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La Internacional de la Educación celebra la jornada anual para promover el empoderamiento de las niñas y el cumplimiento de sus derechos humanos, y para poner de relieve los retos actuales que afrontan las niñas del mundo entero.

El tema para el Día Internacional de la Niña de este año es “ Empoderar a las niñas: antes, durante y después de las crisis”. Millones de los 1.100 millones de niñas que hay en el mundo se encuentran viviendo en situaciones de crisis, como son los conflictos provocados por el hombre o las catástrofes naturales (terremotos, tsunamis, inundaciones, etc.). Las situaciones de crisis crónica incluyen aquellas en las que refugiados y personas internamente desplazadas se han visto desarraigados de sus hogares durante una serie de años, y los denominados “estados frágiles” en los que el Gobierno no puede o no quiere proporcionar una educación de calidad para todos.

Huelga decir que proporcionar una educación es algo fundamental para la supervivencia y el bienestar de los niños, los jóvenes y sus familias en situaciones de crisis o emergencia.

Intensificación y explotación de la desigualdad de género

Un hecho bien documentado a día de hoy es que, durante las crisis y las situaciones de emergencia, las disparidades de género existentes aumentan y pueden ser incluso explotadas por los grupos o fuerzas que irrumpen como los más poderosos durante una crisis. Ergo, los tradicionales roles de género pueden llegar a imponerse con mayor intensidad en una crisis, y las niñas pueden sufrir graves violaciones de sus derechos humanos. La violencia sexual dirigida contra las niñas, así como el secuestro y la trata, el matrimonio forzado y el embarazo precoz, junto con la exposición al VIH/SIDA y otras infecciones de transmisión sexual, han pasado a estar a la orden del día en muchas situaciones de crisis. También se dan casos de niñas muy jóvenes que se encuentran convertidas en cabezas de familia como consecuencia de la pérdida prematura de sus padres u otros adultos encargados de cuidarlas.

La educación de calidad con perspectiva de género es aún más crucial

Los Estados tienen la obligación de defender el derecho a la educación, que es un derecho humano y un bien público. La “ educación en situaciones de emergencia” se refiere, por tanto, a “oportunidades de aprendizaje de calidad para todas las edades en situaciones de crisis, incluyendo el desarrollo de la primera infancia y la educación primaria, secundaria, no formal, técnica, profesional, superior y adulta”. La educación en situaciones de emergencia se refiere también al desarrollo de políticas y programas educativos a largo plazo en situaciones de crisis crónica.

Garantizar que los contenidos y la prestación de la educación tengan perspectiva de género cobra aún más importancia debido a que, en una crisis, la educación proporciona protección física, psicosocial y cognitiva que puede salvar y prolongar vidas. La educación también puede contribuir a revertir las desigualdades de género perjudiciales que podrían haber aumentado y haberse explotado durante las crisis.

Un año de esfuerzos

Hoy se conmemora el comienzo de los esfuerzos que se vienen realizando a lo largo de un año para conseguir centrar la atención y catalizar la acción mundial en la mejora de las oportunidades educativas de las niñas antes, durante y después de las crisis. Hay que eliminar los obstáculos concretos que impiden que niñas que se encuentran en situaciones de crisis en su país puedan completar satisfactoriamente su educación. El hambre, la pobreza, las desigualdades en las responsabilidades domésticas y la falta de seguridad en el camino a la escuela son factores que hacen que las niñas se queden en casa, sobre todo durante una crisis.

Forma parte de nuestra misión y mandato fundamental, en tanto que sindicatos de la educación, garantizar la integración de las perspectivas de género a todos los niveles, tanto en la formación inicial de los docentes como en los programas de formación continua, así como en los currículos y en todas las políticas relacionadas con la educación.

Las ambiciones del ODS4 y ODS5(los objetivos de desarrollo sostenible sobre educación y el empoderamiento de las mujeres, respectivamente) no se harán realidad si se impide que una sola niña pueda disfrutar de su derecho a la educación en cualquier momento, pero sobre todo en tiempos de crisis.

Todas las niñas necesitan y merecen el apoyo y estímulo plenos del movimiento educativo internacional. Hoy es el día en que les enviamos ese mensaje alto y claro.