Mientras Sharm El-Sheikh (Egipto) se prepara para convertirse en el centro de todas las miradas con motivo de la 27.a Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), los y las ecologistas se afanan por ultimar sus deberes.
Y es que este año, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) tiene la tarea de analizar las 140 Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN) [1] —actualizadas, revisadas o nuevas— que las 166 partes firmantes del Acuerdo de París (el 86 %) han presentado para la ocasión.
Según el Informe técnico sobre la ambición en materia de educación climática elaborado por la Internacional de la Educación, todos los países que han presentado CDN (entre ellos, todos los de la Unión Europea), reprueban en materia de cambio climático. De hecho, menos de un tercio ni siquiera mencionan la importancia de la educación climática en sus respectivos documentos. Esto es especialmente grave en los países que padecen mayor vulnerabilidad climática y en aquellos donde los riesgos climáticos recaen principalmente sobre las niñas y los niños. A la luz de estos acontecimientos, está claro que las personas jóvenes y las generaciones futuras necesitan urgentemente campeones o campeonas de la educación climática. Sin embargo, no han aparecido candidatos ni candidatas a la posición.
Desde mí último artículo, Egipto e India por fin han presentado sus largamente esperadas CDN. Lamentablemente, ambos países han obtenido una calificación de F, eso es, failed o reprobado (recomiendo leer este artículo para comprender mejor el sistema de puntuación de las CDN).
Estos dos informes de última hora son relevantes por dos razones. En primer lugar, porque Egipto ostenta la Presidencia de la COP27. Es decir, su liderazgo en materia de educación climática es vital para mantener el impulso que la Presidencia británica de la COP26 catalizó en Glasgow con su primera reunión ministerial. Durante ese evento, los ministros de Medio Ambiente y los de Educación se comprometieron a «invertir más en educación» para poder garantizar un futuro sostenible. Paralelamente, los y las activistas jóvenes subrayaron la importancia de fomentar la resiliencia climática entre las nuevas generaciones (especialmente, entre las niñas) e insistieron en la necesidad de invertir más fondos en educación para combatir el cambio climático. Dado que las CDN de Egipto no parece que vayan a poder cumplir estas medidas antes de la COP27, la UNESCO se ha comprometido a ayudar a todos aquellos países que necesiten realizar más avances en educación climática ofreciéndoles distintas oportunidades en Sharm El-Sheikh.
En segundo lugar, el reprobado de la India es importante porque es el tercer país que emite más gases de efecto invernadero del mundo. También es el país con el mayor número de población juvenil (el segmento más propenso a sufrir riesgos climáticos) y uno de los que padece los impactos del cambio climático con mayor gravedad. Sobre estas líneas, en 1991, el Tribunal Supremo de la India ordenó que la educación medioambiental y el concepto de sostenibilidad se introdujeran en los planes de estudio de primaria y secundaria, un mandato que resultó de difícil aplicación. Mencionar la educación climática en las CDN de India hubiera hecho que su sistema educativo movilizara recursos nacionales e internacionales en favor de esta causa, algo que no se hizo. Las CDN de India, de hecho, no mencionan ninguna medida educativa en absoluto. Una lástima, ya que después de Egipto, India era nuestra última oportunidad como comunidad mundial para que un «peso pesado» priorizara la educación como estrategia climática.
Pese a todo, el panorama actual no es tan sombrío como parece. La CDN actualizada de Vanuatu (con una puntuación del 50%) ahora se une a las CDN con mayor puntaje junto con Camboya (58%), República Dominicana (51%) y Colombia (50%). El informe de La Internacional de la Educación explica que 19 países sí presentaron segundas o terceras CDN actualizadas o revisadas. Varías de estas presentaron mejoras desde una puntuación de partida extremadamente baja.
He aquí algunos de los aspectos más esperanzadores.
Las CDN con más mejoras
- Las actualizaciones que el Reino Unido introdujo en sus CDN lograron mejorar este documento en 39 puntos porcentuales (pasando de una F a una B, en una escala curva). Las CDN del país realizaron sus más grandes avances en educación al resaltar la reciente aprobación de una Estrategia de Sostenibilidad y Cambio Climático para la Educación y los Servicios Infantiles lanzada por parte de su Departamento de Educación. Esta Estrategia establece un plan en toda Gran Bretaña para hacer que los jóvenes conozcan mejor el entorno natural y desarrollen más habilidades sostenibles para poder ocupar los llamados «empleos verdes». Que el Reino Unido haya podido mejorar sus CDN es un indicio de lo que la Presidencia de la COP puede lograr en materia de educación sobre el cambio climático de un país. Esperemos que Egipto sea capaz de lograr el mismo efecto.
- Las CDN actualizadas de Uganda mejoraron 31 puntos porcentuales (pasando de una F a una C, en una escala curva). Este aumento se obtuvo gracias a que, en sus actualizaciones, Uganda nombra al sector educativo como uno de los 13 sectores prioritarios que deben reestructurarse para poder adaptarse a la situación climática del país. En el nuevo documento, Uganda hace referencia a su Estrategia Nacional de Aprendizaje sobre el Cambio Climático e incorpora el cambio climático en su Plan Nacional de Estudios. Aunque las CDN actualizadas de Uganda plantean la desagregación de indicadores de monitoreo por género, no especifica que la educación climática en el país debería tener enfoque de género. Esto a pesar de que elpaís ocupa el puesto 29 en el Girls’ Education Challenges Index.
- Las CDN actualizadas de Vanuatu también mejoraron en 31 puntos porcentuales (pasando de una D a una A, en una escala curva). Esta es una de las únicas 5 CDN que reconoce el derecho de los jóvenes a la educación y una de las 2 CDN que hacen esta referencia en el contexto de los desastres climáticos mundiales (Argentina es la otra). Las CDN actualizadas de Vanuatu incluyen objetivos con plazos para mejorar la resiliencia climática de toda su infraestructura educativa, integran el conocimiento indígena en sus planes de estudios y reconocen las dificultades que el cambio climático supone en la educación de las niñas y sus vidas, lo que repercute aún más en su acceso a la información climática.
CDN con mención de honor por las mejoras realizadas
- Las actualizaciones de las CDN de los Emiratos Árabes Unidos merecen una atención especial. Aunque EAU no haya mejorado sus ambiciones en educación climática (tampoco en el ámbito de la educación en general), sí que ha avanzado en el empoderamiento de la juventud(especialmente de las niñas y las mujeres) y en su reconocimiento como agentes de cambio de la acción climática. En concreto, las CDN actualizadas de los EAU describen con gran detalle los esfuerzos del país para crear resiliencia climática, generar capacidad de adaptación entre sus habitantes e invertir en la formación de las personas jóvenes (especialmente de las mujeres) en sectores como la innovación o los empleos verdes. Estos esfuerzos no deben pasar desapercibidos ya que esta pequeña mejora puede ampliarse aún más desde la abogacía y la presión durante el próximo año, mientras el país se prepara para asumir la presidencia de la COP28
Si bien la comunidad educativa debería celebrar todas estas pequeñas victorias, no debemos olvidar que las CDN de todos los países obtuvieron una calificación de suspenso. Las CDN de Camboya siguen siendo las que obtienen una mayor puntuación, un 58 %. Por lo que a los demás países se refiere, solo 3 han reforzado sus medidas educativas climáticas de forma significativa, incluso tras habérseles ofrecido una segunda (o tercera) oportunidad de enmienda. A fecha de hoy, de los 19 países que han presentado sus CDN actualizadas o revisadas para nuestro informe, 6 países no han obtenido ningún cambio en su puntación (es decir, no han progresado ni retrocedido en sus propósitos) y 2 países (Sudán y Zambia) obtuvieron peor puntuación después de enmendar sus CDN por segunda vez (véase la tabla siguiente).
Ante tales datos, es obvio que la falta de liderazgo a la hora de educar a los ciudadanos de un país sobre las repercusiones del cambio climático es alarmante. Al menos, eso sí, Uganda, el Reino Unido y Vanuatu han demostrado que es posible reconducir sus esfuerzos en la buena dirección. Aprovechemos que el mundo pronto dirigirá su atención a la COP27 y pongámonos a trabajar juntos para que los países se esfuercen en incrementar sus medidas de educación climática a la mayor brevedad posible.
Las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional son los planes de acción nacionales de los países para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a los impactos del cambio climático.
Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.