Teniendo en cuenta la ingente cantidad de trabajo llevado a cabo por la IE en todo el mundo durante los cuatro años transcurridos desde el último Congreso, el Secretario General, Fred van Leeuwen, lo tuvo difícil a la hora de elaborar el actual informe de actividades.
La crisis económica mundial, que ha dominado la agenda política en muchos países, también predomina en el informe. “Junto a los demás Sindicatos Mundiales, abogamos firmemente por una nueva arquitectura económica mundial basada en el trabajo decente, la justicia social y la sostenibilidad”, afirmó Van Leeuwen. En todos los foros internacionales, la IE ha instado a gobiernos e instituciones financieras a invertir en educación, convirtiéndola en parte de la solución a la crisis y no haciendo pagar a las futuras generaciones la avaricia e insensatez de algunos.
Ante el mazo del FMI, con su lema de recortes y privatizaciones, la IE y otros sindicatos mundiales adoptaron una Carta y lanzaron la campaña Servicios Públicos de Calidad para Todos/as. La importante labor de la Educación para Todos/as sigue adelante: presión a los países de la OCDE para que cumplan sus compromisos de financiación de los ODM, y apoyo a los miembros que sufren las consecuencias de promesas incumplidas.
En palabras de Van Leeuwen, es alarmante, pero no sorprendente, que este periodo de crisis venga marcado por un fuerte incremento en abusos a los derechos humanos y sindicales de la comunidad docente. La IE ha presentado denuncias formales a la OIT, al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas y a otros organismos sobre violaciones fundamentales, incluyendo amenazas, suspensiones, sanciones, traslados forzados, despidos improcedentes, detenciones con violencia e incluso asesinatos.
A pesar de los riesgos, valientes docentes han contribuido directamente al cambio, como en el caso del movimiento de la Primavera Árabe, en la que la IE se involucró a través del apoyo a sus organizaciones miembro en los países árabes. En otros lugares, la IE ha seguido defendiendo a la comunidad docente ante los intentos por desprofesionalizar su labor: R
restricciones a la autonomía profesional; la precariedad de empleos; modelos de evaluación de carácter punitivo; la rápida implantación de pruebas estandardizadas; así como las incursiones agresivas de la 'industria educativa'. Todas estas medidas comportan una grave amenaza mundial a la auténtica labor de enseñanza y aprendizaje.