Los sindicatos de los docentes de Italia instan a las autoridades italianas a iniciar una investigación exhaustiva sobre la muerte de Giulio Regeni, que fue asesinado en el momento en que publicaba artículos sobre los derechos sindicales y cuya muerte sigue siendo un misterio.
Casi dos semanas después de que el cuerpo del estudiante de doctorado de Cambridge Giulio Regeni fuera encontrado en el Cairo, han aparecido pocas pistas sobre los motivos por los que fue asesinado, aunque un informe del médico forense ha confirmado que el italiano de 28 años había sido torturado los días previos a su muerte.
A pesar de estar estudiando economía, el carácter sensible de los demás intereses de Regeni, que se centraban en los derechos sindicales y los problemas laborales, y específicamente en los sindicatos egipcios, ha llevado a las tres afiliadas italianas de la Internacional de la Educación (IE) a buscar respuestas. Las federaciones, CISL, UIL y CGIL están presionando al gobierno italiano para que fuerce a los egipcios a abrir una investigación.
La Internacional de la Educación también ha enviado una carta a las autoridades egipcias para solicitar una investigación exhaustiva.
“Italia tiene derecho a conocer la verdad de parte de las autoridades egipcias sobre la trágica muerte de Giulio Regeni. Todos estamos muy entristecidos y afectados. Giulio podría ser uno de nuestros hijos”, dijo Annamaria Furlan, Secretaria General de la CISL.
Al expresar sus condolencias a la familia de Regeni, UIL dejó claro en un comunicado que las autoridades egipcias “deben comprometerse a respetar y fortalecer los derechos humanos y civiles y a garantizar un nivel de seguridad económica y social digno para toda la población” y “deben aclarar rápidamente lo sucedido”.
Haciéndose eco de sus sindicatos hermanos, FLC-CGIL ha pedido públicamente a las autoridades italianas que hagan “todos los esfuerzos posibles para sacar a la luz lo ocurrido” y reclamó una “investigación transparente”.
Además de sus escritos centrados en los derechos sindicales, Regeni, que publicaba bajo un seudónimo, también estaba próximo a los movimientos encaminados a liberar el Norte de África de la injerencia y las dictaduras.