La investigación del accidente en el que fallecieron 14 niños que iban de excursión en barca durante un campamento de verano señala como culpable los recortes presupuestarios del gobierno que llevaron en este trágico suceso.
Aunque el accidente que ha conmocionado a toda Rusia se debió a las condiciones meteorológicas extremas, la investigación revela que la tragedia pudo evitarse. El gobierno está recibiendo fuertes críticas por haber ignorado las quejas sobre las prácticas de este campamento en su afán de ahorrar dinero.
La policía ha detenido a cinco personas, incluidos tres monitores, el propietario del campamento y su adjunto, acusados de negligencia e imprudencia temeraria. Los 14 niños que perdieron la vida tenían entre 12 y 15 años y formaban parte de un grupo de 47 personas que salieron de excursión en barcas por el lago, a pesar de que lo desaconsejaban las predicciones de tormenta. Haciendo oídos sordos a los temores de los niños, el personal sin capacitación les llevó a navegar, a pesar de los fuertes vientos y de las enormes olas que había en el lago Siamozero, situado en la región de Karelia, al norte de Rusia.
Algunos de los niños que cayeron a las heladas aguas del lago consiguieron nadar hasta la orilla, pero 14 de ellos no lo lograron.
Aunque el campamento se había labrado una pésima reputación entre muchas familias, el Ayuntamiento de Moscú continuaba contratándolo para enviar durante las vacaciones de verano a los hijos de familias desfavorecidas y a huérfanos. Según informan, se permitía a los niños fumar y beber alcohol en el campamento. Las quejas al gobierno continúan sin respuesta.
“Esto es lo que sucede cuando se permite a las compañías privadas lucrarse sin atenerse a las normas y operar sin la supervisión adecuada”, declara el Presidente de la Internacional de la Educación (EI), Fred van Leeuwen. “Nuestro más sentido pésame a las familias y allegados de los niños fallecidos en esta tragedia sin sentido”.
El gobierno ha ordenado el cierre del campamento.