La Internacional de la Educación apoya firmemente a su afiliado, el Hong Kong Professional Teachers' Union, y al personal que se enfrenta a declaraciones degradantes y amenazantes realizadas por la Directora General Carrie Lam.
En una entrevista que presagia una represión gubernamental de los derechos y libertades en Hong Kong, la Directora General Carrie Lam dijo que "argumentos tendenciosos y falaces se han extendido en el campus". Continuó amenazando con que la educación no podía permanecer desatendida y que los estudios liberales serían "manejados por guardianes". La Internacional de la Educación, la federación mundial de sindicatos de docentes que representa a más de 32,5 millones de educadores y educadoras, denuncia enérgicamente todos los intentos de los gobiernos de socavar la libertad académica. El hecho de que estas acciones tengan como objetivo el avance de una agenda antidemocrática hace que la situación sea aún más indignante. "La autonomía institucional es una condición necesaria para el ejercicio de la libertad académica. Las limitaciones legislativas, reglamentarias y administrativas a la autonomía de las instituciones educativas, que van desde la interferencia del Estado en su gestión hasta los controles de sus programas académicos, socavan gravemente la capacidad del personal docente para llevar a cabo la enseñanza y la investigación y para realizar libremente investigaciones críticas. No se debe obstaculizar ni impedir a los docentes el ejercicio de sus derechos civiles como ciudadanos, incluido el derecho a contribuir al cambio social mediante la libre expresión de su opinión sobre las políticas estatales y las políticas que afectan a la educación", subraya David Edwards, Secretario General de la Internacional de la Educación. Una fuerza de trabajo educativa fuerte es el factor más importante para asegurar una educación de calidad para todos. En todo momento, incluso durante la actual pandemia del Covid-19, los académicos y educadores han ido más allá para apoyar a sus estudiantes y continuar proporcionándoles la mejor educación exhaustiva posible, incluso fomentando las habilidades para la vida, el pensamiento crítico y la libertad de expresión. Todos los gobiernos deben actuar al servicio de sus ciudadanos. Con este fin, en lugar de antagonizar al personal educativo, las autoridades de Hong Kong deben centrarse en fortalecer la educación trabajando con los educadores y sus sindicatos, invirtiendo en la profesión, asegurándose de que se respeten los derechos de los académicos y se garanticen unas condiciones de trabajo decentes.