La semana pasado tuve la oportunidad de comprobar personalmente la devastación que ha sufrido Nepal después de que dos fuertes terremotos sacudieran el país. Pueblos enteros han quedado completamente en ruinas, y las vidas de muchos ciudadanos nepalíes han quedado marcadas para siempre.
Sin embargo, a pesar de la destrucción y del miedo a que la tierra vuelva a temblar, me impresionó la firme determinación de la gente, una actitud especialmente manifiesta en el seno de la comunidad docente.
Un total de 62 docentes y miembros del personal escolar perdieron la vida en los terremotos, y las vidas de otras muchas personas se han visto bruscamente perturbadas. Muchos nepalíes se han quedado sin casa, y son muchos los que han perdido a familiares y amigos.
Dado que las escuelas dañadas han sido vedadas por razones de seguridad, mientras que las escuelas que se consideran seguras están siendo utilizadas como refugio provisional, el Gobierno ha decidido suspender todas las actividades educativas hasta por lo menos el 1 de junio. Tras el cierre de las escuelas, 950.000 estudiantes se han visto privados de un espacio educativo. Y se teme que esta situación haya abierto una vía para que las escuelas privadas con ánimo de lucro pasen a sustituir a las escuelas públicas que permanezcan cerradas. Pero a pesar de las desalentadoras condiciones, los trabajadores y trabajadoras de la educación del país no han dudado en ayudar de inmediato a sus compañeros y conciudadanos.
Durante el tiempo que pasé con los representantes de las tres organizaciones afiliadas a la IE, la NNTA, la NTA y el ISTU, así como representantes de la confederación de docentes CNT, me informaron de que todos sus miembros habían acordado donar el salario de cinco jornadas laborales – lo que equivale a 6 millones de dólares – al Fondo de Ayuda de Emergencia del Primer Ministro. Y además habían decidido donar el sueldo de una jornada laboral adicional para ayudar a sus compañeros más necesitados.
Francamente admirable.
Si nuestros compañeros y compañeras nepalíes, que tienen ante sí meses y años de reconstrucción y rehabilitación, pueden actuar de manera tan desinteresada en tiempos como estos, su sindicato global y sus compañeros de todo el mundo pueden, sin lugar a dudas, contribuir colectivamente a que las cosas cambien. Con un largo camino de recuperación por delante para Nepal, la Internacional de la Educación solicita contribuir al Fondo de Ayuda y Solidaridad para apoyar a los sindicatos nepalíes de docentes, a sus miembros y a sus estudiantes.
La NTA, la NNTA y el ISTU han convenido que deberían establecerse las siguientes prioridades para el programa de ayuda y solidaridad de la IE:
- Ayuda a las familias de los 62 docentes y personal de apoyo educativo que perdieron la vida en los terremotos del 25 de abril y del 13 de mayo, y a los docentes y personal de apoyo educativo que han perdido sus casas;
- Programas de psicoterapia del trauma para docentes y estudiantes;
- Reparación y reconstrucción de los edificios de los sindicatos.
¡Pinchar en ACTÚE YA para enviar una contribución a nuestros compañeros y compañeras nepalíes!