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Photo: Spencer Tweedy/Flickr
Photo: Spencer Tweedy/Flickr

#DUDH70 - "Sobre la dignidad: reflexiones con motivo del 70º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos", por David Edwards

publicado 10 diciembre 2018 actualizado 11 diciembre 2018
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El 70º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos es la ocasión de recordar e inspirarse en sus principios y en su origen. Es una oportunidad para que sindicalistas y docentes reflexionen sobre sus valores y las aspiraciones que representa y se levanten, se expresen y actúen. Es de vital importancia mostrar solidaridad con aquellos docentes valientes que viven diariamente bajo dictaduras. Sin embargo, también debemos contrarrestar aquellas fuerzas que están destruyendo los cimientos de las democracias establecidas; sus tradiciones, cultura e instituciones.

Origen

La Organización de las Naciones Unidas nació tras la Segunda Guerra Mundial, del mismo modo que la Liga de las Naciones fue creada tras la Primera Guerra Mundial. Ambas fueron impulsadas ​​por el horror del conflicto y el deseo de paz mundial.

Tras la adopción de la Carta de la ONU en 1945, el siguiente elemento urgente para dar cuerpo a la infraestructura de valores de la ONU fue la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esta surge no solamente como respuesta a la destrucción de la guerra, sino también al genocidiosin precedentes.

El Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas estableció una comisión de derechos humanos en 1946 presidida por Eleanor Roosevelt, encargada de redactar la Declaración. El diplomático y juez chileno miembro de dicho comité de redacción, Hernán Santa Cruz escribió:

Percibí con claridad que estaba participando en un evento histórico verdaderamente significativo, donde se había alcanzado un consenso con respecto al valor supremo de la persona humana, un valor que no se originó en la decisión de un poder temporal, sino en el hecho mismo de existir – lo que dio origen al derecho inalienable de vivir sin privaciones ni opresión, y a desarrollar completamente la propia personalidad.”

Pronunciarse

Lo que distinguió la Declaración de los anteriores instrumentos de la Ilustración en el ámbito de los derechos humanos fueron las experiencias de la historia reciente. Se comprendió con toda claridad que la responsabilidad por los horrores del Holocausto no podía imputarse únicamente al Estado nazi. Existía una obligación imperiosa de los demás de actuar y reaccionar.

En las palabras de la señora Roosevelt,

“La libertad exige mucho de todo ser humano. Con la libertad llega la responsabilidad. Para la persona renuente a crecer, la persona que no desea hacer valer su propia importancia, esta es una perspectiva atemorizante.”

Desde la adopción de la Declaración cabe preguntarse: ¿Ha ido todo bien? Y basta con preguntar a la población de Ruanda y Camboya, por dar solo dos ejemplos, si “nunca más” realmente significó nunca más.

Sin embargo, esta situación no desacredita las aspiraciones de la Declaración, ni los elementos posteriores de la Carta Internacional de Derechos Humanos. Tampoco nos exime de nuestra obligación de actuar; todo lo contrario, pone de relieve esa responsabilidad.

Democracia bajo asedio

La democracia no garantiza el pleno respeto de los derechos humanos, pero sin ella, no hay esperanza de consecución para los derechos humanos más fundamentales.

La democracia está experimentando crecientes ataques desde dentro. El tiempo para la complacencia, si alguna vez lo hubo, se ha acabado.

La Declaración proporciona una orientación para enfrentar ese desafío en el artículo 30, que rara vez se cita,

Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración.”

Esta es exactamente la situación a la que nos enfrentamos con los ataques actuales a las tradiciones, valores y prácticas de la democracia y los derechos humanos. El odio, la intolerancia y la desinformación emanan del veneno inoculado a la dignidad humana en los tiempos oscuros que precedieron la adopción de la Declaración.

En muchos países, una vez más, son las mismas instituciones democráticas las que se ven amenazadas por el autoritarismo, desde los sistemas judiciales independientes, hasta los parlamentos electos, los sindicatos y los “enemigos del pueblo”, como la prensa libre. La confianza en el gobierno y en la democracia misma está hundiéndose en muchos lugares.

Estos ataques se producen en un momento en que el sistema inmunológico del cuerpo político se ha debilitado a causa de un liderazgo deficiente, malas políticas y la desigualdad a escala mundial. Está sucediendo en un entorno malsano lleno de “barullo” donde demasiados responsables políticos buscan orientación entre aquellos que son incapaces de distinguir, o no distinguen, entre valor y precio.

Una cuestión de estado de ánimo

A juicio del gran líder político francés Pierre Mendès France: “La democracia es ante todo una cuestión de estado de ánimo”. (“ La démocratie est d’abord un état d’esprit”). La lucha por la democracia es una batalla de ideas y nosotros, como educadores y sindicalistas, estamos en primera línea de esta batalla.

No habrá soluciones instantáneas ni fáciles. No será posible eliminar simplemente las amenazas o inventar un algoritmo milagroso. Sin embargo, a largo plazo, si no empezamos con esta enorme tarea desde ahora, no podremos cambiar efectivamente de rumbo ni tampoco el de las generaciones futuras.

Los órganos de gobierno de la Internacional de la Educación ya han acordado que la democracia y los derechos humanos adquieran un lugar más central entre nuestras prioridades a escala mundial. Se requiere recoger más información y experiencias y deben entablarse muchas más discusiones, aun cuando ya se perciben algunos de estos elementos, entre ellos:

  • La necesidad de hablar y proporcionar un liderazgo a la comunidad con amplias coaliciones que puedan influir en el debate político. Nunca debemos tener miedo de pronunciarnos y defender los valores democráticos;
  • Educar para la democracia mediante el desarrollo de capacidades dirigidas a estimular el pensamiento crítico que permita a los estudiantes separar los hechos de las opiniones, reconocer la verdad y saber seleccionar la avalancha de información proveniente de Internet;
  • Reunir reflexiones y ejemplos que estimulen la discusión sobre la contribución de la educación a la democracia y a la ciudadanía activa. Para este fin, se está preparando un libro, “ 25 lessons learnt on education and democracy" (25 lecciones sobre educación y democracia) cuyos autores son la Presidenta de la IE Susan Hopgood y el Secretario General Emérito Fred van Leeuwen, que se publicará el primer semestre de 2019; y
  • Acción sindical para proteger el estatus y los derechos de los y las docentes para que puedan cumplir con sus responsabilidades profesionales de impartir enseñanza y no adoctrinar, incluyendo la defensa de la libertad académica, y garantizar que tanto los docentes como los estudiantes y el aprendizaje prosperen en un entorno seguro, libre de estrés, acoso, intimidación y de presiones políticas y comerciales.

Todas estas luchas están vinculadas entre sí. Entre otros aspectos, la lucha pública y política por la democracia y los derechos humanos ayudará a despejar el espacio para que la educación lleve a cabo su misión.

Al reflexionar sobre la importancia de ese espacio para la educación y, por lo tanto, para el estado de ánimo, es útil recordar las palabras del educador y filósofo John Dewey: “ La democracia debe nacer de nuevo cada generación, y la educación es su partera.”

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El 10 de diciembre de 2018 se celebran 70 años de la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH). La Declaración sigue siendo una importante fuente de inspiración para docentes y sindicalistas de todo el mundo, al garantizar el derecho a crear sindicatos, la libertad de expresión y el derecho de todos a una educación de calidad. Los derechos humanos necesitan que las personas exijan, de forma informada y continua, su protección. Para celebrar esta ocasión especial, la Internacional de la Educación publicará una serie de artículos recopilando las voces y las reflexiones de sindicalistas en torno a las luchas y a los logros alcanzados en este ámbito. Los artículos reflejan el compromiso permanente de los sindicalistas de la educación, en todo el mundo, en cada comunidad, por promover, defender y avanzar en la consecución de los derechos humanos y libertades para el beneficio de todos.

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.