió el pasaporte ni el certificado de bautismoa los húngaros que huían. Pero ahoraha vuelto a ponerse de modael “no es nuestro problema”.
Responder a los refugiados ciñéndose a la Convención también afecta al trabajo y la misión de los docentes y educadores. No obstante, al ayudar a los refugiados a adaptarse a sus nuevas patrias, están obligados a preocuparse tanto o más respecto a la aceptación de los refugiados por parte de muchas comunidades locales.
Nuestra oficina regionaleuropea, el Comité Sindical Europeo de la Educación (CSEE), y sus homólogosempleadores, la Federación Europea de Empleadores de la Educación (EFEE), han llevado a cabo recientemente un estudio sobre los refugiados con visitas in situ a Bélgica (Flandes), Serbia y España y con materiales de otros países.
Su intención era analizar los retos educativos de los estudiantes refugiados, pero descubrieron que no podían ignorar el contexto más amplio de la hostilidad pública. Se produjo en todas partes menos en Serbia. El informe “ Promover la integración efectiva de los migrantes y refugiados en la educación”y el vídeo documental “ Educaciónsin Fronteras”son de interés dondequiera que se viva otrabaje. Es similar a la explotación electoral/política del miedo y la hostilidad que existe en Estados Unidos y en otros muchos países.
Los días 17 y 18 de diciembre, la IE participará en el Primer Foro Mundial sobre los Refugiados de las Naciones Unidas, organizado por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Se llevará a cabo a tenor de los instrumentos internacionales y de conformidad con su contenido, es decir, en torno a todas las cosas positivas que es necesario hacer. Pero también tienen que plantearse las actitudes de los países de acogida.
Ya el año pasado, con relación al tema general de la migración, el director general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), António Vitorino, describía el desafío común de la “acogida” de migrantes y refugiados, y las actitudes de las poblaciones receptoras, afirmando que tenemos la opción de “responder a las esperanzas de los migrantes con nuestra aceptación, y responder a sus ambiciones con oportunidades. Podemos acoger en lugar de repudiar su llegada”.
En el foro, manifestaré el compromiso de la Internacional de la Educación con las medidas para profesores y estudiantes, para niños/as y jóvenes, y para el seguimiento y la evaluación.
Llamamiento a la acción de la Internacional de la Educación
Los Gobiernos de acogida deben actuar con carácter de urgencia para:
Implementar el Pacto Mundial sobre los Refugiados de las Naciones Unidas y el Marco de Respuesta Integral para los Refugiados.
Desarrollar políticas, legislación, financiación y otras medidas para dar pleno seguimiento tanto al Pacto como al Marco.
Utilizar el Marco Mundial para la Educación de los Refugiados desarrollado para ayudar a llevar a cabo las secciones del Pacto relativas a la educación mediante la Alianza para el Copatrocinio de la Educacióndel Foro Mundial sobre los Refugiados (de la cual la IE es socio activo). Esto significa, entre otras cosas, garantizar una educación de calidad y equitativa para los niños/as y jóvenes refugiados/as dentro de los tres meses siguientes a su llegada y asegurar la participación efectiva de los docentes refugiados para una mayor integración, en particular mediante la acreditación, el acceso a formación y unos salarios, condiciones y protecciones sociales decentes y equiparables.
Desarrollar y aplicar medidas no solo para los refugiados, sino también con ellos. Tanto la equidad como la inclusión son fundamentales. Si se les otorga un respeto total por su naturaleza humana y por sus capacidades, talentos y habilidades, el proceso de adaptación e integración en sus nuevas patrias será más rápido y sus contribuciones serán mejores.
Hacer cuanto esté en su mano para crear un entorno acogedor y propicio para los refugiados, y luchar contra la intolerancia, la discriminación y la exclusión, como se pide en el Pacto.
El desarrollo del Pacto por parte de las Naciones Unidas fue una demostración impresionante de que la ONU es capaz de realizar un trabajo de alto nivel y de negociar acuerdos firmes y fundamentados, si bieneste dista mucho de haberseaplicado. La Internacional de la Educación hace un llamamiento a las Naciones Unidas para:
Hacer todo los posible para generar y dedicar los recursos necesarios para una acción efectiva, determinada y sostenida para aplicar el Pacto y el Marco.
Hacer un seguimiento serio de los progresos y los fracasos, así como evaluar e informar.
Hacer todo lo posible para que se comprenda que los refugiados no son solo un “problema”, sino también una manera de transformar una tragedia en esperanza, y un trauma en energía. Este “problema” es también una oportunidad para enriquecer la sociedad desde el punto de vista cultural, social y económico.
La Internacional de la Educación hace un llamamiento a los ciudadanos y ciudadanas de todas las naciones para:
Considerar los hechos sobre los refugiados y el asilo, en lugar de aceptar sin sentido crítico la propaganda contra ellos.
Aceptar a los refugiados como vecinos y miembros de sus comunidades, y como compañeros.
Recibir y abrir sus corazones a los refugiados siguiendo las buenas costumbres de la recepción de refugiados en las décadas de la posguerra.
No solo estamos adoptando este enfoque porque es lo que se espera de nosotros en el foro, sino porque queremos mantenernos centrados en los retos verdaderos. Hay demasiado miedo y hostilidad hacia los refugiados en muchos países.
Nos negamos a que, poruna confusión inventada y un odio visceral,se nos distraiga o se nos apartede las respuestas y los instintos humanos auténticosy de la misión de la educación. Quedar paralizados por la adversidad sería rendirse a las mismas prácticas crueles, despiadadas y obscenas y a la irresponsabilidad colectiva que hicieron necesaria la Convención en primer lugar.
Es un orgullo seguirconsiderarnos parte de quienes se niegan a permitir que la oscuridad apague la llama de la tolerancia, la decencia y la esperanza.
Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.