Una delegación sindical internacional ha ofrecido su apoyo a los miles de docentes que han sido despedidos por el gobierno, así como a la afiliada nacional de la Internacional de la Educación(IE), que ha sufrido una dura represión desde que comenzó la campaña de represión política.
Una delegación de 15 personas, dirigida y organizada por la Internacional de la Educación (IE) y su oficina regional europea, el Comité Sindical Europeo para la Educación (CSEE), ha viajado a Turquía con el fin de brindar apoyo a sus miembros sobre el terreno y condenar la represión política y los despidos injustificados de miles de docentes por el gobierno. En opinión de Egitim Sen, afiliada nacional de la IE, más de 105 000 funcionarios públicos, entre los que figuran 37 000 docentes, han sido despedidos o suspendidos a raíz de que el gobierno recurriera a la represión tras el fallido golpe de Estado perpetrado en julio de 2016. El sindicato declara que ha perdido a más de 1 500 miembros.
Despidos injustificados y medidas «kafkianas»
Una vez que son despedidos o suspendidos, los docentes no tienen derecho a apelar o a solicitar otro puesto en el sistema escolar público. Esta circunstancia es autorizada por el decreto que impone el estado de emergencia, y priva a las personas que son despedidas de todo derecho o prestación, se trate de planes de jubilación, de asistencia sanitaria o de cobertura social.
Tras la presión recibida por parte del Consejo de Europa, el gobierno turco decidió poner en marcha un sistema de apelaciones que analizara cada caso de manera individual, pero, según los datos recogidos por la delegación, este no proporciona resultados tangibles debido a la dilatación de los procedimientos burocráticos. Dado el alto porcentaje de docentes afectados, resulta poco probable que este sistema logre aportar una solución.
Solidaridad internacional
Esta es la segunda visita que una delegación de la IE realiza al país en un año. Encabezados por Christine Blower y Susan Flocken, presidenta y directora del CSEE respectivamente, junto con Nicolás Richards, coordinador principal de la IE, los delegados siguieron un apretado calendario de dos días. Durante la misión, se reunieron con organismos intergubernamentales, tales como UNICEF, la Organización Internacional del Trabajo y la Misión Permanente de la UE en Turquía, y fueron invitados a deliberar sobre la situación en las embajadas de Francia, Alemania y Dinamarca. No obstante, el gobierno turco no respondió a la invitación para asistir a una reunión.
Fred van Leeuwen, secretario general de la Internacional de la Educación, ha manifestado su solidaridad con los docentes turcos y con la misión enviada al país, declarando que "las medidas punitivas adoptadas por el gobierno en contra de la comunidad educativa turca no solo violan los derechos humanos y sindicales, sino que plantean una amenaza para el logro de una educación de calidad para todos. En los últimos meses hemos instado reiteradamente al gobierno turco a que suprima las medidas ilegales y a que respete sus compromisos y obligaciones internacionales. Por otra parte, le hemos advertido sobre las consecuencias negativas que esta situación podría acarrear para el futuro de la sociedad turca".
La Internacional de la Educación dotará su fondo de solidaridad con 65 000 euros con el fin de apoyar a Egitim Sen y a los docentes su batalla legal individualmente. Los ataques del gobierno han asestado un golpe duro y estratégico al sindicato, puesto que, de acuerdo con su dirección, de los 1 500 miembros que fueron despedidos, 103 forman parte del consejo ejecutivo del sindicato en sus distintas regiones, y 16 son secretarios generales de secciones locales, entre ellos el actual secretario general de Egitim Sen, Kamuran Karaca. El fondo de solidaridad sufragará la asistencia jurídica para sus apelaciones y sus gastos de subsistencia.
Las últimas iniciativas fueron apoyadas y respaldadas por la cooperación para el desarrollo de la IE en enero.