En activo tras más de dos décadas de lucha por los derechos socioprofesionales del personal docente de Burundi, el Syndicat des Travailleurs de l’Enseignement du Burundi (STEB) se está recuperando lentamente de la crisis social que azotó al país. Con el apoyo de los líderes que se han comprometido a invertir la situación actual, el personal docente de Burundi ha renovado la confianza en sí mismo y en sus socios y está listo para defender sus derechos.
A mediados de mayo de 2015, el terror estalló en las calles y las avenidas de la capital, Bujumbura. El golpe, anunciado en varias cadenas de radio de la capital alrededor del mediodía del 13 de mayo, fue rápidamente frustrado por las fuerzas del orden. Las primeras horas fueron difíciles y la incertidumbre se extendió rápidamente. La presidenta y el tesorero de STEB emprendieron el exilio a un destino desconocido, incluso para los miembros de la familia sindical. Tras varios días sin noticias de los responsables y sin fondos, debido a la congelación de las cuentas bancarias del sindicato, comenzamos a atisbar una mejora en el horizonte.
Desde el comité de crisis hasta la descongelación de los fondos y de las actividades
Implicado en la conspiración, yugo que le había impuesto el ministerio público, el sindicato tuvo que reafirmar su derecho a la existencia: en su correspondencia con las autoridades, el comité de crisis hizo hincapié en que«no somos un partido político y no deberían confundirnos con aquellos que se ocultan tras la conspiración actual». Pero el sindicato tampoco fue un crisol de ideas para reivindicar el golpe de Estado frustrado. El deseo de ser escuchado, primero, y el de ser entendido, después, tuvo como resultado un cambio de actitud. Este fue el primer éxito del comité de crisis establecido en abril de 2016.
Presionando al gobierno y entablando el diálogo con todas las partes interesadas, el sindicato consiguió que el ministerio público desbloquease la cuenta bancaria del sindicato en julio de 2016. El primer congreso tras la crisis fue autorizado en diciembre de 2016 y consiguió volver a ganarse la confianza de las autoridades del Estado. Durante dos días se celebraron reuniones entre los doscientos miembros, procedentes de las secciones sindicales de todo el país, y los delegados consiguieron crear un comité nacional que empezó a trabajar inmediatamente en la reconstrucción de la organización.
Un resurgimiento difícil basado en un compromiso firme
La membresía se sentía abandonada. No había ningún punto de encuentro ni ningún punto de debate. Los derechos sindicales del personal docente corrían el peligro de convertirse en víctimas del rumor, la desinformación y, por qué no, caer totalmente en el olvido: el nuevo comité sindical nacional de STEB debía armarse de valor y actuar. Atreverse. Construir puentes y volver a poner en marcha la maquinaria del sindicato.
Se organizaron visitas a las secciones locales. Restablecer la relación docente-sindicato por el bien de la educación se convirtió en una necesidad moral, una razón principal para no ceder ante el Estado.
Desde sus inicios informales, el nuevo comité pasó a formar activamente a sus miembros en derechos fundamentales. Los de pertenecer a una asociación y ser escuchado en sus reivindicaciones. Con este objetivo en mente, se crearon y organizaron varias iniciativas para mejorar las capacidades de la membresía. Los resultados no tardaron en verse. A finales de 2017, el Syndicat des Travailleurs de l’Enseignement du Burundi resucitado contaba ya con mil afiliados nuevos. Un nuevo clima de confianza había renacido entre el sindicato y sus afiliados. Comenzó a perfilarse un nuevo compromiso de involucrar a las autoridades como socios claves en la reforma del sistema educativo.
A nivel interno, continuamos con la captación y la formación de los nuevos afiliados. Las celebraciones organizadas en todas las provincias por el 25 aniversario de STEB (fundado en 1993 durante las primeras horas del pluralismo en África en general y en Burundi en particular) marcaron una etapa importante para el refuerzo de la cohesión de los miembros. Los foros de intercambio de ideas y experiencias, la autodisciplina y la formación en derechos humanos y otros derechos relacionados revitalizaron a STEB.
«¡Sindicalistas! ¡La lucha continúa!»
Este ha sido el eslogan principal del Syndicat des travailleurs de l’Enseignement du Burundi desde su nacimiento. Actualmente, el enfoque del sindicato es «doblarse pero nunca quebrarse y comprometerse todavía más con la causa». El restablecimiento del diálogo con los responsables políticos ya ha marcado las bases de las negociaciones sobre la gestión de las clases abarrotadas en las escuelas, una política salarial consensuada, la situación de la seguridad social del personal docente, por nombrar algunos de los temas sobre la mesa.
Pero todavía nos queda un largo camino por recorrer: debemos abordar los cambios que han llevado a la ruptura de los hogares de muchos docentes; maestras obligadas a cargar con sus bebés a la espalda durante las clases porque no pueden pagar una guardería ni se les deja tiempo para amamantarlos; la mercantilización de la educación; las trampas en los exámenes del Estado. Todo ello requiere que STEB se mantenga firme con respecto de los derechos de todas las personas que trabajan en el sector educativo y que se asegure de no perder terreno y luchar contra todo aquello que intente oponerse a sus derechos sindicales.
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El 10 de diciembre de 2018 se celebran 70 años de la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH). La Declaración sigue siendo una importante fuente de inspiración para docentes y sindicalistas de todo el mundo, al garantizar el derecho a crear sindicatos, la libertad de expresión y el derecho de todos a una educación de calidad. Los derechos humanos necesitan que las personas exijan, de forma informada y continua, su protección. Para celebrar esta ocasión especial, la Internacional de la Educación publicará una serie de artículos recopilando las voces y las reflexiones de sindicalistas en torno a las luchas y a los logros alcanzados en este ámbito. Los artículos reflejan el compromiso permanente de los sindicalistas de la educación, en todo el mundo, en cada comunidad, por promover, defender y avanzar en la consecución de los derechos humanos y libertades para el beneficio de todos.
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