Durante su encuentro virtual del 23 al 25 de febrero, el Comité Regional Africano de la Internacional de la Educación (EIARC) pidió a los gobiernos de la zona que actúen con rapidez para garantizar unas condiciones vitales y laborales decentes para el personal educativo. En el continente africano se necesitan medidas proactivas con el fin de garantizar la calidad de la educación ante desafíos como la pandemia, el terrorismo y las catástrofes naturales.
Según el EIARC, las organizaciones miembros de la Internacional de la Educación en la región africana se han enfrentado a numerosos retos derivados de la pandemia de COVID-19. La crisis ha provocado restricciones en las actividades sindicales por los confinamientos, cierres escolares, despidos laborales, bajas y fallecimientos.
Desafíos causados por la pandemia, el terrorismo y el cambio climático
Susan Hopgood, presidenta de la Internacional de la Educación, señaló que África se ha visto tremendamente afectada por el cierre prolongado de los centros escolares que ha provocado la COVID-19, el aumento de los ataques terroristas y las catástrofes relacionadas con el cambio climático, como inundaciones y largos periodos de sequía.
“Es el momento de presionar más a los gobiernos africanos y de todo el mundo para que gestionen los problemas que afectan al sector educativo desde hace mucho”, afirmó. “El personal docente necesita un desarrollo profesional continuo, salarios y condiciones laborales decentes, confianza y apoyo. Podemos colaborar para fomentar la resiliencia entre los miembros a los que atendemos y para exigir sistemas educativos más reactivos y sólidos”.
Una oportunidad para dar un apoyo proactivo
Christian Addai-Poku, director del EIARC, indicó que “a pesar de que existen retos, esta nueva década nos da la posibilidad de agilizar los logros en cuanto a objetivos educativos del continente y al ODS4 para que los niños y niñas de África puedan acceder a una educación de calidad inclusiva y equitativa, además de a oportunidades de aprendizaje permanentes para todos y todas en el año 2030”.
Después, incidió en la necesidad de reducir el impacto de la pandemia de COVID-19 en la educación en la región. Por otra parte, instó a los gobiernos a consultar con el personal docente y de apoyo educativo (PAE) a través de sus organizaciones de representación para asegurarse de que tanto este colectivo como el estudiantado dispongan de equipos de protección individual (EPI), mascarillas, agua, jabón y desinfectante de manos con el fin de garantizar su seguridad.
El profesorado es indispensable
Koumba Boly Barry, relatora especial de la ONU sobre el derecho a la educación, al referirse a la necesidad de “garantizar el derecho a la educación en África durante la crisis de la COVID-19 y posteriormente”, destacó que el papel del profesorado es indispensable y que debemos escuchar al personal docente y desarrollar su capacidad para ofrecer una educación de calidad.
También pidió que se mantenga un diálogo muntidimensional en el que participen los sectores como la agricultura, las finanzas y la salud, cuyas acciones afectan al estudiantado. Además, destacó que las casas y las comunidades necesitan organizarse para prestar su apoyo al aprendizaje y al personal docente.
Retos antiguos en un nuevo contexto
David Edwards, secretario general de la Internacional de la Educación, hizo un repaso por las tendencias educativas globales, plagadas de recortes en los presupuestos destinados a educación, un descenso en las ayudas al desarrollo, un aumento en la mercantilización y la privatización de la educación, la paralización de los avances en cuanto a educación para las niñas, cierres escolares y confinamientos, y despidos inminentes de personal educativo en instituciones de educación infantil y superior.
A continuación, admitió que estas tendencias no son nuevas, pero se han ubicado ahora en un contexto nuevo. Para contrarrestarlas, considera que se debe inmunizar a toda la población frente a la COVID-19, fomentar la educación presencial, frenar a quienes pretenden privatizar la educación y defender la democracia.
“El papel de la Internacional de la Educación nunca ha sido tan relevante, necesario, actual y vocal como ahora; es nuestra organización la que puede dar un giro a las tendencias educativas, trazar un rumbo diferente, empoderar y educar a la juventud para que sean conscientes de sus derechos, obligaciones y formas de organizarse para conseguir un cambio”.
Resoluciones para proteger la educación de calidad y al profesorado
El Comité adoptó tres resoluciones clave:
- Sobre la necesidad de garantizar una educación de calidad para todos y todas durante la crisis y posteriormente(en inglés). El EIARC condenó el hecho de que la educación de calidad vaya a sufrir probablemente un impacto negativo por culpa de la pandemia de COVID-19. Resulta evidente que la inseguridad en el continente y el impacto del cambio climático suponen una amenaza para la existencia de una educación de calidad, así que los gobiernos deben actuar ya para proteger esta educación.
- Sobre la situación en Etiopía(en inglés). El conflicto en el norte de Etiopía y el enfrentamiento entre el Frente de Liberación Popular de Tigray y el gobierno federal está provocando efectos devastadores en el profesorado, el personal de apoyo educativo, el estudiantado y sus familias. Además, afecta negativamente a todo el sistema educativo de la región dado que los centros escolares permanecen cerrados por culpa de este conflicto. El EIARC reafirmó su solidaridad con la Ethiopian Teachers’ Association y pidió al gobierno de Etiopia y a la comunidad internacional que tomen medidas urgentes para proteger a personal educativo y estudiantado.
- Sobre el secuestro de estudiantes, docentes y personal educativo en el estado de Níger en Nigeria(en inglés). El EIARC mostró su preocupación por el hecho de que en muchos países de África, especialmente en Nigeria, las escuelas no sean el lugar seguro que deberían. Docentes, personal de apoyo educativo y estudiantes corren riesgos simplemente por asistir a clase porque los grupos armados consideran que tanto estos colectivos como las escuelas y las instituciones de educación superior son objetivos válidos. El comité condenó los habituales secuestros en escuelas de Nigeria que amenazan con interrumpir el acceso a la educación de millones de niños. Además, expresó su solidaridad con el Nigeria Union of Teachers y pidió al gobierno de Nigeria que garantice la seguridad en las escuelas de todo el país.