Martti Ahtisaari ha viajado mucho desde que hace medio siglo comenzara su carrera en las aulas de Oulu, en Finlandia. De maestro de primaria a distinguido diplomático, presidente de Finlandia y ahora premio Nobel de la Paz, Ahtisaari siempre ha trabajado a favor de la educación, los derechos humanos y la paz.
Ahtisaari obtuvo el título de maestro de educación primaria en 1959 e inmediatamente comenzó a traspasar fronteras culturales para ayudar a conseguir un hogar y una escuela a los estudiantes paquistaníes.
Empezó trabajando para el Ministerio de Asuntos Exteriores finlandés a mediados de la década de 1960, fue nombrado embajador en Tanzania, Zambia, Somalia y Mozambique a principios de los años setenta y antes de que finalizara la década fue nombrado Comisario de la ONU para Namibia. Fue presidente de Finlandia desde 1994 hasta 2000.
Ahtisaari recibió el Premio Nobel de la Paz 2008 por su labor de mediador en Namibia, la antigua Yugoslavia, Irlanda del Norte, Irak, Kosovo, Indonesia y en otros conflictos internacionales a lo largo de tres décadas.
En algunos casos, las negociaciones de paz son tan amplias como largas. Por ejemplo, Ahtisaari estuvo al mando del proceso de independencia de Namibia durante 13 años. En 1990 por fin consiguió la independencia para Namibia, al mando de 8.000 soldados y trabajadores civiles de la ONU. Ahtisaari y su mujer Eeva fueron nombrados ciudadanos honorarios, y en este país se sigue poniendo Martti de nombre a muchos niños, en honor al negociador de la independencia.
En otras ocasiones las cosas van más deprisa. Las negociaciones en las que Ahtisaari medió entre el movimiento independentista de Aceh y el gobierno indonesio concluyeron en apenas seis meses a lo largo de 2005. El resultado fue el final de la guerra civil que había asolado el país durante más de 30 años.
Ahtisaari afirma que un mediador, al igual que un profesor, debe tener delicadeza y ser directo, tener cualidades analíticas y saber tomar decisiones. Es necesario aprender a hablar de asuntos complicados en un tono amistoso. Como profesor, Ahtisaari también sabe que la repetición es la madre del aprendizaje.
“Las negociaciones de paz son un proceso docente en el que debes presentar tus argumentos de una manera tan eficaz que sean aceptados. Debes convencer a las partes de que merece la pena apoyar esta solución”, señala.
En opinión de Ahtisaari, el desarrollo de la educación es la clave del progreso. Si se les da la oportunidad de aprender, las personas logran cosas maravillosas, afirma. Y en una sociedad que cambia tan rápidamente, el papel del docente cada vez es más importante. La mayor preocupación de Ahtisaari es que en los próximos diez años más de mil millones de niños alcanzarán la edad para trabajar y apenas una tercera parte podrá encontrar trabajo. “Si estos jóvenes no entran en el mercado laboral, se agudizaría el peligro de la radicalización”. Por eso se implica en el desarrollo de oportunidades de trabajo para jóvenes a través de su Iniciativa para la Gestión de las Crisis (Crisis Management Initiative o CMI).
Con la edad, este arquitecto de la paz ha aprendido a vivir en paz consigo mismo y con las personas que le rodean. “Para que las cosas te vayan bien en la vida tienes que tener confianza en ti mismo”, aconseja. “Inspirar, ayudar, animar.. también son las tareas más importantes de un profesor”.
Por Tiina Tikkanen, con archivos de Ritva Semi y Airi Vuolle Reimpreso con el permiso de Opettaja, el diario del Sindicato de Educación de Finlandia (OAJ).
Este articulo fue publicado en Mundos de la Educación, No. 28, Diciembre 2008.