
El Consejo Global Unions (CGU) —que representa a más de 200 millones de personas trabajadoras en todo el mundo, a través de la Confederación Sindical Internacional (CSI), las Federaciones Sindicales Internacionales (FSI) y la Comisión Sindical Consultiva ante la OCDE (TUAC)— condena sin paliativos los últimos ataques lanzados por la Administración Trump contra los derechos fundamentales de la gente trabajadora, tanto dentro como fuera de los Estados Unidos.
El jueves pasado, el presidente Trump firmó una Orden Ejecutiva que despoja de su derecho a sindicalizarse y a la negociación colectiva a más de un millón de empleados del Gobierno federal estadounidense, medida equiparable a una represión sindical explícita y un acto de represalia vengativo contra una fuerza laboral dedicada y comprometida. Semejante atropello a las libertades fundamentales no tiene cabida en una democracia. El movimiento sindical internacional expresa su pleno apoyo y solidaridad con todas las personas trabajadoras, y sus sindicatos, que han sido objeto de esta acción despiadada.
La Administración Trump ha eliminado, asimismo, la financiación de la Oficina de Asuntos Laborales Internacionales (ILAB) del Departamento de Trabajo de los EE. UU., lo que supone un regalo para todos los dictadores y las élites multimillonarias que buscan desmantelar los derechos humanos. Durante más de 20 años, la ILAB ha desempeñado un papel fundamental en la lucha contra la explotación, trabajando para garantizar lugares de trabajo seguros y la protección de los derechos humanos en las cadenas mundiales de suministro. Las personas trabajadoras más vulnerables de todo el mundo sufrirán las consecuencias de este recorte.
La gente trabajadora del mundo entero no se quedará de brazos cruzados mientras el presidente Trump y un multimillonario no electo pretenden no solo destruir el movimiento sindical estadounidense, sino además atacar los derechos de las personas trabajadoras en todo el mundo. Estas medidas extremas dejan una vez más de manifiesto que todo lo que hace la Administración Trump busca enriquecer aún más a los más privilegiados y eliminar cualquier forma de réplica.
La historia ha demostrado que la solidaridad internacional entre personas trabajadoras constituye una poderosa fuerza positiva. Nos comprometemos a intensificar nuestra solidaridad para luchar contra las acciones de la Administración Trump y contra todos aquellos, en todo el mundo, que pretendan lanzar ataques a la gente trabajadora y sus sindicatos.
El movimiento sindical internacional seguirá empoderando a los trabajadores y las trabajadoras y protegiendo los derechos y las libertades fundamentales en cualquier país.
“Trump y sus multimillonarios sicofantes están intentando sustituir la democracia con una oligarquía. Como cualquier aspirante a dictador, sus primeras medidas apuntan a socavar los derechos de la gente trabajadora y el derecho a la educación, porque es consciente de que la resistencia a su Gobierno nace de la solidaridad y el pensamiento crítico”, declaró David Edwards, secretario general de la Internacional de la Educación.
Al abordar los constantes ataques a la educación, Edwards subrayó que “en menos de un mes, la Administración Trump ha despedido a cerca de la mitad del personal del Departamento de Educación y ha comenzado a desmantelar por completo esta agencia esencial, lo que tendrá consecuencias devastadoras para millones de estudiantes vulnerables que dependen de los servicios que aporta dicho departamento. Los sindicatos de la educación en EE. UU. se están movilizando y organizando por todo el país para manifestar su oposición a estas despiadadas políticas. El personal de la educación en todo el mundo se une a ellos en defensa del derecho a la educación, los derechos de los trabajadores y la democracia”.