Ei-iE

El 8º Congreso Mundial de la Internacional de la Educación (IE), reunido en Bangkok, Tailandia, del 21 al 26 de julio de 2019:

(1) OBSERVANDO que en los últimos años los países de la región de América del Norte y el Caribe han sufrido desastres naturales como terremotos, tormentas, inundaciones, huracanes, incendios forestales, pandemias y epidemias de enfermedades, así como desastres ambientales provocados por el hombre; observamos que su frecuencia y gravedad están aumentando;

(2) TOMANDO EN CUENTA que los huracanes Harvey, Irma, María, Florence, Idai y Kenneth han sido de los más destructivos en la historia de nuestras regiones, ya que causaron más de 3,000 muertes y más de 500,000 millones de dólares en daños; México, América Latina y África han sufrido varios terremotos violentos en los últimos años; la supertormenta Sandy causó más de 300 millones de dólares en daños en el Caribe, antes de arrasar la costa este de los Estados Unidos; el cambio climático en Canadá está teniendo efectos ecológicos y económicos impredecibles en las tierras de cultivo, y hay incertidumbre sobre el efecto del calentamiento en la zona ártica; las inundaciones han causado daños con valor de millones de dólares en Texas, Louisiana, Mozambique, Malawi, Zimbabue y Sudáfrica mientras que los incendios arden sin control en los estados del oeste de Estados Unidos; los desastres de 2018 se han extendido hasta Hawái, donde la lava del volcán Kilauea destruyó cientos de hogares en quince días;

(3) RECONOCIENDO que, después de estos desastres, nuestro personal docente y administrativo ha desempeñado una función decisiva en la respuesta ante las crisis; las escuelas se adaptan como albergues y refugios para los desplazados y los ancianos, mientras que los maestros y el personal de apoyo a la educación están disponibles para ayudar a mantener el albergue, servir las comidas y atender a los heridos; la escuela también se convierte en un centro de comunicaciones, sirviendo como nexo de ayuda e información para la comunidad;

(4) OBSERVANDO que las guarderías, las escuelas y los campus universitarios han sido destruidos, dañados o cerrados; los estudiantes, maestros, el personal de apoyo a la educación y los administradores se han visto obligados a tratar los problemas relacionados con los traumas tanto en el lugar de trabajo como en el hogar; los recortes de que en nombre de la austeridad gubernamental han mermado la capacidad de respuesta de nuestro sector público;

(5) DECLARANDO que la reapertura de las escuelas, cuando sea seguro, debe ser una de las principales prioridades de la recuperación después de un desastre. Las escuelas proporcionan espacios seguros para los niños; un sistema de apoyo para los niños especialmente vulnerables, como los que están separados de sus familias; y acceso a información sobre salud y seguridad que salva vidas. Sin protección, los niños y niñas desplazados pueden enfrentar circunstancias peligrosas, como la explotación y la trata de personas;

(6) AFIRMANDO que la educación desempeña un papel fundamental en la preparación y recuperación ante los desastres. La educación puede preparar a los niños y a sus familias para los desastres naturales y mitigar los efectos una vez que se haya producido la devastación;

(7) ALARMADOS porque el entorno posterior al desastre ha sido utilizado como excusa para la llamada reorganización de los sistemas escolares, pero que en realidad se trata de una oportunidad para que las empresas privadas con fines de lucro rehagan lo que debería seguir siendo un recurso público. Los privatizadores y especuladores han intentado asumir el control de los sistemas escolares después del huracán Katrina en Nueva Orleáns; en Honduras, tras la devastación de un terremoto; y en Puerto Rico después del huracán María.

(8) El Congreso ordena al Comité Ejecutivo:

(i) Desarrollar un portal web que proporcione acceso a conjuntos de herramientas de “ayuda en caso de desastre” y otros recursos creados por las organizaciones miembros;

(ii) Intensificar la campaña de Respuesta Global de la I.E. para monitorear e informar sobre las acciones de los gobiernos que subcontratan al sector privado el restablecimiento de la educación después del desastre;

(iii) Asegurar que el programa de Cooperación para el Desarrollo de la I.E. fomente programas de creación de capacidades para las organizaciones miembros que les ayuden en la preparación antes de los desastres naturales, la protección y seguridad durante la ocurrencia de estos y la recuperación posterior al desastre; y

(iv) Reconocer que muchas organizaciones miembros han respondido generosamente a las peticiones de I.E. de contribuciones financieras a los fondos de ayuda para damnificados en casos de desastre. Sin embargo, en esta era de cambio climático global, se insta a las organizaciones miembros a que estén aún más preparadas para brindar apoyo para enfrentar el desafío de un creciente número de desastres naturales cada año.