En una carta a la Embajada israelí en Bruselas, la Internacional de la Educación (IE) expresó su preocupación con respecto a la decisión del Ministro de Seguridad Pública de Israel de cerrar la oficina del Ministerio de Educación de la Autoridad Palestina en Jerusalén durante seis meses. La IE lamenta la creciente violencia y advierte que no se están respetando los derechos de miles de niños y jóvenes palestinos, incluido el derecho a la educación, lo que acarrea terribles consecuencias a largo plazo para la región.
El 20 de noviembre, el mundo celebró el 30 aniversario de la Convención sobre los derechos del niño, que afirma inequívocamente que la educación constituye un derecho fundamental de todos y cada uno de los niños. El mismo día, las autoridades israelíes registraron la oficina de Jerusalén del Ministerio de Educación de la Autoridad Palestina y el Ministro de Seguridad Pública de Israel emitió una orden para cerrar la oficina durante seis meses.
En una carta dirigida al embajador de Israel en Bélgica, la Internacional de la Educación condenó el cierre temporal y llamó la atención sobre el imperativo de respetar el derecho a la educación de todos los niños y jóvenes palestinos.
David Edwards, secretario general de la Internacional de la Educación, declaró: “Es nuestro deber como docentes, como educadores, defender a nuestros estudiantes y denunciar las violaciones de sus derechos. El conflicto israelo-palestino ha estado sucediendo durante más de 70 años. Los niños y los jóvenes de hoy nacen en medio de un conflicto en cuya creación no han participado. Sin embargo, son los que se ven privados de sus derechos, incluido su derecho a la educación. Instamos al gobierno israelí a que revierta esta decisión que socava el derecho a la educación de los niños palestinos".
El acceso a una educación de calidad es fundamental para lograr la paz en la región y brindar a las nuevas generaciones una oportunidad justa para el prometedor futuro que se merecen. Privarlos de esta oportunidad, de su derecho a la educación, supone condenar a la región a un conflicto interminable que ocasionará una granrepercusión negativa en las vidas tanto de Israel como de Palestina.