Hoy se ha publicado el informe 2009 del influyente Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA), que reúne información sobre los sistemas educativos, escuelas, familias y estudiantes.
La información se recopila a través de encuestas a las direcciones escolares, estudiantes y padres. Pero,¿dónde está la voz de los docentes? se pregunta la IE.
A pesar de que el informe sostiene que “una buena política educativa es una política educativa bien fundada en la que todos los actores responsables (políticos, direcciones escolares, docentes, estudiantes y padres) cuentan con los conocimientos necesarios para tomar las decisiones educativas adecuadas”, la IE no entiende por qué se sigue ignorando la perspectiva de los docentes, cuando en realidad son los primeros actores a los que se les pide aplicar la política educativa en las escuelas.
La IE ya sostiene desde hace mucho tiempo que una encuesta para recabar las opiniones de los docentes de las escuelas que se toman como muestra para el estudio, generaría datos que podrían aumentar los puntos de vista de los estudiantes y los padres, y proporcionar un entendimiento más coherente del contexto de aprendizaje en el que se pueden interpretar los resultados.
Como dice el Secretario General de la IE, Fred van Leeuwen: “Un análisis crítico sobre cómo los estudiantes pueden superar los desafíos del futuro, cómo pueden analizar y comunicar sus ideas, y cómo están de preparados para llevar a cabo un aprendizaje a lo largo de la vida, entre otros indicadores, requiere necesariamente que todos los actores sean capaces de contribuir a él”. La continua exclusión de la voz docente de este informe es una oportunidad perdida y socava el objetivo de PISA de ofrecer una orientación política a los gobiernos, o utilizar los resultados para mostrar lo que los países pueden aprender unos de otros para establecer y alcanzar objetivos mensurables”.
La última edición, PISA 2009, la cuarta desde el año 2000, es una colección de cinco informes sobre 65 países (incluidos los 33 estados miembros de la OCDE), que juntos componen casi el 90 por ciento de la economía mundial, para evaluar cómo los estudiantes de 15 años de edad se desenvuelven en la lectura, las matemáticas y las ciencias.
El informe PISA de este año es la primera revisión después de la crisis, por lo que pretende ofrecer una primera evaluación del impacto de la crisis financiera mundial sobre los sistemas educativos. No obstante, la IE señala que el impacto de la crisis ha sido mayor en muchos países en 2010, después de PISA, y se espera que siga siendo así durante 2011, ya que los gobiernos están recortando los presupuestos públicos para reducir la deuda. El informe se centra en la lectura, con un marco de evaluación que incluye textos impresos y textos electrónicos, evalúa las competencias sobre matemáticas y ciencias de los estudiantes, e incluye preguntas para reunir información de las escuelas, los estudiantes y los padres sobre la situación familiar y los entornos de aprendizaje de los estudiantes.
El informe PISA 2009 se centra en un análisis de las tendencias que se han dado a lo largo de la década pasada, y concluye que los resultados de algunos países han mejorado, otros han empeorado y otros se han mantenido. En general, PISA 2009 muestra evoluciones poco importantes porque la mayoría de los países participantes consiguen resultados similares al pasado. Al igual que en el último informe, PISA 2006, la variación entre el grupo base de 35 países es menor que la variación entre los estudiantes de todos los niveles en cada país por separado. Es la diferencia entre los estudiantes y las escuelas lo que hace que los logros generales sean desiguales, no las diferencias entre los sistemas educativos. Algunos países se encuentran fuera de la media, pero se observa una correlación entre los niveles de desarrollo socioeconómico y el rendimiento general. En general, los países más ricos en los que se invierte más en educación tienen mejores resultados que los países más pobres.
En el informe PISA 2009, la OCDE afirma que las mayores mejoras de “rendimiento por país” (mejora en la clasificación) se obtienen al reducir las proporciones de estudiantes en los niveles más bajos, en lugar de aumentarlas en los niveles superiores. La IE estima que esta conclusión aboga por una mayor equidad en la educación y por aumentar los recursos para los estudiantes procedentes de entornos desfavorecidos. Sin embargo, el peligro aparece cuando los gobiernos fuerzan la competencia entre las escuelas, con efectos negativos como la exclusión de estudiantes con resultados más bajos y con dificultades de aprendizaje. Dar demasiada importancia a los indicadores de rendimiento podría someter a los docentes a una presión tal que podrían descuidar otros aspectos fundamentales de la educación.
PISA afirma que sus resultados servirán de apoyo a los gobiernos a la hora de ayudar a los estudiantes a "hacer frente a cambios rápidos, encontrar puestos de trabajo que aún no han sido creados, usar tecnologías que aún no se han inventado o resolver problemas que aún no han surgido”. Quizás estas afirmaciones vayan demasiado lejos. Hasta el momento, sólo un país, Canadá, ha completado un estudio longitudinal de seguimiento de los estudiantes durante varios años. Para la mayoría de los países, PISA sigue siendo una muestra puntual de jóvenes de 15 años diferentes en cada ciclo. PISA informa sobre el rendimiento de estudiantes diferentes en países diferentes (cada edición del informe aporta nuevos países), en momentos diferentes y en circunstancias sociales, políticas y económicas diferentes.
Dado que el proceso de recopilación de datos de 2009 coincidió con la peor crisis económica y la recesión en muchos países de la OCDE o países socios, es razonable preguntarse hasta qué punto es importante el contexto general, especialmente porque el análisis de PISA podría no tomar en cuenta este contexto.
La IE sostiene que la educación no se puede evaluar de manera aislada de la evolución de la situación en los países, y el "progreso" o "regresión" de los países tiene que ser contextualizado en el clima socioeconómico que afecta a las familias, los sistemas educativos y las naciones. La IE también considera que, si bien los datos de PISA muestran correlaciones entre el rendimiento y las diferentes variables, es demasiado simple para deducir relaciones causales. Finalmente, los factores fundamentales que afectan a la educación en el sentido más amplio siguen estando fuera del alcance y la escala del estudio.