La IE ha expresado su consternación ante el fracaso de los ministros de finanzas del G20 para centrarse en la crisis mundial del empleo en su reunión de esta semana.
Si bien ha habido algún progreso en materia de regulación financiera, en particular en torno a los grupos financieros “demasiado grandes para fracasar", muchos organismos reguladores nacionales siguen teniendo demasiada autoridad, lo que aumenta el riesgo de que aparezcan diferencias enormes y potencialmente nocivas entre los países.
Las conclusiones adoptadas por la reunión de ministros de finanzas del G20 incluye una serie de indicadores para la recuperación económica, pero el empleo se ha dejado fuera de la lista.
El texto apenas incluye referencias al empleo y no proporciona ninguna indicación de un enfoque constructivo para luchar contra el desempleo, varios miembros del G20 se centran casi exclusivamente en la reducción de los gastos del gobierno como principal enfoque político.
De acuerdo con Sharan Burrows, Secretaria General de la Confederación Sindical Internacional (CSI): "La reunión de los líderes del G20 de finales de este año se enfrenta a un reto enorme sobre el empleo a nivel mundial. Por desgracia, sus ministros de finanzas les han decepcionado, y ahora hay una gran cantidad de trabajo por hacer para compensar este fracaso".
Aunque la reunión no aprobó específicamente un Impuesto a las Transacciones Financieras, apoyado por la IE y solicitado por el anfitrión del G20 actual, el Presidente de Francia Nicolas Sarkozy, las referencias a los "gravámenes sistémicos", fueron un paso alentador en la dirección correcta.
De acuerdo con John Evans, Secretario General del Comité Consultivo Sindical ante la OCDE: "Los ministros dieron algunos pasos muy necesarios para la regulación de los bancos y el sistema financiero, pero no hay ninguna señal de la decisión necesaria para frenar la indecente y destructiva cultura de las primas que ayudó a empujar al mundo a la crisis".
El Secretario General de la IE, Fred van Leeuwen prometió que: "En un momento en que el número de docentes, sus salarios y sus condiciones laborales están en peligro, y millones de niños siguen privados del acceso a una educación de calidad, los docentes sindicalistas lucharán por que los líderes mundiales aborden la crisis del empleo en la próxima cumbre del G20.
Deben ayudar a crear puestos de trabajo decentes, especialmente en la educación, porque la UNESCO estima que en todo el mundo se necesitan 18 millones de docentes más".