La Internacional de la Educación ha acogido positivamente que los líderes de ocho de los países más ricos del mundo destacaran la necesidad de invertir en educación en la declaración que hicieron al final de la Cumbre del G8 en Camp David.
Las conclusiones de esta cumbre pueden marcar un punto de inflexión en el debate entre las medidas de austeridad y las de estímulo. La cumbre concluyó que debemos esforzarnos más para promover el crecimiento y la creación de empleo y que una mayor inversión pública podría impulsar a las economías europeas para salir de la crisis.
En su comunicado, los líderes de Gran Bretaña, EE.UU., Francia, Alemania, Italia, Canadá, Japón y Rusia declararon que es necesario aumentar la productividad y el crecimiento mediante "reformas estructurales e inversiones en la educación y en una infraestructura moderna”.
La IE ha declarado en repetidas ocasiones que todos los países, también aquellos que se enfrentan a dificultades económicas, como Grecia, Portugal, España e Italia, deberían contar con un espacio financiero adecuado para invertir en sus docentes y sus sistemas educativos públicos.
Esta declaración hace hincapié en el mensaje de la IE de que la inversión en una educación de calidad es una clave para la resolución de la crisis, y además es el mensaje principal de la campaña de la IE sobre los efectos negativos de la crisis económica en la educación.
El Secretario General de la IE, Fred van Leeuwen, se unirá a una delegación de líderes sindicales en la Cumbre del G20 en México el 18 y 19 de junio. "Invertir para estimular el empleo y los servicios públicos" será uno de los mensajes clave que el movimiento sindical transmitirá a los líderes mundiales en esta cumbre.