Los sindicatos educativos de Reino Unido han criticado la pésima gestión del gobierno en cuanto al sistema de resultados de los exámenes de final de bachillerato, que ha provocado que los estudiantes vivan una situación de incertidumbre y ansiedad.
Tanto el NASUWT como el Sindicato de Educación Nacional(NEU) han dado la voz de alarma sobre el nivel del estrés que ha sufrido el estudiantado y el profesorado tras el reciente giro radical del sistema de evaluación de las pruebas de final de bachillerato. A mediados de agosto, anunciaron que, en Inglaterra, dichos resultados se basarían en las predicciones de los equipos docentes en lugar de en un algoritmo.
En Escocia, Irlanda del Norte y Gales los resultados también fueron caóticos. En Irlanda del Norte, por ejemplo, los alumnos obtuvieron la máxima calificación posible tanto en la predicción docente como en el sistema oficial, hecho que también supuso un giro de 180 grados.
NASUWT: las oportunidades de los jóvenes no se deberían poner en riesgo
“El alumnado ha sufrido enormemente por culpa de la incertidumbre y la ansiedad derivadas de la recepción de sus notas en los exámenes superiores y sus opciones en caso de que dichos resultados no fueran satisfactorios”, explicó Patrick Roach, Secretario General del NASUWT.
Además de la compleja situación para el alumnado, los centros escolares y las universidades provocada por la pandemia de COVID-19, “el foco de esta última tormenta política son los jóvenes cuyo futuro está, de forma inaceptable, a merced de las decisiones de última hora de los ministros”, declaró también. “Las oportunidades de futuro de los jóvenes no deberían correr riesgos como consecuencia directa de la cancelación de los exámenes este año debido a la pandemia (…) por una serie de circunstancias fuera de su control”.
El foco en los exámenes del próximo curso
“La gestión inadecuada por parte del gobierno ha minado la confianza en lo público en estos momentos tan críticos”, añadió. “La catástrofe que ha tenido lugar estos últimos días no solo ha afectado al alumnado que esperaba contar con sus notas este año, sino también a la confianza de miles de estudiantes que se están preparando para presentarse a estas pruebas el próximo año”.
A modo de conclusión, Roach afirmó que debemos aprender la lección y aprender a garantizar un sistema de calificación más sólido que reconozca de una manera equitativa los logros de todo el alumnado durante el próximo año y en futuros cursos escolares.
NEU: reconocer la labor del personal educativo y el alumnado
Mary Bousted, Secretaria General Adjunta del y miembro del Consejo Ejecutivo de la Internacional de la Educación, indicó que no se debe dejar de lado al personal docente y al alumnado.
“La política de resultados de este año 2020 ha ignorado el factor más importante: debemos felicitar al estudiantado por su gran trabajo y paciencia en estos momentos tan complicados para todo el país. El personal docente y los responsables de escuelas y universidades se han esforzado al máximo en una situación de enorme incertidumbre para apoyar y ayudar a la juventud a la que forman, abandonada por un sistema deficiente y por decisiones políticas de última hora”.
El giro radical fue la mejor decisión
Sin embargo, afirmó que el ministro de educación, Gavin Williamson, había hecho por fin lo correcto en relación con el giro radical del gobierno en cuanto a las notas de los exámenes de final de bachillerato. “La pena es que haya tomado esta decisión después de agotar todas sus demás opciones. El alumnado y profesorado han sufrido días de estrés y preocupaciones totalmente innecesarios”.
De hecho, para un número importante de estudiantes este anuncio generará más incertidumbre si les rechazan en su primera opción de educación superior y en la universidad por culpa de un proceso de calificación impreciso e injusto de Ofqual, el Departamento de Regulación de Calificaciones y Exámenes (una entidad gubernamental que no depende del ministerio y que regula las calificaciones, exámenes y pruebas en Inglaterra).
El enfoque escocés debería trasladarse a Inglaterra
“Este episodio es penoso”, declaró Bousted. “No debería repetirse. El giro radical en Escocia incluye una revisión a largo plazo de los métodos de evaluación empleados para asignar las notas, incluida la posibilidad de llevar a cabo más trabajos durante el curso y un método de evaluación sistemático y regulado por el equipo docente; además, es fundamental que estas medidas se apliquen también en Inglaterra”.
También añadió que los jóvenes ya lo han pasado bastante mal. Tienen pocas oportunidades en el mercado laboral ya que el país se enfrenta a una situación de aumento del desempleo y recesión. Por otra parte, insistió en que resulta adecuado subir el nivel para acceder a la universidad para que la juventud que se ha esforzado tanto en estos exámenes de fin de ciclo continúe estudiando y desarrolle todo su potencial.
Según Bousted, una de las muchas lecciones que debería aprender el gobierno “de esta saga penosa” es a escuchar a sus docentes, “dado que la decisión del Departamento para la Educación de poner todos los huevos en la misma cesta en forma de exámenes únicos en verano se ha vuelto en su contra. Es un desastre del que ellos mismos son responsables”.
Diálogo del gobierno con equipos de dirección y docencia, y representantes sindicales
Tras subrayas que la pandemia aún no ha concluido y que la aparición de la COVID-19 vendrá de la mano de cambios significativos en la sociedad y en la educación, se mantuvo firme al afirmar que “es el momento de que el gobierno se siente con los equipos de dirección, el profesorado y los representantes de los sindicatos para decidir cómo pueden ofrecer entre todos lo mejor para el alumnado al que forman y recuperar, además, la confianza en nuestro sistema de calificaciones y exámenes.
“No solo necesitamos una revisión exhaustiva y sistemática, sino también garantizar al estudiantado que llevará a cabo los exámenes de secundaria y bachillerato en el próximo curso que esto no puede ni volverá a suceder de nuevo”, concluyó.