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#CRC30 “Albania: Los sindicatos de docentes trabajan para concienciar sobre el derecho a la educación para todos los niños”, por Nevrus Kaptelli y Stavri Liko.

publicado 20 noviembre 2019 actualizado 21 noviembre 2019
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La Alianza de Sindicatos de Educación de Albania, que forman la FSASH (Federación de Sindicatos de Educación y Ciencia de Albania) y el SPASH-ITUEA (Sindicato de Educación Independiente de Albania) lleva trabajando desde 2002 con diferentes proyectos diseñados para aumentar las tasas de permanencia escolar y fomentar la inclusión de los estudiantes vulnerables. Han formado a docentes en nuevas técnicas de aprendizaje activas y, aunque en algunos casos los proyectos ya han concluido, permanecen los valores y prácticas de la educación inclusiva. Ahora, los centros escolares están demostrando resultar muy efectivos a la hora de gestionar actitudes culturales que priorizan poco la educación, buscar soluciones a las barreras económicas que impiden acudir a la escuela, superar el miedo de los niños y niñas al acoso escolar y la discriminación, y convencer a las familias del valor de la educación de las niñas.

En Albania, la educación es obligatoria entre los 6 y los 14 años y, en la última década, se ha producido un descenso continuo y significativo en el número de niños no escolarizados [1]. El trabajo infantil en la economía formal se ha erradicado en gran medida. No obstante, el abandono escolar de los niños de las comunidades romaní y egipcia sigue siendo elevado, un claro reflejo de una discriminación y exclusión arraigadas. Los niños que no van al colegio trabajan en la economía sumergida, en las calles o, en el caso de las niñas, se ven obligadas a casarse jóvenes.

Desde 2002, en el ámbito de varios proyectos sobre trabajo infantil, más de 450 líderes sindicales nacionales y locales procedentes de los distritos de Tirana, Fieri, Korca, Elbasani, Durresi y Shkodra, entre otros, han recibido formación sobre problemas vinculados al trabajo infantil. Ahora los docentes tienen acceso a una serie de materiales de referencia en albanés relacionados con el trabajo infantil y técnicas de educación inclusivas, entre otras, el uso de las artes, la cultura y los deportes. Las actividades principales consisten en identificar a los estudiantes que han abandonado el colegio o corren el riesgo de hacerlo; preparar planes de intervención individuales para dichos niños y establecer grupos de supervisión del trabajo infantil que coordinen actividades para organizar con los alumnos en colaboración con responsables escolares, padres y representantes de la comunidad local. Calculamos que más de 6.000 docentes han participado en el proyecto, que ha propiciado que 2.800 niños hayan vuelto a las aulas y 6.500 no hayan optado por el abandono escolar.

Ahora contamos con un conjunto de docentes formados capaces de identificar a los niños en riesgo de abandono escolar y gestionar este problema. Además, los docentes han comprobado que los sindicatos les están ayudando a consolidar sus capacidades profesionales. El esfuerzo por mantener a los niños en la escuela también protege el empleo de los docentes, ya que en Albania la tasa de natalidad se está reduciendo enormemente por la emigración, y los puestos de trabajo de dichos docentes se ven amenazados.

Los docentes organizan reuniones periódicas de los grupos de supervisión para debatir sobre cómo crear un entorno de apoyo para todos los niños e integrar a los que presentan riesgo de abandono escolar. Charlan sobre cómo llevar a cabo una comunicación positiva, centrarse más en los niños para potenciar su talento y convencerlos de su valía, algo que en ocasiones no hacen los propios padres. Gracias a estas nuevas técnicas, los docentes también encuentran formas de generar un entorno muy positivo para los menores con necesidades especiales.

Por otra parte, los proyectos se centran en construir relaciones más sólidas con los padres, sobre todo con los de niños de más edad, expuestos a un mayor riesgo de abandono escolar. Los docentes nos han contado que no han sido totalmente conscientes del nivel alarmante de los problemas sociales o dificultades económicas a los que hacen frente las familias.

Han organizado actividades conjuntas con padres, como ferias literarias, concursos artísticos o actividades deportivas. También se reúnen para tomar café con los padres cuyos hijos faltan a clase o han dejado la escuela. De esta forma, los padres son conscientes de que en el colegio echan de menos a sus hijos, hecho que mejora la cooperación. Dialogamos sobre los motivos por los que los niños abandonan las aulas; charlamos con ellos de los problemas relacionados con la pobreza y los motivos económicos. Estas reuniones son frecuentes y en ellas vamos paso a paso.

A menudo, por culpa de actitudes patriarcales muy arraigadas, los docentes también tienen que convencer a las familias del valor de la educación de las niñas. Aquí, las niñas de las comunidades romaní y egipcia se casan a los 14 años en matrimonios consuetudinarios; no es legal, pero lo siguen haciendo. De esta forma, dejan el colegio a los 13 o 14 años y, aunque no se casen, se consideran adultas, por lo que no deberían ir a la escuela. Si siguen viviendo en su casa sin contraer matrimonio, en muchos casos con los abuelos porque sus padres trabajan en el extranjero, sí que observamos resultados.

Los padres también nos cuentan que los proyectos y los nuevos valores escolares por una educación inclusiva han tenido un impacto positivo en todo el barrio. Un padre nos explicaba que, hace unos años, se veían niños pequeños en los bares y en las calles con otros de mayor edad que mostraban comportamientos nada respetables. Por su parte, ha visto que los niños se han reintegrado poco a poco en los colegios y cree que las calles ahora son más seguras.

Mientras celebramos el Día Universal del Niño, nos complace saber que esta importante labor va a continuar durante el curso 2019/2020 en 11 distritos de Albania con el apoyo de la IE, la Fundación por una infancia justa del GEW (Sindicato de Educación de Alemania) y el AOb (Sindicato de Educación de los Países Bajos). En Korca, el proyecto se centra en dos escuelas en las que 53 niños abandonaron las aulas el año pasado. El objetivo es conseguir que vuelvan. Además, hay otros 120 estudiantes en riesgo de abandono escolar que recibirían apoyo individual. El proyecto también pretende formar a 60 docentes, estudiantes de mayor edad y padres en áreas como la legislación nacional e internacional para la protección de la infancia en los distritos en cuestión y a 20 educadores sindicales de otros 10 distritos para que puedan organizar programas similares en otros centros escolares. Tenemos claro que, de esta forma, habrá más escuelas con mejores recursos para evitar el abandono escolar y todas las consecuencias negativas que provoca en nuestros niños y futuros ciudadanos.

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El 20 de noviembre de 2019 se cumplen 30 años de la adopción de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño. Para celebrar el aniversario de uno de los tratados de derechos humanos más ratificados de la historia, publicamos una serie de blogs que muestran la labor y el compromiso de los sindicatos de la educación en apoyo de los derechos de los niños, en particular su derecho a la educación. Con muchos niños y jóvenes aún sin escolarizar, nuestro trabajo dista mucho de haber terminado. Lea la Declaración completa de nuestro Secretario General, David Edwards.

[1] La UNESCO contabilizó 26.672 niños sin escolarizar en 2008 y 4.665 en el año 2017.

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.